Economía y Negocios

IVA diferenciado: advierten que es de difícil aplicación y propiciará elusión

Abriría la puerta para malas prácticas tributarias. Economista estima que es mejor un gravamen a la renta centrándose más en el ingreso que en la riqueza.

Por: Edgardo Mora 02 de Mayo 2021
Fotografía: Archivo

Desde combustibles hasta hotelería, pasando por productos sanitarios, asistencia dental, flores y libros se les rebajaría el IVA de un 19% a un 10% hasta el 31 de diciembre de 2022. Indicación ya aprobada dentro de la discusión del proyecto de impuesto a los súper ricos actualmente en discusión en el Congreso.

Lo anterior, para hacer frente a las consecuencias económicas de la pandemia.

El abogado Rodrigo Cabrera, socio de CBC Abogados, advirtió que, si bien las motivaciones detrás de este tipo de proyectos pueden ser nobles, “lo cierto es que implementar un IVA diferenciado abre una puerta a la evasión tributaria, especialmente en aquellos negocios donde existe la venta de diversidad de productos, pues permitiría incluir en una sola boleta bienes de categorías distintas o maquillar el tipo de producto de que se trata con el único objetivo de ofrecer al público una reducción de precio en productos que no necesariamente acceden a dicha rebaja. Consecuentemente con ello, este tipo de políticas no solo reduce la recaudación de fisco en materia de impuesto, sino que además aumenta el costo de administración y fiscalización en el cumplimiento de las medidas, pues no necesariamente el Servicio de Impuestos Internos cuenta las capacidades técnicas y humanas para llevar adelante esta función”.

Cabrera añadió que la reducción del IVA, en tanto se trata de categorías generales de productos, es un mal instrumento para redistribuir. “Por ejemplo, las personas de mayores recursos se verían beneficiadas con la reducción de IVA en servicios de hotelería, ya que no se hace una distinción entre hotelería de lujo de aquella que no lo es”.

El economista de la Universidad de Concepción, Claudio Parés, coincidió en que es una medida muy difícil de implementar, porque cada boleta debería incluir todos y cada uno de los bienes comprados y el detalle del impuesto de cada bien, además del costo adicional en la contabilidad de cada negocio. “Transforma un sistema impositivo que ya es complejo en algo mucho más complejo aún, y da todavía más espacios para elusión”.

Apuntar al ingreso

Sobre el impuesto a los “súper ricos”, Parés estimó que será difícil de implementar y, dada la historia legislativa reciente, es poco creíble decir que será por única vez. “Es mucho más razonable proponer un cambio al impuesto a la renta, apuntando más al ingreso que a la riqueza. De hecho, si revisamos los datos de la OECD, el 10% más rico de Chile acumula el 36% del ingreso y un 58% de la riqueza, comparado con el 24% del ingreso y 52% de la riqueza promedio de la OECD”

Esto implica, sostuvo Parés, que, más allá de la cuestión simbólica que conlleva pedir un “esfuerzo excepcional” a los que más tienen, parece mucho mejor recaudar a través de los ingresos que de la riqueza tanto para allegar recursos al fisco como para reducir la desigualdad.

Asimismo, se reducirá el impuesto al valor agregado a un 4%, aplicable a las entregas y adquisiciones de bienes básicos como pan, harina, huevos, leche, quesos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales.

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