Economía y Negocios

Certificaciones: sepa qué está detrás de los sellos más relevantes del mercado

Por: Javier Ochoa 23 de Julio 2017
Fotografía: Archivo

Siempre en el ámbito de lo voluntario, lo cierto es que hoy, ninguna empresa puede obviar la inversión que implica certificarse. Sí es importante analizar bien el costo beneficio, y saber a qué nicho se está exportando.

La importancia de las certificaciones para el sector exportador cobra cada vez mayor relevancia, así como también para el propio consumidor interno. En el primer caso está íntimamente ligado a la competitividad, puesto que un sello puede hacer la diferencia entre entrar o no a un mercado en específico.

En relación al mercado interno, también las certificaciones han tomado mayor fuerza, a partir de la mayor conciencia de consumidores que buscan la trazabilidad de un producto en cuestión, ya sea buscando alimentos orgánicos, o que provengan de lo que se conoce como comercio justo, entre otros ejemplos.

El director regional de ProChile, Renato Segura, explicó que la Región del Bío Bío se caracteriza por su gran diversidad productiva y los numerosos sectores que desarrollan productos y servicios de exportación. Pero reconoció que las certificaciones son un tema complejo, que varían dependiendo del tipo de producto, del cliente al cuál va dirigido, del mercado de destino, entre otros factores. “Por ello, la decisión de un productor de obtener una certificación es un tema estratégico de su negocio, que requiere una asesoría especializada, la cual ProChile puede entregar gratuitamente a las Pymes que buscan exportar”.

Cabe explicar que estas certificaciones no las otorga ProChile ni el Estado de Chile, sino que son entregadas por empresas y organizaciones internacionales, que tienen sus propias normas y condiciones para otorgarlas, sujetos a inspecciones periódicas y a costos, que deben ser pagados por el propio productor.

Sector alimentario

En tema de alimentos, Segura explicó que tanto los productos del mar (pescados y mariscos) como del sector agropecuario (frutas, verduras, carnes y lácteos) tienen programas o certificaciones que radican en las exigencias sanitarias de los diferentes mercados que los productos tengan por destino y cuyo fin es principalmente asegurar la inocuidad de los alimentos.

En general, las plantas de proceso cuyos productos son elaborados para la exportación, deben contar con HACCP (sistema de análisis de peligros y puntos críticos de control) o un PAC (plan de aseguramiento de la calidad), a ello se suman los requisitos propios de cada país y las certificaciones opcionales a las que optan las empresas para una mayor competitividad.

Para el sector agropecuario en particular existen varias certificaciones importantes que garantizan las buenas prácticas agrícolas, entre ellas la más requerida es la Global GAP.

Hay otras certificaciones que tienen que ver con temas religiosos, como el mundo musulmán, que exige que sus alimentos sean “Halal” y que garantizan que se cumple con las normas que exige esa tradición. También está la certificación para los productos destinados a la comunidad judía, denominada “Kosher”, que es exigida en mercados importantes como Israel o Estados Unidos. Hay algunas específicas para el mercado británico y la Commonwealth, como la BRC Global Standard, que garantiza la seguridad alimentaria, informó el director de ProChile, Renato Segura.

También hay certificaciones de productos “orgánicos”, que garantizan que no se han utilizado pesticidas, plaguicidas ni productos químicos dañinos para el medio ambiente.

Hay otras que están destinadas a beneficiar a los pequeños productores de países en vías de desarrollo, que son de “comercio justo”.

“En general, es importante destacar que las certificaciones son de carácter voluntario y funcionan como un incentivo de mercado para mejorar el manejo de cada sector productivo. Así los consumidores usan el mercado para expresar sus preferencias por productos que garanticen su calidad ambiental y social”, sostuvo Segura.

Y recordó que ProChile desarrolla en forma periódica seminarios y talleres para dar a conocer las ventajas y costos de cada una de estas certificaciones, a las cuales pueden acceder gratuitamente las empresas que buscan exportar por primera vez o que ya haciéndolo, requieren ampliar sus mercados de destino.

Rubro forestal

En el mercado forestal hay todo un submundo ligado a las certificaciones, y donde sí son una condición primordial si se busca vender y competir en los mercados internacionales en igualdad de condiciones.

El subgerente de Medio Ambiente de Forestal Arauco, Eduardo Melo, constató que son diversos los esquemas de certificación que se han ido instalando y legitimando en el rubro forestal, entre ellos, dijo, los más conocidos son el Sistema de Gestión de Seguridad y Salud Ocupacional certificado de acuerdo a la serie internacional OHSAS 18001, que está diseñado para asegurar una buena gestión de los riesgos a la seguridad y salud de los todos los trabajadores de una organización.

A esto sumó los estándares de Manejo Forestal CERTFOR y FSC.

“Éstos establecen numerosos requisitos específicos para las operaciones forestales, que se expresan en principios, criterios e indicadores que evitan la degradación de los bosques y promueven una industria sustentable, basada en principios sociales, ambientales y económicos”.

Certfor

En tanto, el secretario ejecutivo del Sistema Chileno de Certificación de Manejo Forestal Sustentable, Certfor, André Laroze,  explicó que en último término, esto permite que la madera extraída de bosques bien manejados tiene su trazabilidad asegurada a través de la Cadena de Custodia, que es un conjunto de medidas orientadas a garantizar el origen de este insumo de la industria.

“Fuimos homologado por PEFC,  el mayor sistema en el mundo de certificación forestal. Con este hito, Chile se convierte en el primer país no europeo en lograr y mantener vigente dicho reconocimiento”, destacó Laroze.

Desafíos forestales

Para El subgerente de Medio Ambiente de Forestal Arauco y miembro Equipo de Gestión Ambiental Forestal de Corma Bío Bío, Eduardo Melo, los desafíos siempre están en la mejora continua, porque los estándares están permanentemente cambiando de la misma forma en que lo hacen las percepciones y necesidades de la sociedad. Entonces para las organizaciones certificadas es un desafío ir adaptándose a estos cambios, internalizarlos en la organización, implementarlos en las operaciones y mantenerlos en el tiempo.

“Uno de los principales desafíos es la necesidad de una desarrollar una mirada de las operaciones forestales a escala de paisaje o del territorio en su conjunto, como marco dentro del cual se deben implementar los requisitos de los estándares. La aplicación de estándares a nivel de cada propietario (Unidades de Manejo) no siempre permite obtener la maximización de los beneficios a escalas más amplias que se podrían lograr con la sinergía de los distintos actores presentes en el territorio”.

A esto añadió, el desarrollo de estándares más allá de los productos forestales, es decir también para la certificación de los servicios ecosistémicos, cada vez más valorados por la sociedad civil.

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