Economía y Negocios

Enólogos afirman que ribera del Río Bío Bío tiene viñedos de 200 años

Desde la desembocadura en el Océano Pacífico hasta la zona de Nacimiento estarían las vides que podrían ampliar la vitivinicultura regional.

Por: Equipo Economía y Negocios 19 de Agosto 2018
Fotografía: Andes Wines

Es un hecho concreto de que toda la ribera del Río Bio Bio desde la desembocadura en el Océano Pacífico hasta la zona de Nacimiento y alrededores, presenta una innumerable cantidad de vides abandonadas. Están en sectores aledaños que son desconocidos para el público en general, pero que representan un tesoro histórico patrimonial vitivinícola.

En una reciente visita del genetista Suizo de vides y co-autor del Libro Wine Grapes, José Vouillamoz, destacó que si pudiéramos saber de que variedad estamos hablando, se podrían establecer los parámetros para la creación de nuevos vinos a partir de las uvas y generar a su vez una estrategia de diferenciación y posicionamiento nacional e internacional, sin olvidar la definición de protocolos de manejo del viñedo para los futuros vinos y espumantes que se podrían crear y para lograr esto, se debe realizar una técnica de identificación genética llamada DNA Profiling.

Para complementar, la aceleradora de negocios de AgroWine Lab que lleva trabajando casi dos años en el Valle del Itata y Cauquenes, destaca que la única forma de poder determinar la edad más cercana a la realidad de los viñedos centenarios del Itata y Bío Bio, es a través de una técnica altamente especializada llamada Dendrocronología– Determinación de edad de viñedos- y de esta forma poder conocer la real edad de los viñedos más antiguos de la ribera del Bio Bio e incluso Itata.

Esta técnica es desarrollada por José Vouillamoz de forma exclusiva en el mundo, y la dio a conocer hace un año y medio cuando visitó Concepción, Guarilihue y la costa de Talcahuano en compañía de la periodista y Master of Wine inglesa, Jancis Robinson y Nicholas Lander, crítico gastronómico del Financial Times.

En dicha visita, el coordinador del recorrido, el ingeniero agrónomo Maximiliano Morales, gestionó degustaciones con los enólogos Francois Massoc, Leonardo Erazo y el dueño de la Viña Pandolfi Price y Viña Demartiino, además de visitar la parra perdida del Valle de Puelo en la Región de Los Lagos, que resultó ser Bonarda, luego de que Vouillamoz realizara el análisis de ADN Profiling en Suiza.

“Surge de esta forma la necesidad de profesionalizar la actividad vitivinícola aún más, ya que pese a que se han estado gestando programas público-privados como el Nodo Estratégico Chile Vitivinícola 2.0 que definió la hoja de ruta de la industria del vino entre Maule y Aysén, además de Nodos Vitivinícolas en diversas zonas de Bío Bío e Itata, y Profos de Comercialización, todavía carecemos de una Plan Estratégico Vitivinícola que una ambas regiones- Ñuble y Bío Bío– y tenga una mirada global del real potencial vitivinícola y ecoturístico de ambas regiones, sin olvidar que estaría descolgado Araucanía que posee viñedos de más de 200 años todavía en producción en las zonas de Capitán Pasten, Angol y alrededores”, destacó Maximiliano Morales.

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