Economía y Negocios

Mejora la salud mental: personas sin síntomas aumentan desde 65% en junio a 74% en diciembre

De acuerdo con la segunda versión del estudio de la Asociación Chilena de Seguridad y la Universidad Católica, el 44% de los desocupados presenta problemas de salud mental, cifra que duplica la prevalencia en quienes tienen un empleo.

Fotografía: Cedida

La crisis desatada por el COVID-19 no sólo ha afectado económicamente a los chilenos, sino que también agregó un nuevo factor de preocupación en la ya delicada situación de bienestar de la población, como son los problemas relacionados a la salud mental. En este contexto, la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, realizaron la segunda versión del “Termómetro de la Salud Mental en Chile ACHS-UC”, que indicó –entre sus múltiples conclusiones– que un 26,7% de los encuestados exhibieron síntomas asociados a una probable presencia o sospecha de este tipo de problemas, cifra 8 puntos porcentuales inferior a la arrojada por la primera versión del estudio realizada en julio durante el punto más álgido de la crisis sanitaria, cuando gran parte del país estaba en cuarentena y estrictas medidas de confinamiento.

David Bravo, Director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica; Gabriel Fernández, Gerente de Asuntos Corporativos de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS); Antonia Errázuriz, profesora del departamento de Psiquiatría de la Universidad Católica, y Daniela Campos, Jefa de Riesgos Psicosociales de la ACHS, dieron a conocer los resultados de la investigación, que se hizo mediante entrevistas telefónicas a una muestra representativa de aproximadamente 1.400 personas -entre 21 y 68 años- durante la última semana de noviembre y la primera de diciembre de 2020.

Gabriel Fernández, gerente de Asuntos Corporativos de la ACHS, afirmó que “el tema de salud mental es un desafío país creciente y los problemas asociados pueden impactar sustancialmente tanto en la calidad de vida como en la productividad y competitividad de Chile. Por lo mismo, como organización nos propusimos la tarea de conocer la realidad de la salud mental de los chilenos, incluyendo aristas no laborales, siendo esta encuesta un ejemplo concreto de ello, donde su segunda versión nos permite contar con una comprensión más acabada, basada en la evidencia, que esperamos ayude a aunar esfuerzos con otros actores del sistema de salud, analizar mejoras a las políticas públicas y proponer formas en que el mundo empresarial pueda contribuir a esta problemática social”.

De acuerdo con la información entregada por los encuestados, las tasas de problemas de salud mental cayeron en casi todos los grupos respecto de la medición de julio de 2020, destacando que las personas que declaran su estado civil como separado presentan cerca de 17 puntos adicionales de prevalencia de problemas de salud mental que las personas casadas/convivientes.

En cuanto al estado anímico de los encuestados, un 41,9% de las personas entre 21 y 68 años evalúan que su estado de ánimo actual es peor o mucho peor en comparación con la situación anterior a la pandemia del coronavirus, siendo esta cifra casi 8 puntos porcentuales inferior a la registrada en julio de 2020.

La prevalencia de problemas de salud mental, cae en todas las regiones de Chile, siendo la Región Metropolitana la que presenta la mayor disminución (desde 39,6% a 28,4%, 11,2 puntos porcentuales). Con esta caída, la RM es desplazada por la zona norte que cae sólo 1,7 puntos desde 32,3% a 30,6%, transformándose esta última en la de mayor prevalencia del país. La zona Sur, cae desde 29,1% a 21,6% y al igual que en julio de 2020, sigue siendo la de menor prevalencia.

Cabe destacar que la presencia de problemas de salud mental y factores asociados es muy superior (más de 15 puntos porcentuales) en aquellas personas que tienen un consumo de alcohol que puede ser catalogado de alto riesgo en relación con el resto; y los problemas de salud mental son significativamente mayores en quienes no realizaron ejercicio físico alguno durante la semana anterior a realizada la encuesta (33% en sedentarios vs 24% en no sedentarios).

David Bravo, director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, afirmó que “más allá del mejoramiento que se observa en esta encuesta en los problemas de salud mental respecto de lo observado en el mes de julio, se encuentra que factores como el endeudamiento, el bajo nivel de escolaridad, la falta de empleo, la caída en los ingresos del hogar y los antecedentes de mala salud, se asocian transversalmente a las distintas medidas de salud mental utilizadas en el estudio”.

El trabajo, un factor “de alivio”

Uno de los elementos que se correlacionan en mayor medida con salud mental es la situación laboral y económica de cada persona. La prevalencia de síntomas asociados a sospecha o presencia de problemas de salud mental, fue 44,3% entre los desocupados, cifra que duplica el 22,7% de prevalencia entre los ocupados. Un 34,2% de las personas que no trabajan, que son inactivas, presentó síntomas asociados a problemas de salud mental.

Del mismo modo, los problemas de salud mental son superiores (casi 23 puntos) en aquellos hogares que reportan una caída en sus ingresos respecto del año anterior. Se aprecia que la prevalencia de problemas de salud mental es 54,7% entre quienes tienen una situación de deuda complicada en el hogar, cifra similar a la observada en junio y más de 4 veces superior a la de quienes no tienen problemas de deuda.

Los resultados de la encuesta arrojaron que el 37,9% está con algún grado de depresión, y que las mujeres tienen 19 puntos adicionales de prevalencia de síntomas depresivos que los hombres. La menor prevalencia se encuentra en el grupo de mayor edad (de 55 a 68 años). Además, la presencia de síntomas depresivos es mayor en el grupo de los que no trabajaron en el mes de noviembre de 2020, es decir, inactivos y especialmente, desocupados.

En cuanto a los niveles de alcoholismo, se encuentra un significativo mayor consumo de alto riesgo asociado a la desocupación (19,1%). Respecto de la situación ocupacional, la presencia o percepción de soledad es mayor entre las personas que están fuera de la fuerza laboral (inactivas, con un 25,2%). Por otra parte, la presencia de insomnio es mayor entre las personas que están desocupadas (33,8%).

Daniela Campos, jefa de Riesgos Psicosociales de la ACHS, afirmó que “en esta segunda versión del Termómetro vemos que en general los chilenos presentan un alto grado de compromiso con su trabajo, lo que se correlaciona con mejores indicadores de salud mental, consistente con teorías que indican que el trabajo es un factor protector y que ayuda a dar sentido al ser humano”.

Campos agrega que “resueltos en el lugar de trabajo, los temas propios de la salud de origen laboral, -que sin duda deben ser la prioridad de los empleadores-, este estudio nos revela que las empresas pueden generar otros espacios de apoyo para los colaboradores como capacitaciones en materias de finanzas personales, dado que la prevalencia de problemas de salud mental es 5 veces mayor en personas con problemas financieros; generar convenios para que trabajadores puedan acceder a intervención psicológica o psiquiátrica; o también buscar iniciativas para evitar el sedentarismo, pues está altamente correlacionado con problemas de salud mental”.

Datos sobre el estudio

El “Termómetro de la Salud Mental en Chile ACHS-UC” es un estudio longitudinal, con una muestra aleatoria de 1.400 individuos, representativa de la población nacional urbana entre los 21 y los 68 años, seleccionada a partir de una muestra representativa de hogares; se llevó adelante a través de entrevistas telefónicas.

Sus principales indicadores en el ámbito de la salud mental están construidos a partir de metodologías internacionalmente validadas (sintomatología GHQ-12; depresión PHQ-9; exposición a riesgos CoPsoQ; engagement UWES-3; consumo de alcohol AUDIT-C; insomnio ISI; soledad-escala UCLA-; y actividad física-escala UCL).

El carácter público de los resultados del estudio sumado a los nuevos levantamientos de información que se realizarán en marzo y junio de 2021, permitirá evaluar los efectos de la pandemia en la salud mental de los chilenos, además de ser un aporte para el diseño de políticas públicas en esta materia en el futuro.

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