Tras detectar poca utilización de los puntos limpios, surgió la idea de crear un método que motivara a los más jóvenes a adoptar esta necesaria práctica que disminuye la carga ambiental de los desechos.
Fue el gerente comercial de Bío Bío Recicla y encargado del proyecto Biciclaje, Marc Quintana (tercero en la fotografía), quien explicó que fueron detectando que los alumnos de colegios mostraban poco interés en usar los puntos limpios instalados en sus establecimientos. De ahí nació la idea de crear un método que interesara a las nuevas generaciones y público en general a reciclar, y a entender la importancia de bajar la carga ambiental de los desechos que cada habitante genera.
Así nace el proyecto Biciclaje, que se ha transformado en todo un éxito. En la actualidad, funciona en tres modalidades: Biciclaje Colegios, Biciclaje Empresas y Biciclaje Feria.
La presentación se conforma de tres etapas:la primera, que le da el nombre a la iniciativa, se compone de cuatro pedaleras, donde se pueden subir niños y niñas para generar energía limpia en base al movimiento, lo que carga una batería que, a su vez, hace funcionar a un molino, que es la segunda etapa. En el artefacto, protegido para evitar que los participantes se hagan daño, se botan desechos plásticos que se van moliendo, creándose un pellet.
Luego, a través de una inyectora que genera calor, se deshace el plástico, derritiéndolo y pasándolo a un molde que, en este caso, corresponde a un trompo, que se regala a la persona que pedaleó.
“Esto último es importante, porque cuando preguntábamos a los más pequeños qué es el reciclaje, respondían que era botar la botella donde decía había que hacerlo. Pero sabemos que esto es sólo una parte, por eso, la importancia de que con la misma experiencia interactiva, la persona que pedalea, se lleve su trompito a la casa hecho por ella misma, a partir de basura plástica. Así, se le da mucho más sentido al asunto, más allá del simple esfuerzo de botar el plástico o el residuo en cuestión a un tacho de color determinado”, explicó Marc Quintana.
Importante a destacar que la maquinaria fue fabricada especialmente para este fin. Además, existe un grupo de profesionales que está detrás de cada muestra, interpretando un guión definido, escrito por un profesional que hace libros para niños. Entonces, existen personajes que interactúan con los niños participantes, creando un juego para crear esa chispa necesaria para despertar el interés, sostiene Quintana.
El segmento ideal es niños y niñas de 5 a 12 años, pero aplicable a todas las edades. Es un proceso seguible en el tiempo, para así ver los cambios que pueden generarse en una comunidad determinada.
El servicio puede ser contratado por cualquier colegio, público y privado. Pero también están trabajando junto a los Daem en distintos eventos y ferias.
Interesados en contratar el servicio, conocer de convenios y mayor información contactarse al correo mquintana@biobiorecicla.cl.