Hay una alta expectativa por parte de las empresas ligadas al turismo. Por ejemplo, Esquerré aseguró que se deben ampliar las ofertas convirtiendo a la zona en un atractivo cautivante para las compañías y pasajeros.
La industria turística del Bío Bío celebró la aprobación de la nueva Ley de Cabotaje que autoriza a los cruceros internacionales con capacidad igual o superior a 400 pasajeros poder transitar en puertos nacionales.
La medida permitirá potenciar el turismo regional, pero con un desafío: seguir optimizando la calidad de servicios de pasajeros y explorando nuevas áreas de desarrollo.
A nivel local, la presidenta de la Asociación Gremial de Turismo (Protur), Pilar Varela, opinó que la normativa impulse al puerto de Talcahuano. “Es por eso que el actual desafío tiene relación con el trabajo que se realice tanto con las navieras, como con Asmar y los empresarios y operadores para la diversificación de la oferta local”.
En tanto, el gerente de Esquerré Tour Operador e integrante de la mesa de cruceros, Paul Esquerré, puntualizó que espera este deseo se concrete.
“Entramos en un mundo desconocido, porque efectivamente no sabemos cuál va a ser el comportamiento real de las compañías.
Sin embargo, podemos inferir lo siguiente: hoy las compañías de cruceros tienen rutas de larga duración y eso le quita presencia a muchos puertos que podrían ser destinos interesantes para rutas más cortas. Algunos de ellos pueden ser Talcahuano, Corral y Chaitén. O una intermedia entre puerto Chacabuco y Puerto Natales, por ejemplo, lo que podría beneficiar de manera importante a nuestra industria. Con esto, los potenciales destinos deberán ajustar su oferta turística para lograr experiencias únicas y así cautivar a las compañías y pasajeros”, analizó el ejecutivo de la firma.
El trabajo colaborativo es esencial para que este segmento a nivel mundial que mueve US $120 billones anuales, pueda reflejarse en la Región.
“Desde hace varios años, y en conjunto con diversas instituciones como Sernatur, la Seremi de Economía, la Municipalidad de Talcahuano, los puertos de la ciudad y Asmar , conformamos la mesa de cruceros. Grupo que ha buscado potenciar la llegada de navieras a la zona y que ha permanecido en el tiempo a pesar de las diferentes administraciones. Eso es destacable ya que permite un trabajo a largo plazo que beneficiará la llegada de más cruceros a nuestra Región”.
El alcalde de Talcahuano, Henry Campos, señaló que “para nosotros esta ley es muy importante, porque va a permitir el desarrollo de los puertos a través del turismo y no sólo como una ruta internacional, si no también permitiendo rutas nacionales que pueden integrar a Talcahuano”. Destacó, además, que “nosotros planteamos que Talcahuano tiene ventajas comparativas importantes tales como la logística; tenemos al astillero y la maestranza de la Armada, un aeropuerto muy cerca del puerto y la conectividad para llegar a diversos puntos de interés para los turistas”.
En tanto, el gerente general de Puertos de Talcahuano e integrante de la mesa, Rodrigo Monsalve, valoró la aprobación y despacho del proyecto de ley que modifica la actual normativa referente al cabotaje de personas. “Nos permitirá hacer turismo en el mar a menores costos”.
La Subsecretaria de Turismo, Mónica Zalaquett, entregó mayores datos sobre este segmento. “La industria de cruceros está creciendo en un orden de un 7%, prueba de ello es que el año pasado casi 28 millones de personas utilizaron este producto turístico. Chile recibe alrededor de un 1,5% del total de cruceristas, con más de 450 mil pasajeros en la temporada actual. Estamos convencidos que con nuestros más de 4.300 kilómetros de costa y nuestras bellezas naturales podemos ser un destino de excepción para esta industria, ya que con esta ley la industria podrá ofrecer cruceros de entre cinco y siete días, que representa un 90% de la demanda actual por este producto”, dijo.
Otro que aplaudió la nueva normativa fue el senador Alejandro Navarro. “Chile requiere la construcción de Puertos de turismo, es decir, puertos que sean construidos para recibir a estos grandes cruceros en las principales ciudades de Chile. Esto va a requerir inversión de los gobiernos regionales y una política portuaria capaz de brindar espacio en dónde puedan convivir las dos modalidades (carga y pasajeros) brindando la seguridad necesaria para que los pasajeros puedan descender y subir a los cruceros sin riesgo de ningún tipo”.
Igualmente, resaltó que “impone exigencia a las ciudades en materias de seguridad ciudadana para los turistas, en materias de prestación de servicios como hotelería y gastronomía, como también de personal que maneje distintos idiomas. Todo ello va a producir un efecto positivo en la generación de empleos en cada uno de los puertos de Chile donde recalen estos cruceros”.