Escondidas en viejos viñedos del Maule, Ñuble y Bío Bío, en la zona sur de Chile, cepas tintas y blancas como Cinsault, Carignan, País, Moscatel y Semillón, entre otras, han tenido un despegue valorado por críticos y consumidores, y este año son parte del plan sectorial de ProChile para la promoción del vino en el mundo.
En julio, 10 viñas productoras de las cepas llamadas Patrimoniales estuvieron en Bogotá Colombia, en una misión que incluyó visitas en el mercado, degustaciones y reuniones con importadores. Ahora otras 11 viñas saldrán a una misión en Europa, donde recorrerán Holanda, Bélgica y Francia.
Para relevar este Plan y las actividades asociadas, ProChile realizó un encuentro entre productores, sommeliers, prensa y autoridades, encabezado por el director de ProChile, Alejandro Buvinic; el subsecretario de Agricultura, Claudio Ternicier, y la directora de Odepa, Claudia Carbonel, donde los asistentes pudieron conocer estas “antiguas nuevas” cepas, degustarlas y ver un poco más de su historia.
En la actividad estuvieron presentes la mayoría de los productores de vino que participan en el Plan Sectorial de este año y que tiene como objetivo diversificar la oferta de vino chileno en el mundo, enseñando a consumidores de todo el globo sobre la riqueza vitivinícola de nuestro país.
“Vemos una gran oportunidad con estas viñas. Los consumidores internacionales están buscando nuevas experiencias y apuestas en torno al vino, y estas cepas son perfectas para entrar a ese segmento”, destacó el director de ProChile.