Los productos eléctricos tienen dos ventajas importantes:una gran variedad de modelos y una baja emisión de agentes contaminantes, muy importante en una zona saturada por MP 2.5.
El 59% de las emisiones que contaminan la atmósfera en el Concepción Metropolitano provienen del sector residencial que utiliza leña para calefaccionarse.
En este contexto, una buena y limpia alternativa lo constituyen las estufas eléctricas, que presentan la ventaja de tener una amplia variedad de modelos y que no contaminan el aire.
Además, hoy el precio de la electricidad se ha reducido, así como también ha mejorado el rendimiento energético de los calefactores eléctricos.
Por eso, expertos llaman a cotizar los modelos más nuevos, ya que efectivamente los más antiguos no son eficientes y pueden convertirse en un peso económico no deseado, además de tener resultados acotados en cuanto al objetivo: calefaccionarse.
La empresa Beca tiene una novedad muy relevante para la industria. Acaba de desarrollar estufas capaces de ser programadas vía WiFi con el smartphone para así al momento de llegar al hogar, encontrar todo temperado sin tener que esperar que la estufa encienda.
También, se la jugaron por desarrollar mayor seguridad, ya que un tema preocupante son los accidentes por quemadura, especialmente por parte de los niños. (Según cifras de Coaniquem, el 58% de las quemaduras de los menores son a causa del contacto con estufas).
“En este sentido, Beca ha elaborado modelos de calefacción que incluyen tecnología antivuelco, y de apagado automático por sobrecalentamiento, explicó la gerente comercial, Claudia Valdevenito.
“Nuestras marcas Thorben y Biocalor se caracterizan por usar tecnología innovadora, sana y segura. Dentro la amplia gama de productos podemos encontrar el panel calefactor Bio 400 WiFi, el cual permite calefaccionar hasta 10 metros cuadrados consumiendo sólo 400W ($43 por hora aproximadamente). No produce ruidos molestos, ni tampoco consume oxígeno, lo que evita sofocar el ambiente. Además, el panel se conecta a la red WiFi para que el usuario pueda programarlo de forma remota, mediante una aplicación que se descarga gratuitamente en el smartphone. Por último es un electrodoméstico personalizable, ya que su base se puede pintar y decorar”.
¿Pero qué pasa si los espacios a calefaccionar son mayores?
Valdevenito destacó en este sentido las estufas infrarrojas, cómo la Thor 1.500, una poderosa estufa eléctrica que usa placas cerámicas con una gran tasa de conversión de electricidad a calor. Cubre un área de 60 metros cuadrados y ajusta su rango de temperatura entre 16 y 32º.
“Es segura para quienes tengan afecciones respiratorias, ya que incluye filtro de aire que higieniza el aire eliminando bacterias”.
El docente de Ingeniería en Construcción de Duoc UC sede Concepción, Dagoberto Paredes, explicó que a pesar de tener una gran oferta en el mercado, se debe considerar la potencia o consumo del artefacto, que se expresa en watt, ya que esta medida se asocia al costo que se debe pagar por los kilowatt/hora.
“El artefacto de calefacción debe tener la certificación de ensayo, calidad y seguridad emitido por el organismo técnico competente en Chile, que en caso de falla, la marca adquirida tenga capacidad de respuesta por medio de un servicio técnico autorizado, y que este se encuentre en la zona cercana a nuestra residencia.
En cuanto al rendimiento por metraje cuadrado, Paredes sostuvo que es importante considerar la capacidad calórica de cada aparato calefactor que se expresa en kilocalorías por hora, Kcal/ h, ya que esta característica se asocia directamente con los metros cuadrados de superficie a cubrir. Por ende, se hace imprescindible solicitar esta información al vendedor que nos asesora al momento de la compra. Otros factores que pueden determinar la efectividad del equipo calefactor serán las propiedades constructivas y de aislación que tenga el lugar que se quiere calefaccionar, advirtió.