El año debería terminar con un aumento de precios de 3%, alcanzando la meta del Banco Central, por primera vez, en cuatro años.
Ello, porque el IPC de noviembre se expandió 0,1% respecto al mes previo, en línea con lo esperado, mientras que la variación anual fue de 2,7%, por encima del registro de octubre (2,5%).
De este modo, la inflación continúa acercándose a la meta del Banco Central.
Los efectos de la depreciación del peso serían visibles a partir de los primeros meses de 2020, con registros sobre 3,5% en febrero, para luego descender, una vez que las mayores holguras redunden en menores presiones inflacionarias.