Economía y Negocios

Los 6 pasos que debe dar la Región del Bío Bío para ser potencia agroalimentaria

La agroindustria regional evolucionó y busca especializarse en las actividades que ofrecen más ventajas comparativas. Es la base del comercio internacional y podría consolidarnos como potencia alimentaria. Pero hay desafíos y barreras a superar.

Por: Silvanio Mariani 13 de Enero 2019
Fotografía: Referencial

Diario Concepción ha registrado, en diferentes períodos de la última década, la silenciosa revolución que se gesta en el agro regional. En 2009, muchos agricultores migraban desde los cultivos tradicionales hacia la plantación forestal, dado que la rentabilidad era bastante más alta. Cultivar remolacha, trigo o hortalizas implicaba asumir inversiones y riesgos que una plantación de eucalipto o pino no requería. Diez años después, el escenario es muy distinto y ocurre un regreso hacia el cultivo de alimentos.

Las razones son varias. El cambio climático ha empujado la frontera de la fruticultura chilena hacia el sur. Los precios convirtieron las frutas en productos muy rentables en comparación con otros cultivos. Las nuevas tecnologías de riego aumentaron la producción y Bío Bío tiene hoy campos de alto rendimiento. Por último, los nuevos tipos de envases facilitaron la exportación de alimentos a destinos lejanos.

Como resultado, la superficie frutícola en Bío Bío pasó de 6,3 mil a 14,9 mil hectáreas en diez años. Entre otros logros, nuestra región se alzó como el principal productor, por ejemplo, de arándanos. Para que no quede duda sobre la importancia de ello: una sola hectárea de arándanos entrega la rentabilidad equivalente a 50 hectáreas de trigo. Y de paso se generó un boom de empresas orientadas a la exportación, desde las que se dedican a cámaras de frío y envases hasta las especializadas en logística.

Capital del agronegocio

Esta realidad, combinada con la ganadería y la industria de productos del mar, no sólo inyecta optimismo sino que además plantea una legítima preocupación: ¿Qué le falta a Bío Bío para afianzarse como potencia del agronegocio en Chile?

Por parte de los agricultores, la respuesta es unísona. “Nos falta mejor coordinación con el Estado, mejorar las políticas de apoyo al campo”, resume el empresario agrícola José Miguel Stegmeier. Presidente de la Sociedad Agrícola en Bío Bío, Stegmeier conoce en profundidad la realidad de la agropecuaria regional.

“El agua ya la tenemos, falta embalsarla. El mercado externo también, puesto que Chile tiene una gran cantidad de acuerdos comerciales. En producción, somos top 5 mundial, en calidad, uso de tecnología, respeto a normas ambientales, pero nos falta mejorar nuestra marca, mejorar los servicios de apoyo a las exportaciones”, detalla.

De hecho, los exportadores coinciden. “Necesitamos de una ventanilla electrónica única de comercio exterior, de un sistema que integra todos los procesos”, defiende Alfredo Meneses, gerente general de Asexma Bío Bío, gremio que reúne a las Pymes exportadoras.

Entre las iniciativas, Meneses destaca el lanzamiento oficial de la interconexión de Sicex y Surlog, así como la concreción del “embarque efectivo” para beneficiar a las empresas exportadoras de la zona. Sicex y Surlog son plataformas que simplifican los trámites de comercio exterior y entregan mayor velocidad a los procesos. A su vez, el embarque efectivo permite a los exportadores recuperar el IVA más rápido, cerrando anticipadamente el proceso de exportación. En palabras simples, el comercio exterior de Bío Bío pasa a ser más competitivo.

También el transporte de la producción regional puede ser un factor decisivo para la agroindustria. Y en eso hay una tarea pendiente, advierte Claudio Cid Berman, director de Aduana Regional de Talcahuano: “Nos falta una alternativa para el transporte de carga, para que los envíos lleguen a tiempo, disminuyendo los costos. Necesitamos abrir el Carriel Sur como un aeropuerto internacional para sacar cargas de Bío Bío dentro de un sistema integrado de logística”. Esa alternativa haría que cargas de la Araucanía y Maule, por ejemplo, dejaran de salir del país desde los terminales aéreos de Santiago. Por costos, Carriel Sur sería la opción lógica.

El aporte de la investigación

En la academia, los investigadores tienen clarísimo que el sector agroindustrial se encuentra en un  nivel de rezago respecto del aporte que realiza la actividad forestal. Renato Segura, académico Escuela de Negocios Universidad de Las Américas, enumera tres razones fundamentales. La primera es la baja escala de producción. “De acuerdo a registros de Odepa, de un total de 63 mil productores de la región, casi el 80% posee una superficie menor a 20 hectáreas”, detalla Segura, y la baja escala de producción afecta la competitividad de la oferta. Los otros factores relevantes son la baja disponibilidad de capital de trabajo y el bajo nivel de cooperación entre los productores.

José Luis Arumí, decano de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción coincide en que la falta de cooperación es la gran debilidad del agro. ¿Cómo enfrentar las barreras? A través del cooperativismo, de asociación entre productores.

“La cooperación es la solución natural al problema de escala de producción. Sin embargo, para aumentar la predisposición a cooperar no basta con la intervención del Estado (subsidios) o la buena voluntad de las partes afectadas (gremios), es necesario un  Contrato Privado de Cooperación con incentivos de los participantes”, dice Renato Segura.

José Arumí agrega que la cooperación entregaría soluciones a temas reales de competitividad, como la denominación de origen para productos de la zona y la negociación de precios en condiciones más favorables.

Avances de la agroindustria regional

1 Monitoreo satelital

Desde el 2017 el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) impulsa un programa para la agricultura de precisión que cuenta con tecnología de la NASA orientada a apoyar al sector agrícola. El programa incluye monitoreo de los recursos hídricos, de los cultivos y realizar pronósticos de rendimiento. Esta tecnología puede ser accedida en los campos a través de herramientas como tablets, plataformas on line y aplicaciones para smartphones.

2 Agro con precisión

Los cultivos de olivo en la Región son un ejemplo de las innovaciones orientadas a la agricultura de precisión y de los beneficios entregados por este modelo de negocios.  Si bien los huertos de explotación requieren al inicio mayor cantidad de recursos por hectárea, se reducen los costos de manutención, los cuales incluyen las aplicaciones de herbicidas, plaguicidas, fertilizantes, riego, entre otros. Además, la aplicación de tecnología de precisión tiene efecto en la cosecha total, con un alza de 20% en la producción anual con manejo de tecnología de precisión.

3 Aporte de las Universidades

Diversas casas de estudio han impulsado programas de formación en capital humano para la industria logística de la Región, un factor decisivo para reducción de los tiempos y costos de traslado del transporte de carga. La UdeC, el instituto Virginio Gómez y la Universidad San Sebastián han realizado apuestas en esa  línea. De hecho, la a primera generación de ingenieros en logística y transporte egresará en 2020 de la USS. Otra apuesta que tendrá un impacto positivo en la agroindustria regional es la materialización del Pacyt, el primer Parque Científico y Tecnológico de Chile, que permitirá transferir tecnología hacia la empresas regionales.

Seis puntos fundamentales:

Marca Bío Bío: Se requiere inversiones para consolidar la marca regional y para ello establecer productos con denominación de origen. Los envíos de vinos a granel, si bien son un aporte para los exportadores, no generan la rentabilidad esperada. Un local, igual o con mejor calidad que un vino francés recibe un precio inferior.

Cooperativismo: La cooperación es la solución natural para muchos problemas. El pequeño y mediano productor no tiene reales posibilidades de competir en costos de producción, precios de venta competitivos, rendimiento y menos aún en acceso a tecnología y conocimientos que le permitan pararse de igual a igual en el mercado.

Terminal aéreo: El Carriel Sur debe convertirse en un aeropuerto internacional para el transporte de cargas. En 2018, la llegada de dos grandes aeronaves (Antonov Airlines y Volga Cargo Airlines) probaron que es posible. Desde Santiago se movieron más de 165 millones de kilos de cargas que sumaron 1,4 mil millones de dólares en 2018. Carriel Sur podría recibir un porcentaje de ese total.

Empresas Asmar e IPA ofrecieron 3 hectáreas para realizar las ampliaciones necesarias.

Rol del Estado:Las políticas públicas deben estar orientadas a apoyar a los campos chilenos. Ello se traduce en acelerar la constru cción de embalses y canales de riego.

También incluye la definición de reglas que entregan seguridad a las inversiones privadas y condiciones de financiamiento que favorezcan a los pequeños y medianos productores.

Logística: Implementación definitiva del Sistema Integrado de Comercio Exterior y del Sistema Unificado de Redes Logísticas, plataformas desarrolladas por la Mesa Comex y que podrían ser replicadas en todo el país. Mayor especialización de los puertos al mundo agrícola, de modo a fortalecer el envío de productos con valor agregado, como los berries.

Productividad: Para ser competitivo, el agronegocio regional debe seguir incorporando tecnologías que aumenten la productividad, además de apostar por cultivos que entregan mayor

rentabilidad. El respeto a los estándares ambientales y a las condiciones laborales implican acceder a los mercados de mayor poder adquisitivo del mundo.

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