Una buena noticia para los fondos de pensiones es el cambio regulatorio en inversiones que les permitirá poder invertir en activos alternativos, también llamados fondos de infraestructura.
Lo tradicional hasta ahora es invertir en instrumentos financieros en renta variable y renta fija, en papeles finalmente con distintos riesgos, pero desde el 1 de noviembre del presente año las AFPs podrán invertir en otros activos, de infraestructura, y de manera directa, como carreteras licitadas, edificios de oficinas, proyectos inmobiliarios, entre otros.
Por ejemplo, una AFP podrá ahora invertir en un edificio de oficinas, comprarlo en un 100%, y luego recibir el arriendo del edificio como flujo que valorizará los fondos de pensiones respectivos. También podría ser inversionista de una carretera concesionada, en donde los peajes serán los flujos de la inversión, en donde una parte será destinada a valorizar los fondos de pensiones de la AFP que invirtió.
Antes del cambio normativo, las AFPs también podían invertir en estos activos, pero de manera indirecta, a la deuda en bonos que emitía la gestora de la inversión, pero ahora podrá participar de manera directa, y la rentabilidad esperada es considerablemente superior.
Si bien el cambio de la normativa se valora, lo cierto es que es tarde si consideramos que el desarrollo de carreteras del país ya está concretado. Lo lógico hubiese sido que los fondos de pensiones hubiesen financiado estas inversiones cuyas licitaciones son a largo plazo, y que los afiliados sintieran que parte de los peajes o tags, fuesen en beneficio de su futura pensión.
También las AFPs podrán invertir en desarrollos inmobiliarios, por ejemplo financiar un edificio habitacional que en un par de años estará totalmente vendido.
En relación a los porcentajes de inversión, el fondo A podrá invertir hasta un 10% de su fondo en estos activos, en tanto que el fondo B y C lo podrán hacer en un 8% y 6% respectivamente, en tanto que los fondos D y E lo harán en un 5%.
Un elemento atractivo para las AFPs consiste en que estos activos alternativos son considerados como renta fija, por lo que no toca los límites de inversión de renta variable que son más acotados.
Esperamos que las AFPs puedan gestionar de buena forma los fondos de pensiones en estos activos alternativos, que la normativa aumente los límites de inversión si se consiguen buenas rentabilidades, y que puedan ir abriéndose a otras formas de invertir los fondos de pensiones, pues las rentabilidades cada vez son más difíciles de conseguir.