Economía y Negocios

Cultivo de ostiones es la nueva apuesta en la zona de Arauco

El ostión es un producto gourmet con muy buen precio en el mercado. Semillas de ostiones vivos fueron trasladados desde Tongoy a la caleta Llico

Por: Silvanio Mariani 23 de Diciembre 2018
Fotografía: Cidere Bío Bío

En Llico, una caleta de pescadores artesanales ubicada a 32 km de la comuna de Arauco, se impulsa un experimento que podría cambiar la economía del lugar, y de paso crear una nueva forma de sustento para las familias de los pescadores. Se trata de un proyecto que busca cultivar ostiones, un producto gourmet rentable y cuyo mercado va en franca expansión.

Es lo que pretende el proyecto piloto denominado “Cultivo del molusco bivalvo en la costa de Caleta Llico”, una iniciativa apoyada por Cidere Bío Bío. Se trasladaron mil semillas de ostiones vivos desde Tongoy, el balneario costero de la Región de Coquimbo. La semillas fueron introducidas en la caleta de la zona de Arauco por las condiciones de sus aguas, que podrían asemejarse a las del norte donde se desarrolla la especie.

“En este experimento podremos comprobar si en las aguas de Caleta Llico los ostiones logran reproducirse y de esta forma beneficiar a los pescadores y buzos del sector con nuevas fuentes de trabajo y la creación de centros de cultivos que permitan posteriormente propagarlo hacia otras localidades”, aseguró Pedro Ramírez, gerente de Cidere Bío Bío. El ejecutivo señaló que esta actividad es importante para la corporación, porque “refleja el espíritu de sus fundadores, quienes desde los inicios se propusieron trabajar en la identificación de recursos naturales que puedan generar nuevos rubros productivos para la Región y en este caso expandirlo a otras caletas de la zona”.

Una de las tareas de Cidere, agregó Ramírez, es identificar oportunidades que permitan el aprovechamiento de los recursos naturales de manera sustentable y que genere nuevas líneas de negocios para los habitantes de los distintos territorios de la Región.

El proyecto es desarrollado junto al buzo y pescador artesanal de Llico, José Enrique Salas, quien estuvo a cargo de realizar la siembra, vigilar y mantener la faena. “Si esto resulta, sin duda llegará más gente a la caleta y eso nos beneficia a todos”, declaró el profesional.

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