Dirigentes están conscientes de la primacía de la salud, pero acusan duros golpes a la liquidez y problemas de acceso a créditos. Imposiciones pendientes y cierres no cederán de seguir la cuarentena.
“El comercio quedó de ya no aguantar más, ha sido todo muy extenso y estamos angustiados”. Así de enfático es Andrés Ananías, presidente de la Federación del Comercio y Turismo Región del Bío Bío, Fecomtur y vicepresidente de la cámara de comercio de Talcahuano.
Lo anterior, tras ser consultado por la realidad que vive el comercio en regiones y comunas aledañas a la capital.
El dirigente es claro en señalar que “lo más importante es que nos han impedido como comercio no esencial detallista realizar delivery mientras que las plataformas grandes sí lo están haciendo”.
Lo secunda en esta postura José Mardones Bustos, presidente de la Cámara de Comercio de Tomé,
quien señala que también en el caso de Tomé “se ha solicitado implementación de sistemas de delivery para el comercio no esencial, la respuesta es que sólo en cuarentena lo puede realizar el comercio esencial”.
Mardones resalta, además, que “la idea es presionar para pasar a la siguiente fase y procurar mesas de trabajo para reactivar en el más breve plazo posible la actividad de las Pymes, y evitar el cierre de locales comerciales y una potencial escalada del desempleo”.
Desde San Pedro de la Paz, Humberto Miguel Cerda, presidente de la Cámara de Comercio de esta comuna, respecto a las respuestas de las autoridades frente a las urgentes demandas del comercio plantea que “no ha habido una respuesta positiva, pero sobre todo no parece justo que los supermercados estén autorizados para vender todos los productos que se le niegan al comercio en estado de cuarentena por no ser esencial”.
También, indica que “esta competencia desleal que perjudica al comercio en general viene golpeado desde octubre. Sectores como el gastronómico se encuentran absolutamente abandonados por el Gobierno, sin escuchar sus requerimientos hoy van camino a la quiebra y desaparición”.
Incluso, va más allá al asegurar que con la opción del delivery “al menos podríamos salvar algo de liquidez para pagar las imposiciones de los trabajadores con cese de contratos o de los que están activos”.
Para Ananías, el acceso al crédito ha sido, de frentón, irregular. “Los créditos Covid-19 con garantías del Estado a través del Fogape estaban dirigidos principalmente a los clientes de los bancos dejando fuera a los comerciantes más débiles”.
A lo anterior, añade que “como Fecomtur vimos muchísimos reclamos en toda la Región del Bío Bío”.
En cambio, la visión de Mardones es que “el crédito Covid-19 o Fogape ha funcionado relativamente bien, con tasa de interés cero, la postergación de créditos y del pago de contribuciones, la disminución del costo de ppm y el actual programa de subsidio al empleo van a ayudar a mitigar los efectos de la crisis económica”.
Humberto Miguel Cerda, explica que “el Fogape sólo ha actuado y aplicado a las empresas que pertenecen a un sector que no tiene riesgos y que, además, su estado financiero le entrega
seguridad al banco, pero existe un gran número de empresas que han quedado fuera de esto, como el sector gastronómico que no ha recibido el apoyo de ningún banco (67% de rechazo de créditos)”.
En este sentido, el dirigente de San Pedro propone que “el estado debe confiar en la Pyme y compartir de alguna forma el riesgo para que los créditos realmente lleguen a la empresa”.