Ejecutivo de distribuidora afirma que los gastos en calefacción disminuyen, además de los beneficios de ser más práctico para uso y transporte.

 

Equipo Economía&Negocios
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El gas es un combustible utilizado en la mayoría de los hogares para diversas actividades cotidianas, como cocinar, tomar una ducha caliente o calefaccionar en temporadas de frío, por lo que, tener un suministro confiable, garantizado y conveniente para el bolsillo, es primordial para el día a día de las personas.

"Es fundamental que las familias cuenten siempre con un servicio ágil y seguro en términos de suministro de combustibles y tengan distintas opciones de proveedores de GLP donde elegir libremente en caso de necesitarlo", comenta el subgerente Comercial Envasado Zona Sur de Gasco GLP S.A., Felipe Rodríguez.

Según señala el ejecutivo de Gasco, "las familias que optan por utilizar gas licuado, obtienen un 35% de ahorro comparado con las tarifas del gas natural", además sostiene que al optar por GLP, "las cuentas de combustible están controladas, puesto que existe un concepto de pago previo respecto a los cilindros y el llenado de los estanques residenciales, lo que ayuda a mantener los consumos medidos y aportar a una mayor economía".

Realizando un comparativo, un cilindro de gas licuado de 11 kilos cuesta en promedio $10.750, mientras que su equivalente en gas natural asciende a $13.400. Por su parte, un cilindro de 15 kilos, cuyo valor promedio es $14.400, al compararlo con su equivalente en gas natural la cifra aumenta a $17.528. 

Funcionamento óptimo

Además del ahorro y control de presupuesto respecto al consumo de GLP, el experto de la empresa con más de 160 años de experiencia en el mercado de distribución de gas en el país, afirma que "el gas licuado presenta gran poder calorífico, sin causar daños en los aparatos, puesto que éstos fueron diseñados para ser utilizados con GLP y cuando son transformados, por ejemplo, a gas natural, puedan alterar su óptimo funcionamiento e incluso dañarse", señala Rodríguez.

Otro dato importante a considerar según los expertos, es que los cilindros de gas licuado son fáciles de transportar y no interfieren en un hogar, mientras que al realizar una instalación a gas natural, se deben realizar ajustes e intervenciones estructurales en las casas e incluso modificar o comprar nuevos aparatos y equipos compatibles.