Jibia, vinos y genética apícola destacan en la canasta exportadora regional.
De acuerdo con el Informe Comercial Mensual elaborado por la Dirección de Estudios de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (SUBREI), las exportaciones del país alcanzaron los US$95.719 millones entre enero y noviembre, lo que representa un crecimiento de 6,8% respecto del mismo período de 2024.
Solo durante noviembre, los envíos al exterior totalizaron US$15.594 millones, anotando un alza interanual de 4,2% y consolidando quince meses consecutivos de expansión, una racha que posiciona al comercio exterior como uno de los principales motores de la economía nacional.
Las cifras, construidas a partir de datos del Banco Central y del Servicio Nacional de Aduanas, dan cuenta tanto de récords en exportaciones tradicionales como no tradicionales, un fenómeno que, si bien se expresa con fuerza a nivel país, presenta una realidad más heterogénea cuando se observa desde las regiones.
En el caso del Biobío, el dinamismo convive con desafíos estructurales, particularmente en sectores históricos como el forestal y el vino embotellado, al mismo tiempo que emergen nuevas oportunidades en productos no tradicionales con mayor valor agregado.
La subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Claudia Sanhueza, destacó que, pese al complejo escenario internacional, Chile ha logrado sostener un crecimiento continuo en su comercio exterior.
Según señaló, este desempeño refleja la combinación entre una política económico-comercial activa y el trabajo del sector privado, que ha permitido avanzar en diversificación exportadora, inversión en bienes de capital y estabilidad macroeconómica.
Asimismo, subrayó que hoy son más de 8.400 las empresas que participan del comercio exterior, configurando una plataforma clave para la generación de empleo, inversión y desarrollo regional.
Uno de los sectores que impulsó los resultados de noviembre fue el frutícola, que inició su temporada estival con envíos por US$518 millones. En ese contexto, las cerezas frescas lideraron los embarques con US$300 millones, prácticamente triplicando los montos del mismo mes del año anterior. A ello se sumó el buen desempeño de los arándanos frescos, que alcanzaron retornos por US$12,08 millones, con un incremento interanual del 60%.
Más allá de estos productos, el informe de SUBREI revela que, a once meses del año, las exportaciones tradicionales representaron el 56,1% del total, mientras que los bienes no tradicionales alcanzaron un significativo 43,9%.
En términos absolutos, los envíos no tradicionales sumaron US$41.997 millones, con un crecimiento de 6,4% respecto de 2024, impulsados por productos como avellanas, salmónidos, yodo, nueces, paltas frescas, jurel congelado, jibias, pechuga de ave congelada y arándanos congelados, entre otros.}
Desde la Región del Biobío, estas cifras son observadas con atención. El seremi de Economía, Fomento y Turismo, Javier Sepúlveda, valoró que la Región cuente con capacidades para desarrollar nuevos productos y servicios con proyección internacional, lo que, a su juicio, permite generar mayor valor económico, utilizar conocimiento de forma más intensiva y fortalecer el capital humano avanzado.
En ese sentido, explicó que una canasta exportadora más diversa y sofisticada se traduce en mejores ingresos a lo largo de la cadena productiva y en mayores niveles de bienestar para la población.
El seremi destacó especialmente el trabajo articulado que se ha desarrollado desde el Ministerio de Economía en torno al sector pesquero, particularmente con las pymes que procesan recursos del mar como la jibia, producto que ha logrado posicionarse en distintos mercados internacionales.
Según detalló, la Región concentra la mayor cantidad de plantas de proceso pymes del país en este rubro, lo que ha permitido agregar valor localmente y generar empleo. A ello se suma el rol de la Subsecretaría de Pesca y del Ministerio de Agricultura en otros sectores, así como el acompañamiento permanente de ProChile, entidad que ha sido clave en asesorar a las pymes en requisitos, trámites y conexión con compradores internacionales mediante rondas de negocios y reuniones uno a uno.
Sepúlveda añadió que el Biobío posee un alto potencial para seguir desarrollando productos más sofisticados y con valor agregado, capaces de competir en mercados exigentes y contribuir al buen desempeño que ha mostrado la economía regional, la cual ha crecido en torno al 3,8% promedio anual en los últimos años.
No obstante, desde el mundo empresarial regional se observa el informe con una mirada más cauta. Alfredo Meneses, gerente general de Asexma, planteó que los buenos resultados nacionales responden en parte a factores estacionales que favorecen a los sectores agrícola y agroindustrial, lo que podría interpretarse como una recuperación luego de meses de cifras débiles. Sin embargo, advirtió que esta realidad no se replica plenamente en el Biobío.
Meneses subrayó que sectores estratégicos para la Región, como el manufacturero forestal, registraron una caída de 7,3%, mientras que el vino embotellado retrocedió un 3,3%.
A su juicio, esto evidencia una brecha entre el desempeño nacional y la dinámica regional, donde se ha observado una ralentización sostenida en la salida de cargas y una disminución paulatina de los envíos. En particular, manifestó preocupación por el escenario de la industria forestal, dada su relevancia histórica y su peso en la economía del Biobío.
La mirada de los emprendedores regionales permite aterrizar estas cifras en experiencias concretas. Desde el sector vitivinícola, Marcelo Riquelme, fundador de una viña familiar del Valle del Biobío con exportaciones a Brasil y Estados Unidos, valoró la capacidad de mantener presencia en mercados exigentes en un contexto internacional adverso. No obstante, reconoció que el rubro del vino embotellado atraviesa un momento complejo a nivel regional, marcado por una contracción de los envíos, mayores costos logísticos y una competencia internacional creciente.
En ese escenario, afirmó que el apoyo de ProChile y la diversificación de destinos han sido claves para resistir y continuar apostando por vinos con identidad territorial, capaces de generar valor y empleo local.
En una línea distinta, pero igualmente representativa de las exportaciones no tradicionales, Daniel Iraira, gerente administrador de la cooperativa Bee Queens Chile, destacó el desarrollo de la apicultura como un sector que ha logrado diversificarse más allá de la producción de miel y polen.
Según explicó, la venta de genética apícola, especialmente abejas reinas y paquetes de abejas, se ha consolidado como un mercado de alto valor en países como Canadá y diversas naciones europeas. Iraira precisó que solo Canadá importa anualmente cerca de 230 mil abejas reinas y más de 400 mil paquetes, configurando un polo de desarrollo relevante para la apicultura profesional chilena, donde el registro y la trazabilidad cumplen un rol fundamental para resguardar y proyectar este negocio.