Si bien en relación al trimestre anterior bajó un punto debido a mayores trabajos temporales, este debió ser mucho mejor de acuerdo a los expertos, por lo que se dejaría sentir la debilidad de la economía. Los efectos negativos de octubre y noviembre se verán reflejados con exactitud en las próximas mediciones.
El último informe del INE Bío Bío respecto a la desocupación y ocupación es uno que debe leerse con “lupa”, coincidieron los analistas, debido al contexto social que hay en todo el país.
Es así como en lo que respecta al periodo agosto, septiembre y octubre los desocupados llegaron al 7,3% (sobre la media nacional de 7%), anotando una leve disminución respecto al trimestre anterior del año en curso, que fue de 7,4%.
Pero, en lo relativo del 2018, en estos mismos tres meses ya señalados, el indicador arrojó un 0,4% más bajo, tras un 6,9%.
Para los expertos consultados, lo óptimo sería analizar los números con la perspectiva del año anterior.
Esto, porque para estas fechas era esperable que el empleo aumentara por factores estacionales debido a cupos que se generan en el mundo agrícola, de turismo y servicios.
Por ende, el 7,3% no sorprende, sino que más bien preocupa, porque sería el inicio de una alza del indicador en el corto plazo tras una economía que ya estaba débil.
Igualmente, como el registro aborda octubre (el inicio del movimiento social partió con el llamado 18-0 en adelante), aún es temprano para sentir con toda su magnitud los coletazos que ya se ven los diversos sectores productivos.
Es por ello que el economista de Corbiobío y académico de la UBB, Ariel Yévenes, estimó que los impactos se verán con claridad recién en las próximas mediciones, cuando se tengan a la mano las cifras completas de los meses de octubre y noviembre.
“La economía había perdido vuelo. No obstante, igualmente daba síntomas de ir a una mejora, pero con la tendencia desacelerada y con niveles de actividades menores. Y claro, se constata con estos resultados”, explicó Yévenes.
El académico agregó que la incertidumbre y la desconfianza seguirán siendo claves en este escenario negativo.
En tanto, el director del Centro de Estudios de la Realidad Regional, Renato Segura, también proyectó que los efectos serán visibles con certeza más adelante y que los inversionistas persistirán en pausar sus planes de inversión, por ende, es altamente probable un shock de pérdida de empleo.
Por lo que estima que durante el segundo semestre del 2020 recién podría haber una normalización de los indicadores, una vez que se realice el plebiscito constitucional.
Y si bien el dólar podría seguir presionando, con el recelo del empresariado, hizo un alcance optimista. “El riesgo país aún no se ha visto afectado como alguien creyera y eso se debe a que esperan que la situación social se normalice”, opinó Segura.
El seremi de Economía, Mauricio Gutiérrez, precisó que el gobierno entiende la preocupación. “Nosotros esperamos y hacemos un llamado fuerte, muy fuerte a cuidar a nuestro país, nuestros empleos, nuestras Pymes”.