Economía y Negocios

Pasto Papel, la innovación de talla mundial que nace en Chiguayante

Por: Felipe Placencia 09 de Septiembre 2017
Fotografía: Gentileza Pasto Papel

Javier Garrido y Nicolás Meneses dieron con la idea hace casi dos años. La materia prima la consiguen de una cancha de fútbol ubicada en  San Pedro de la Paz.

¿Si los antiguos egipcios lograron hacer papel de una planta llamada papiro, qué pasa si lo intentamos con el pasto común?

Los ingenieros Javier Garrido y Nicolás Meneses hace un año y medio se hicieron esta pregunta y tras ensayo y error concluyeron que sí se podía.

El resultado es asombroso: hoy pueden fabricar bolsas, cajas de cartón para transporte, de vino y hasta bandejas de huevo, entre otras, bajo el nombre de “Pasto Papel”.

Su propuesta es absolutamente innovadora y según sus prospecciones, son los únicos en el mundo que lo están logrando.

El concepto que hay detrás es ser amigable con el medio ambiente, dejando la menor huella posible en el planeta una vez que el producto deje de cumplir su función.

Llegar a este punto no ha sido fácil.  De cinco que partieron en el equipo, tres optaron por  otros trabajos.  Es que la innovación y el emprendimiento demandan disciplina, paciencia y tiempo para buscar financiamiento cuando los recursos personales escasean.

Es por ello que Cowork Social B  fue clave para que accedieran a un financiamiento de Corfo por cerca de $12.000.000 para que la idea finalmente despegara.

Chiguayante

Y es en Chiguayante donde se encuentra emplazada una pequeña planta en la casa del ingeniero mecánico, Nicolás Meneses, donde trabajan en los prototipos y dan con los productos finales.

“Realizamos todo en una fábrica que hemos levantado de apoco.  Las máquinas son complicadas, en el sentido de que corten bien el pasto como nosotros lo necesitamos”, dice Javier Garrido, ingeniero comercial de la UBB y diplomado en Innovación de la USS, uno de los socios de Pasto Papel.

¿De dónde se consigue la materia prima? De la poda del césped de una cancha de fútbol ubicada en San Pedro de la Paz.

“Lo cortan y nos dan los residuos. Otro poco también lo conseguimos de un campo de mi socio”, añade Garrido.

El material es llevado a la pequeña fábrica y ahí con máquinas que  Nicolás Meneses ha ingeniado vuelven a procesar el  recurso hasta dar con una suerte de pasta. De ella logran un papel y un tipo de cartón ultra resistente.

“Algunos artículos que hemos hecho, como cajas valen desde $300 a $500 pesos en adelante,  dependiendo, porque la idea es tener precios competitivos con el mercado tradicional”, cuenta Garrido.

La idea es que los clientes, ya sea empresas o instituciones, de requerir los servicios de Pasto Papel puedan solicitar incluso otros productos específicos a definir.

“Las empresas, instituciones o personas pueden solicitar lo que ellos estimen. Muchos necesitan insumos para eventos. En ese aspecto podemos hacer agendas y lápices hechos de pasto”, puntualiza Garrido.

Otro segmento importante son los municipios. Algunos en el país están implementando oficinas dedicadas a la sustentabilidad, por lo que se asocian a empresas que se enfocan en proporcionar servicios en esta área.

“Ellos  buscan proveedores para tener insumos sustentables. Hemos hablado con municipalidades. Una de ellas es Cabrero, quienes estaban creando este departamento. Por ejemplo, muchas veces requieren de lápices y cosas así. Nosotros podríamos proveer un servicio similar”, proyecta Garrido.

Es que las ganas de seguir creciendo están y esperan que su negocio siga prosperando como otro ejemplo más de que cuando se tienen las ganas de sobresalir en un mercado exigente, sólo basta la motivación y las buenas ideas que se ajustan a lo que el público hoy demanda: el cuidado con el medio ambiente.

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