Cuando estaba en Tercero Medio ya era oro sudamericano y no paró. “Una siempre quiere más”, lanza entre risas Magdalena Muñoz, pero nada define mejor su realidad. Fue premiada como la mejor del Biobío en la especialidad de pelota vasca, en un año nada fácil. Justo cuando entró a trabajar, acomodar sus tiempos y aún así fue cuarta del mundo.

La “Magda” cuenta que “este año el primer viaje fue de concentración, en México (septiembre), y es el típico viaje que hacemos de preparación porque el nivel allá es más alto. Luego fue la Liga de Naciones, clasificatorio para el Mundial del 2026, donde nos fue súper bien y pudimos meternos a las semifinales. Salimos cuartas y es un logro que nunca habíamos tenido”.

El equipo estuvo integrado también por Natalia Bozzo, Rosario Valderrama y Mónica Escalona. La chiguayantina relató que “clasifiqué al Mundial en dos modalidades, que son paleta individual y frontenis. Luego, en diciembre tuvimos los Bolivarianos, donde fui como paleta individual y saqué oro y también competí en frontón peruano, que es un deporte que se juega solamente en Perú, nos metimos a jugar y fui plata en mixto”.

Con todas esas medallas al cuello, pero mucha sencillez, asegura que “fue un año bastante exitoso y estoy muy entusiasmada con el Mundial. Debería ser la última semana de octubre y parece que en Argentina”.

¿Y cómo llegó a la pelota vasca? “Jugué tenis toda mi vida, desde los 3 años hasta los 15, pero llegó la adolescencia y la competencia empieza a bajar en la Región y necesariamente te toca viajar más. Ahí me ofrecieron probar este deporte, fui a un Mundial Sub 22, no me fue tan mal como creía y me llamó la atención”.

A sus 24 años analiza que “es una disciplina muy entretenida. De chica me metí rápidamente con las adultas, salimos quintas del mundo, después oro sudamericano y ahí me quedé. Dije esto es lo mío, puedo jugarlo en Conce, en mi club de toda la vida (Estadio Español). Jugué estudiando en el colegio, en la universidad y ahora que empecé a trabajar”.

Advierte que “este es un deporte muy poco conocido y creo que con los logros que hemos tenido se ha visibilizado un poco más. Lo malo es que la única cancha en Conce es privada, la del Estadio Español de Chiguayante, y eso nos limita mucho”.

Al respecto afirma que “una cancha pública es lo que siempre hemos pedido, debe ser de 10 x 30 metros. Con la poca gente que tenemos hemos logrado muchas cosas, me imagino si muchos más lo practican”.

Sobre sus mejores cualidades, suspira, piensa y cree que “es la disciplina, perseverancia y no desmotivarse nunca, porque somos pocos y eso significa que no tienes mucha competencia a nivel nacional. Jugar siempre los mismos y a un nivel que no te obligue a sacrificarte tanto es difícil porque después la competencia internacional es muy distinta”.

Por eso agrega que “tus rivales juegan torneos duros todas las semanas, llegan mejor preparados. Hay que enfocarse bien, pero es complicado. Los logros siempre tienen un sacrificio”.

Y más sacrificio ahora que entró al mundo laboral. “Egresé en abril, soy Ingeniera Civil Industrial de la UDD, y estoy trabajando en Orizon Pesquera. Viajar y estudiar y trabajar es un tema. Acá entré de practicante y conté mucho mi historia, mis planes y me entendieron. Sabían que a fin de año me tocaban 3 viajes”.

Conversando por aquí y por allá, avanzó bien y señala que “quiero hacer las dos cosas y tengo que estar donde pueda hacerlo. Donde trabajo no tengo que estar siempre presencialmente porque son proyectos donde puedo manejar mis tiempos. De alguna forma llegamos a un acuerdo y hasta ahora me han apoyado”.

Mirando al futuro, indica que “tengo un oro sudamericano y un bronce panamericano, pero ahora que logramos semis del mundo, mi objetivo 2026 es lograr el podio. Creo que en mi modalidad nunca se ha logrado. Ahora, si me preguntas en 10 años más…. No sé dónde estaremos. Esto recién comienza”.