Economía y Negocios

Universidad de Concepción: la academia al servicio de la agricultura

Desde la creación de la Facultad de Agronomía, a partir del Plan Chillán, que la UdeC ha sido una generadora de conocimiento y capital humano en el mundo silvoagropecuario, cumpliendo un rol clave en la transferencia tecnológica, en la investigación y en la innovación, fundamentalmente en las regiones de Ñuble y Bío Bío.

Por: La Discusión 22 de Mayo 2019
Fotografía: UdeC

Cuesta imaginar el desarrollo del sector silvoagropecuario de la región y el país sin el aporte de la Universidad de Concepción, que hoy, a través de las facultades de Agronomía, Medicina Veterinaria, Ciencias Forestales e Ingeniería Agrícola, cumple un rol fundamental no solo como formadora de capital humano calificado, sino que también en la generación de conocimiento, en transferencia tecnológica, en investigación y en innovación, principalmente en su área de influencia más próxima: las regiones de Ñuble y de Bío Bío.

La casa de estudios ha estado presente en procesos históricos del sector agrícola en los últimos 70 años, como la mecanización de faenas, la introducción de especies y de nuevas variedades, la multiplicación de semillas, la creación del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y la instalación de Iansa, el mejoramiento genético, el combate de plagas y enfermedades, la tecnificación del riego y el sueño de los embalses, el desarrollo de la fruticultura y la agroindustria, el impulso forestal, el uso de energías renovables no convencionales, la irrupción de la trazabilidad y la inocuidad alimentaria, y la adaptación al cambio climático, entre otros.

A la creación de la Facultad de Agronomía, en 1954, le siguió la apertura de la carrera de Tecnología Forestal, en 1965, en Los Ángeles, que posteriormente se trasladó a Chillán, para convertirse en Ingeniería Forestal en 1977, y dar inicio a la Facultad de Ciencias Forestales, en 1992. Asimismo, la carrera de Medicina Veterinaria, creada en 1972, un año después se traslada a Chillán, y se crea la Facultad en 1993. En tanto, en 1988 se crea la Facultad de Ingeniería Agrícola, heredera del Instituto Nacional de Ingeniería Agrícola, fundado en 1977 por la UdeC, la FAO y el Gobierno de Chile.

Un testigo de estos procesos fue el académico de Agronomía y ex director general del campus Chillán, Fernando Bórquez, quien hoy se desempeña como seremi de Agricultura de Ñuble.

“Mi padre –Fernando Bórquez Stevens– fue uno de los primeros agrónomos que contrató José Suárez Fanjul para el Plan Chillán”, relata. “La Facultad de Agronomía se transforma en una continuidad del Plan Chillán, pero en una versión académica; su influencia fue enorme, con todo el desarrollo en distintas áreas, como producción de semillas, análisis de laboratorio y asesorías técnicas; además, la formación de profesionales que tuvieron una destacada labor, por ejemplo, en la creación del INIA en los años sesenta”, enfatiza. De hecho, detalla que el INIA fue obra de los decanos de Agronomía de las universidades de Chile, Católica y de Concepción.

La autoridad también puso de relieve la instalación de la planta Iansa en Cocharcas, a mediados de la década del sesenta, “lo que provoca un cambio extraordinario, porque empieza el cultivo de la remolacha con buenos resultados, mucha asistencia técnica y la masificación del riego tecnificado. Además, se generó mucho empleo y llegó un gran número de profesionales”.

Otro aspecto que subraya Bórquez es el de la introducción de cultivos, como las especies forrajeras. “También hubo gente que trabajó mucho en el estudio del arroz, y a partir de los años setenta se comienzan a abordar los frutales, con un rol destacado en la introducción del kiwi”.

En cuanto a la incorporación de tecnologías a los procesos agrícolas, la autoridad valoró el aporte que ha hecho la Facultad de Ingeniería Agrícola, creada como una respuesta a la necesidad de modernizar los procesos del rubro.

Y si bien en un comienzo su labor se concentró principalmente a nivel de estudios, posteriormente se volcó también a la capacitación y transferencia tecnológica a los agricultores básicamente en riego y mecanización, a la búsqueda de soluciones a problemas en la industria y a la investigación en áreas estratégicas para la definición de políticas públicas, como el agua y la alimentación saludable.

Su decana, María Eugenia González, afirma que hoy son cuatro los ejes fundamentales del quehacer de la Facultad: el manejo de los recursos hídricos, alimentos y agroindustria, energía y medio ambiente, los que a su juicio son relevantes para el desarrollo futuro de la agricultura.

Ganadería

En el ámbito ganadero, Bórquez destaca el impacto que produjo la inseminación artificial “que venía del Plan Chillán”. Recuerda también que “existió un laboratorio de diagnóstico clínico que fue muy importante, y a fines de los cincuenta se crea la Cooperativa Agrícola Lechera Ñuble, que fue de las primeras del país y la primera en producir leche larga vida en Chile. Desgraciadamente, en 1981 se fue a la quiebra”.

Con la perspectiva del tiempo, hoy es indiscutible el aporte de Veterinaria a la salud pública, certificando la inocuidad de alimentos y sanidad de la industria porcina nacional. El Departamento de Patología y Medicina Preventiva es el núcleo de profesionales del área con más experiencia en el país, con una línea de trabajo de varias generaciones y un moderno laboratorio creado en 2006 a partir de un convenio con la industria.

Igualmente, sus investigaciones han ayudado a preservar decenas de especies y hoy en los ámbitos de biotecnología y genética animal es un referente nacional e internacional, resume su decano, Patricio Rojas.

Industria forestal

En materia forestal, el decano de Ciencias Forestales, Jorge Cancino, destaca que han “mantenido un vínculo ineludible con diferentes instituciones y empresas del rubro forestal, no solo por ser formadores de capital humano, sino también en asistencia técnica e investigación en una diversidad de áreas, abarcando la gama completa de la cadena productiva, desde la producción de plantas hasta la transformación industrial”. Entre ellas, el académico destaca proyectos de investigación en celulosa, lignina y derivados, genética y biotecnología, sustentabilidad de plantaciones, patología forestal, biometría y restauración ecológica.

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