Tras ser desistido hace una semanas, los antecedentes fueron dispuestos ante el SEA Bío Bío para que fuera evaluado ambientalmente, en medio del rechazo a Lago Yelcho e Inversiones Pelícano.
La llegada de solicitudes de impactos medio ambientales para instalar cultivos de salmones en la Región del Bío Bío y Ñuble durante este año han desatado especial atención, ya que algunos ven una señal de reactivación económica con $76.000 millones aproximadamente. Mientras que otros proyectan peligro medio ambiental, generando rechazo tanto de la comunidad y sus autoridades.
Antes que Cultivos Marinos Lago Yelcho llegara solicitando al SEA permisos para instalarse en 15 puntos costeros en comunas del Gran Concepción, hubo otra que no generó tanta atención, pese a la magnitud de la propuesta.
Se trata de Bordemar-Tumbes, que, en primera instancia, buscó instalar la crianza de esta especie, pero en la modalidad tierra en Talcahuano, a unos cientos de metros de la orilla.
La inversión es incluso mayor a la de Lago Yelcho de $27.000 millones. Esta planea en un sólo sector US$ 45 millones, es decir, casi $30.000 millones.
El primer intento lo hizo el 9 de agosto, antes que las propuestas en mar abierto. Sin embargo, con el correr de los días, Bordemar-Tumbes desistió de seguir.
Andrés Oreña P.
Fue ahí cuando la atención se centró en Lago Yelcho, firma conocida en el sur de Chile. Tras la polémica y cuestionamientos a que Bío Bío tendría que cargar con los mismos problemas que han tenido las salmoneras en el sur del territorio nacional, Bordemar-Tumbes sorpresivamente volvió a la carga.
El jueves 16 de agosto presentaron su DIA, Declaración de Impacto Ambiental.
“Corresponde a la construcción, implementación y operación de una piscicultura de recirculación basada en tierra para una producción de aproximadamente 4.000 toneladas al año de peces de la especie salmónidos y truchas, desde ova a peso comercial de calidad Premium Grade, de aproximadamente 5,0 kilogramos. Dicho sistema de recirculación contempla una serie de etapas secuenciales, cuyo concepto de diseño y operación se aplica para el Hatchery o Unidad de Crianza y Engorda de peces, siendo su principal característica operar en un ambiente controlado mediante un circuito cerrado de agua dulce desinfectada y salinizada, alimentando estanques ubicados en tierra, en un ambiente aislado mediante galpones cerrados”, explicó su representante legal, Pablo Cabello Medina, al servicio evaluador.
En estricto rigor, se trata de 51 tanques. De estos, 18 serán para el proceso de crianza y 33 para el engorde.
El seremi de economía Bío Bío, Mauricio Gutiérrez, señaló que la postura ante estas iniciativas es clara.
“Nosotros hemos tenido la visita de los inversionistas que nos han planteado los proyectos. También, hemos tenido en la Seremi representantes de la pesca artesanal. Hemos conversado con alcaldes y parlamentarios. Nuestro relato respecto de la salmonicultura sigue siendo el mismo, como lo dijo el intendente Jorge Ulloa. Tienen que cumplir con tres requisitos: el respeto a la ley, al medio ambiente y la amplia participación ciudadana”, resaltó la autoridad regional.
Inversiones Pelicano en la nueva Región de Ñuble tiene 10 pretensiones en “calificación” por un total de US$ 26 millones, que son poco más de $17.000 millones en moneda nacional.
Ocho están en Cobquecura, uno en Trehuaco y otro en Coelemu (Perales). Fueron presentados primero al SEA Bío Bío antes de la separación. Igualmente hay rechazo ciudadano.
Y, de a cuerdo al Seia (Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental), hay uno más por US$ 2,6 millones, pero en Purema, comuna de Tomé, justo en el límite con Coelemu .
Hace unos días los diputados Loreto Carvajal (PPD) , Carlos Abel Jarpa (Prsd) y Jorge Sabag (PDC) opinaron que la decisión de si se aprueba o no se debe recaer en la nueva institucionalidad de Ñuble y no del Bío Bío.