Trae consigo que bienes importados sean más caros, así como los nacionales, producto del alza de los combustibles. Asimismo, comprar un auto y pagar un crédito en UF, también se encarece.
La tendencia alcista de la divisa norteamericana se mantiene, y en la semana sobrepasó la barrera de los $700, panorama auspicioso para el sector exportador, pero con perjuicios para las personas.
El aumento del precio de los combustibles es la muestra más palpable del efecto de un dólar alto.
“El dólar tiene un efecto multiplicador en los precios de la economía, y afecta de forma distinta al sector importador y al sector exportador. El efecto sobre las importaciones tiene especial significancia en la importación de combustibles y que incide en el costo del transporte y, por lo tanto, en otros productos, por su efecto multiplicador) que deben ser trasladados dentro del país, generan un efecto negativo (un alza) en los precios de los bienes de consumo, esto afecta la canasta de consumo de cada ciudadano”, explicó el docente de Ingeniería en Administración de Duoc UC sede Concepción, Claudio Sánchez.
Asimismo, sostuvo, al comprar productos importados, que se hacen más caros, por efecto de conversión, los costos de las empresas aumentan y para no ver mermadas sus utilidades traspasan parte del costo al consumidor.
“En el caso de los productos no importados, al ser trasladados a los centros de consumo, aumenta, para los transportistas (producto del alza de los combustibles), el costo del flete, el cual es traspasado al cliente (las empresas), el que a su vez los traspasa al consumidor final (normalmente las personas).
Por último, si los precios suben dentro de la economía, esto presiona al alza a la inflación lo que hace caer nuevamente el poder adquisitivo, porque hay una caída del salario real.
El alza del dólar generará un incremento en el costo de la vida diaria, lo que se puede observar especialmente con los electrodomésticos, aparatos tecnológicos y automóviles. Sin embargo, el alza del dólar tiene un impacto más generalizado en la economía, advierte la académica de Ingeniería Comercial de la USS, Daniela Catalán, ya que traerá como consecuencia un aumento del precio de los combustibles, lo que tendrá repercusiones en la inflación y con ello un alza del costo de la vida, que perjudica sobre todo a las familias de menores recursos, apuntó.
“No debemos olvidar que un aumento del precio de los combustibles encarece el transporte y, por ende, el precio de los alimentos, ítem que concentra un alto porcentaje del gasto de las personas con sueldos más bajos. Además, a mayor inflación, sube la Unidad de Fomento aumentando el valor de las cuotas de los créditos expresados en esta unidad”.