Economía y Negocios

Pesca de arrastre abre nuevamente el debate en el mundo pesquero

Por: Javier Ochoa 15 de Marzo 2018
Fotografía: Cedida

Declaraciones públicas de Asipes y Oceana tras documento que al final fue invalidado por el actual subsecretario Riquelme. ¿Qué hay detrás de este episodio?

Polémica estuvo la semana en el rubro pesquero a partir de una circular de la Subsecretaría de Pesca que suprimía o restringía la pesca de arrastre en gran parte del territorio chileno.

De inmediato, el gremio de los industriales pesqueros (Asipes) y  Oceana, reaccionaron a esta circular: los primeros oponiéndose a la medida tildándola de ilegal, mientras la organización de conservación marina acusaba al gremio de estar desinformando.

Así las cosas, el nuevo subsecretario de Pesca y Acuicultura, Eduardo Riquelme, salió al paso asegurando que se trata de un borrador de un proyecto que en ningún caso está despachado.

Cabe mencionar que la citada circular fue enviada por el saliente subsecretario, Pablo Berazaluce.

En definitiva, el nuevo subsecretario pone paños fríos, la situación queda tal cual, dejando la puerta abierta a una eventual revisión de la conveniencia o no de la pesca de arrastre. Dijo que antes de tomar una decisión al respecto, buena o mala según quién los plantee, es necesario escuchar a los respectivos consejos consultivos que la Ley de Pesca establece para esta gestión.

¿Pero qué está detrás de todo esto?

El tema de los impactos negativos de la pesca de arrastre ha sido discutido y analizado a nivel mundial y en Chile, existiendo un consenso que usar este arte de pesca en fondos donde existen arrecifes coralinos no debe ser permitido, dado la fragilidad de estos ecosistemas bentónicos y la clara conciencia mundial de protegerlos de todo tipo de degradación por causas antrópicas. Pero en el caso de las pesquerías de arrastres demersales; es decir, en la columna de agua y/o cerca de los fondos marinos, pero no sobre ellos, hay opiniones diversas.

Así lo expresó el biólogo marino, Ph.D. del Departamento de Zoología, Universidad de Concepción, Eduardo Tarifeño.

“En Chile, las especies explotadas mediante redes de arrastres son la merluza de cola, la merluza común, el camarón nailon y el langostino colorado. Las pesquerías de arrastre demersales aportan un parte significativa de la pesca para consumo humano directo que requiere de procesos industriales que generan a su vez muchos puestos de trabajo. Pero, no hay dudas que arrastrar una red directamente sobre los fondos marinos blandos produce una grave alteración a las comunidades que viven sobre o enterrado en los sedimentos dado que los habitantes bentónicos son drásticamente removidos de sus sitios de vida, temporal o permanente”.

“Afortunadamente”, añade Tarifeño quien además es miembro del Consejo Nacional de Pesca, en 2015 se estableció la prohibición de este tipo de pesca en los 117 montes submarinos que existen en agua chilenas debido a la fragilidad de los ecosistemas marinos en dichos fondos.

“Por otra parte, el mencionado decreto no publicado no limitaría la pesca de arrastre en las zonas donde hasta hoy se realiza, sino que pondría límites a la expansión de esta actividad en nuevas zonas, dado que el agotamiento de los recursos en las zonas explotadas genera la búsqueda de éstos en zonas aun sin explotar”.

Por eso, la directora de Oceana, Liesbeth van der Meer, va detrás de la denominada huella de arrastre, denunciando que la pesca industrial va ampliando su zona de acción.

“Es insostenible que la pesca de arrastre anualmente se expanda más de 500 kilómetros cuadrados por zonas que no han sido arrastradas. Debemos entender que donde estas embarcaciones ya han arrastrado, se necesitan al menos 30 años para que dichos ecosistemas se recuperen; esto limita la historia de su pesquería donde han pescado hace 16 años”.

Postura de Asipes

La encargada de sustentabilidad de Asipes, Monserrat Jamett, explicó que “a través de los años debido a la investigación y al desarrollo de tecnologías se han incorporado redes livianas, con un diseño que permite la liberación de ejemplares juveniles y que seleccionan la pesca para no dañar a otras especies. Eso, sumado al uso de radares y ecosondas que permiten la detección de los cardúmenes en forma controlada con un alto nivel de precisión, contribuye a que este arte sea cada vez más eficiente y sustentable. La red no arrastra de manera indiscriminada sobre los fondos, operando con gran selectividad sobre las especies objetivo. De los 35 países miembros de la Ocde, incluido Chile y la Unión Europea, 29 tienen industria pesquera. En 26 de ellos se realiza pesca extractiva y en todos se practica pesca de arrastre”.

¿Y el eventual congelamiento de la huella de este arte de pesca?

“Una iniciativa de congelamiento de la huella debiera ser analizada con todos los actores, en el Comité de Manejo y Consejos Zonales respectivos, resguardando los Ecosistemas Marinos Vulnerables y considerando experiencias internacionales en la materia”.

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