Entre los beneficios destacan generar acuerdos en torno a desafíos y problemáticas regionales, conocer experiencias similares entre Pymes, acceso a más mercados, expertos, proveedores y nuevos clientes.
De acuerdo con gremios y pymes regionales, la asociatividad es clave a la hora de enfrentar los efectos y desafíos que trae la pandemia, donde las mujeres serían más proclives a unirse y trabajar de manera más colaborativa.
Liliana Lamperti, presidenta de la Corporación de Desarrollo de Bío Bío, Corbiobío y académica de la Universidad de Concepción, es clara en señalar que “en general, las Pymes enfrentan un conjunto de desafíos y problemáticas que se relacionan en muchos sentidos a su tamaño y posibilidades de aprovechar economías de escala”.
Más específicamente se refiere a que “enfrentan limitaciones de acceso a mercados, tanto de proveedores como de clientes, limitaciones de acceso a crédito y financiamiento, acceso a redes de ciencia y tecnología, entre tantas otras, las que pueden enfrentarse mejor, en la medida en que se desarrolla una asociatividad que propicie alcanzar, vía esfuerzos conjuntos, esas escalas de operación que individualmente no es posible alcanzar y que limitan la eficiencia y competitividad de este segmento empresarial, además de abrir opciones estratégicas para la necesaria articulación y encadenamiento productivo”.
Respecto de los apoyos brindados por gremios y asociaciones, plantea que “en Corbiobío, las carencias regionales que se han evidenciado en lo que articulación y encadenamiento productivo se refiere ha sido una constante preocupación y en este sentido la corporación ha intentado cumplir un rol de constituirse en un espacio compartido para gremios y empresas de distinto tamaño y rubros donde, atendiendo a la importancia del desarrollo productivo para desarrollo regional, se ha buscado generar consensos en torno a los requerimientos que es necesario atender en la esfera regional para el desarrollo empresarial en general y de la Pyme en particular en nuestra región”.
Elizabeth Gómez, empresaria, dueña de Espacio Dinámico y ex presidenta de CPC Bío Bío (ex Cámara de la Producción y del Comercio de Concepción) donde fue, además, la primera mujer en ocupar este cargo, sostiene, entre las ventajas de asociarse, que “el beneficio más claro de ser parte de una asociación, principalmente en estos tiempos, son las reuniones y eventos online o presencial que se organizan en forma periódica. Allí, podrán conocer no solo a otros empresarios, sino también a expertos en determinados temas de los que podrían necesitar ayuda, conseguir proveedores, potenciales clientes, abrir mercados, darse a conocer y conseguir ventas”.
Adicionalmente, señala que “los mercados hoy están en constante movimiento y transformación, y siempre surge un nuevo reto o problema. Las asociaciones son el lugar ideal para compartir experiencias, acceder al conocimiento y consejos de otras personas que han pasado por lo mismo que tú, como dice el refrán, “la unión hace la fuerza”. Y ser parte de una cámara o asociación permitirá participar de iniciativas para buscar soluciones a los conflictos o retos por los que puede estar atravesando tu empresa”.
Ester Millahuique, dueña de Cosmética Millaray, dice que “como empresaria Pyme, desde hace un tiempo con otras amigas, que también son empresarias, veníamos desarrollando un trabajo colaborativo, las mujeres en general lo hacemos, avanzamos en “tribu” esto contribuye a crear sinergías, a difundir y compartir el conocimiento y las acciones de cada una”.
También, resalta que “en crisis es muy importante avanzar de manera asociativa y colaborativa, ya que puedes visualizar de manera más objetiva la realidad económica y social, y no abrumarte pensando que eres la única en una situación determinada, tienes la posibilidad de acceder a información de manera más rápida”.