Emprendedora coronelina, orgullosa de trabajar hace 15 años en un rubro que se creía era masculino. Ya cuenta con clientes nacionales y ya mira al extranjero.
Inspirada por las enseñanzas de sus padres, la ingeniera forestal Paulina Alvear, observó y planeó la solución a un problema que parecía no llamar la atención de nadie; así nació Forestal Tricahue, emprendimiento dedicado al rubro de la comercialización de madera proveniente de excedentes de exportación y que es parte del ciclo de charlas Me Lanzo!, proyecto apoyado por el Comité de Desarrollo Productivo Regional – Corfo Bío Bío y ejecutado por Gestiona Bío Bío en colaboración con TVU.
“Cuando partimos, la empresa era una bodega llena de molduras con medidas distintas a las que usábamos en nuestro país y lo que hicimos nosotros fue adaptarlas a nuestro mercado. Las molduras que eran para guardapolvos de otros países las hicimos revestimientos y así, comenzamos a reciclar y a recuperar hasta lo más mínimo para optimizar nuestras materias primas”, explicó Paulina.
Además de transformar productos y adaptarlos al mercado nacional, la Forestal Tricahue, gracias a la versatilidad que ofrece la madera y explorada por Paulina, ha implementado nuevas líneas de producción maderera, como lo es el tratamiento térmico de pisos, la fabricación de componentes de puertas y paneles.
Según su dueña, el objetivo es seguir innovando.
“Con la madera puedes crear, es anisotrópica. Es decir, no hay un árbol igual al otro, sus fibras son diferentes, todo cambia, no es plano. Esas características son lo que nos diferencian y podemos crear cosas prácticas, tanto para el uso doméstico como para una gran construcción”, afirmó la emprendedora.
Un proyecto que gracias al financiamiento que aporta Corfo, ha podido avanzar y crecer.
En el caso de la forestal, ha recibido una línea de Apoyo inversión productiva (Ipro), la cual ha sido destinada para mejorar la infraestructura del emprendimiento.
“Como todas las cosas en general, si tú no usas bien los recursos, no confían en ti. Yo tenía una idea en mente, no tenía los recursos, Corfo me apoyó y yo lo concreté”, concluyó Paulina.
Asimismo, gracias a las líneas de financiamiento que recibió su trabajo, la emprendedora pudo observar nuevas técnicas de trabajo que son utilizadas en otros países, oportunidad que la empujó a atreverse y poner en marcha nuevas ideas en el mundo de la innovación desde su propia región.
Así, queriendo contribuir al desarrollo forestal y social, la empresaria local, le otorgó un valor agregado a la madera en un espacio que solía ser dominado por hombres, situación que actualmente visualiza como una ventaja al momento de desarrollar sus funciones; y que además, es un ejemplo para todos aquellos que aún no se han animado a lanzarse al mundo del emprendimiento.