Economía y Negocios

Borgoñon, la nueva apuesta culinaria en ex consulado belga

Por: Javier Ochoa 22 de Abril 2018
Fotografía: Raphael Sierra P.

Además, incluirán un hotel boutique en el segundo nivel. La casa, que data de 1950, posee dos chimeneas y una terraza en el patio trasero. La carta está basada en comida chilena con énfasis en pescados y carnes.

En Orompello 55 abrió sus puertas un nuevo emprendimiento gastronómico en Concepción, llamado Borgoñon, restorán que ocupa la patrimonial casa que fue construida en 1950 y que alojó al cónsul de Bélgica Frans Vandeputte y a su esposa Laura Desrumeaux desde 1953.

Es una casa imponente en cuyo  interior el material predominante es la madera que irradia calor y un ambiente típico flamenco, acentuado aún más por una gran chimenea abierta y algunas obras del renombrado pintor Kempisch, Frans Van Giel. En realidad, el salón principal posee dos chimeneas, que dan todo el ambiente para disfrutar de una buena mesa, comenta uno de los dueños, Giovanni Oreña, quien junto a Roberto Guillen han apostado por este tradicional sector de Concepción, sumando además el concepto de hotel boutique, aunque centrándose en una primera fase en la arista gastronómica.

“Quisimos lograr un local que sea cálido y donde se pueda degustar de buenos platos de comida chilena, con fuerte presencia de carnes y pescados”, sostiene Oreña quien junto a Roberto ya suman diez años de experiencia en el rubro.

Borgoñon está en periodo de marcha blanca tras un largo periodo de remodelación interna, ya que tomaron posesión de la vivienda en agosto de 2017 y tuvieron que invertir unos $120 millones para poder habilitarla. Partieron el 2 de abril y hasta hoy atienden a la hora de almuerzo y en la tarde noche hasta las 00.00 horas. Y ya a fines de este mes o inicios de mayo, abrirán el segundo piso donde existen 6 habitaciones con baño privado. Asimismo, el restorán estará operando en horario continuado.

“Hace tiempo que queríamos hacer algo así, pero no dábamos con la casa. Queríamos algo súper relajado para el público en general y al final dimos con esta casa que muchas veces quiso ser comprada por empresas, pero que al final una de las hijas del matrimonio Vandeputte, Annie Marie, nos la arrendó, ya que le convenció nuestro proyecto, el que le permitiría seguir visitando la casa donde alberga todos sus recuerdos de niñez y, por supuesto, de sus padres”.

¿Por qué Borgoñon?

Fue difícil, porque sabíamos que debíamos hacer la ligazón con Bélgica, pero no dábamos con el nombre. Sonó Flamenca, por el idioma que hablan, pero la gente podría confundirnos con restorán español… así que, al final, salió a partir de Borgoña, que es una ciudad belga, y con cierto juego de palabras surgió Borgoñon, ligándolo con el conocido brebaje chileno. Tendremos una cocina tradicional.

Borgoñon posee en la parte delantera estacionamientos para seis vehículos y en la parte posterior, tiene sector de terraza la que será techada y climatizada, para aprovechar al máximo el espacio que naturalmente es cobijado, explica Oreña, aunque se entiende que Concepción tiene seis meses de lluvia y/o frío, por lo que están trabajando para crear un cálido y atractivo espacio en el exterior, sostiene.

Cabe destacar que Borgoñon también ofrece la posibilidad de degustar café o alguna tabla, sin, necesariamente, almorzar o cenar, explica Giovanni Oreña, quien extendió una cálida invitación al público en general.

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