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Multicampeona chilena lidera el proyecto del esgrima en Biobío

Por: Samuel Esparza 29 de Junio 2023
Fotografía: Isidoro Valenzuela

Fue en septiembre de 2019 que Analía Fernández (24) vivió una de sus últimas grandes alegrías con la selección nacional de esgrima, cuando fue aporte fundamental para la medalla de oro conseguida por el Team Chile en la modalidad de espada femenina del Sudamericano de Asunción, Paraguay.

Era el punto cúlmine en una meteórica carrera que partió a los 11 años, cuando llegó a una sala del Centro de Alto Rendimiento de Santiago donde el destacado entrenador, Héctor Bravo, realizaba una clase de esgrima.

Anteriormente había practicado patinaje en velocidad y gimnasia artística, esta última su gran pasión, pero que no pudo seguir debido a su alta estatura. Por eso se dio a la tarea de buscar una nueva disciplina, y su buena condición física hizo que muchos técnicos de diferentes áreas le ofrecieron integrarse a sus deportes; sin embargo, lo que vio en esa pequeña salita, con gente vestida de blanco y una espada en la mano, la atrapó.

“En esa época ya era bastante alta para mi edad, tenía hartas condiciones así es que recuerdo que varios entrenadores hablaron con mi mamá para que practicara vóleibol, salto largo, salto alto o garrocha. Fueron varias las ofertas, pero yo ya estaba entusiasmada con el esgrima, así es que comencé a entrenar con el profesor”, comenta.

Bravo le mostró lo que era el deporte y ya, a la semana de trabajo, supo que ella tenía toda la capacidad para llegar lejos. Nada más verdadero porque, tan solo cuatro meses después, ya era campeona de Chile en la serie infantil.

Para volver al top

A partir de ahí comenzaría un verdadero reinado en la modalidad espada, siendo campeona indiscutida en la serie menor, cadete, juvenil y adulta, desde 2011 en adelante, con grandes logros de por medio.

Entre ellos, resaltan la medalla Odesur 2018, época en la que aún era juvenil ella, y donde se colgó un bronce adulto por equipo que fue histórico para Chile. También fue campeona Odesur juvenil con doble oro en 2013 y, de ahí en adelante, monarca sudamericana Cadete y Juvenil, además de campeona sudamericana adulta en 2017, participando en varios mundiales e integrando las selecciones que ocuparon el cuarto lugar panamericano y la plata bolivariana por equipo, otros dos hitos de las esgrima nacional.

Solo la pandemia detuvo esa tremenda cadena de éxitos, aunque al mismo tiempo le hizo el mayor regalo: fue madre. Hoy junto a su pareja está radicada en la Región, desde donde encabeza el proyecto de formar un club donde ella misma pueda prepararse para volver al primer plano internacional, a la vez de formar a nuevos exponentes en el elegante arte de la espada.

“Veo Concepción por ejemplo, una ciudad tan grande, pero me cuentan que hace décadas que no hay esgrima, eso no se entiende. Me gustaría formar un club y tener acá mi centro de entrenamiento, tendría mucho apoyo. Mi hermana que también es seleccionada nacional puede viajar, tengo compañeros gente que pueden venir desde Santiago y se puede armar algo grande”, resalta.

“No sé si me carrera sea tan longeva ahora que soy mamá, pese a que en este deporte se puede estar a un primer nivel hasta los 40 años si se está bien físicamente. Ahora que soy mamá mis metas son otras, hay que ver cómo me va este año en las competencias, porque el objetivo es el ciclo olímpico de cara a París 2024”, sentencia.

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