Resaltan la importancia en la educación de las futuras generaciones y aportar en construcción de capital social. En particular, dotar de especialización a los trabajadores para asumir nuevos retos y crear políticas de mitigación aquellos menos calificados.
Entre los desafíos que deja la pandemia respecto de la carencia de mano de obra y lograr mejorar la productividad se cruzan interrogantes sobre cómo impactan las nuevas tecnologías (automatización e Inteligencia Artificial) respecto de la mantención de los puestos de trabajo.
Álvaro Ananías, presidente del directorio de CPC Biobío expresa que la inteligencia artificial y la automatización son una realidad que ha sido implementada con éxito en diversas áreas de la vida profesional y doméstica de las personas.
“En el mundo del trabajo, está permitiendo realizar muchas tareas repetitivas en forma mucho más rápida y con menor margen de error”, destaca Ananías como parte de las ventajas.
Agrega que si bien, está lentamente reemplazando labores reiterativas que -en general- son aquellas de menor especialización, “el beneficio que observamos es que otorga la oportunidad de abrir nuevos espacios para que las personas puedan contribuir con su creatividad, instinto, experiencia y visión, atributos que son irreemplazables en los seres humanos y que siempre marcarán ventajas competitivas relevantes para las empresas”, enfatiza el presidente de CPC Biobío.
Actualizar y capacitar
A la vez, indica que si es importante destacar que el desafío que esto marca es trabajar con mayor firmeza en la educación de las futuras generaciones y aportar en construcción de capital social más preparado para las nuevas tareas y tipos de empleo que nos depara el presente y el futuro.
Por parte de los trabajadores, Héctor Medina, presidente del Sindicato 1 de Huachipato, manifiesta que así como efectivamente las nuevas tecnologías van provocando mermas en cierto tipo de puestos de trabajo, al mismo tiempo, se van creando otros nuevos.
Productividad y el empleo
Los avances tecnológicos liberan de carga de trabajo al trabajador y el proceso productivo no será menos tedioso, rutinario para éste; “es cierto que se disminuirán y desaparecerán puestos de trabajo, no obstante, se crearán otros que requerirán un importante nivel de conocimientos”, plantea Medina.
Añade que lo ve como un avance positivo para el trabajador y para las empresas que mejorarán su productividad teniendo una baja en los costos. Apunta a que abrir las puertas a la automatización debe ir de la mano con la capacitación del trabajador para desempeñarse en labores más especializadas, surgiendo especialistas en las distintas áreas. “A medida que avanza la automatización, aumenta la productividad y el emple”, resalta el presidente del Sindicato 1 de Huachipato.
En tanto, Luis Méndez, director del Observatorio laboral Biobío y académico de la Universidad del Biobío explica que en términos generales todo cambio técnico significa una modificación de las condiciones productivas y de trabajo.
“Toda revolución tecnológica, por su misma naturaleza, reemplaza puestos de trabajo pero al mismo tiempo crea otros, produciéndose un efecto sesgado en favor de los trabajadores de mayor calificación y desplazando a los menos calificados” señala Méndez. Según el académico esto nos lleva a la idea que la modernización tecnológica debe ser acompañada por procesos de reconversión de mano de obra y de mitigación de sus efectos negativos.
Cifras relacionadas
Para el director del Observatorio laboral, la modernización es gradual y depende de la intensidad del proceso, en el caso de Chile aún no es un proceso generalizado, dado que el impacto de las nuevas tecnologías están incidiendo solo en un 10% de PIB, comparado con el 40% que aportan en los países de la Ocde.
“De todas formas debemos prepararnos para el cambio dado que es un proceso que no se detiene e irá en aumento y significará una importante contribución al desarrollo del país”, concluye Méndez.