Matías Grandón se las ingenia para mezclar el baloncesto con los años más pesados de Odontología. Sale tarde de clase y después se distrae con “lo que amo hacer desde siempre”. Quiere retomar luego la competencia y dar pelea en Adesup.
Hasta para la entrevista le cuesta un poco hacerse el tiempo. Cree que se desocupará temprano, pero resulta imposible. Está con los moldes en pleno, aunque sea fin de semana, metido totalmente en las tareas de Odontología. Matías Grandón cursa el Cuarto Año de carrera en la USS, pero siempre se hace un espacio para el básquetbol. Ahí relaja la cabeza un poco, alza la vista y busca al mejor ubicado. Sueña que es Doncic y que la competencia Adesup al fin está de vuelta. Eso le saca una sonrisa.
Asegura que “nunca he practicado otro deporte, siempre ha sido el básquetbol. De chico me motivé siguiendo a mi hermano en el colegio. Estudiábamos en el Etchegoyén, somos de Talcahuano, y ahí teníamos el mismo entrenador. Siempre se me hizo entretenido, me acostumbré a tener el balón en las manos”.
Y encontró cosas que le llamaron la atención más que otras disciplinas. “Me gusta la dinámica que tiene porque es un deporte rápido, que va de un lado a otro y tienes que tomar decisiones rápidas. Una de mis características justamente es la velocidad y soy base o ayuda base. Siempre me acomodó esa posición”.
Mide 1,74 metros y cuenta que “en mi posición me gusta mucho lo que hace el gran Evandro Artega y a nivel internacional Facundo Campazzo y Luca Doncic, que tienen un manejo de balón espectacular. Como base jugué muchos campeonatos en Adicpa y he podido viajar por casi todo el sur de Chile, por Castro, Puerto Montt, Chiloé, Puerto Varas. También pude ir a Neuquén, por los Juegos de la Araucanía”.
De esa experiencia, repasa que “nos dirigía elprofe Rodolfo Cáceres, fue el año 2018. Había un grupo que venía desde 2016, ahí van cambiando algunos nombres. Teníamos un buen equipo y buen grupo, que pudimos competir a otro nivel porque en Araucanía te encuentras con los argentinos y vienen con un equipo multidisciplinario, nutricionistas, sicólogos. Son otra cosa”.
Cuando más chico estuvo en Huachipato y más adelante en el CD Alemán. Matías detalla que “tuve que dejar el club porque Cuarto y Quinto año de la carrera son súper pesados, así que me concentraré en el equipo de la universidad, que está armando algo interesante”.
Llevan mucho tiempo sin Adesup y advierte que “estos dos años han sido una lata porque no hemos podido jugar con otras universidades pero, sobre todo, porque no hemos podido unirnos como grupo. Desde el estallido que la competencia se detuvo y más con el coronavirus. Ahora ya estamos entrenando tres veces por semana con el profesor Max Brandau y la idea es hacer tiros los martes y viernes. Mil tiros cada día para ir retomando el mejor ritmo”.
Estuvo haciendo gimnasio todo este tiempo y preparándose. El base chorero indica que “el último Adesup no estuvimos tan fuertes porque vino un recambio generacional y muchos estaban en el último año. Ahora sí llegaron muchos chicos a probarse, llegaron hartos pivotes con experiencia en Juegos de la Araucanía, unos bases de Huachipato y jugadores con cierta experiencia. Creo que daremos pelea, sabiendo que el equipo fuerte siempre es la UdeC. Acá más que becar jugadores para reforzar un equipo se privilegia lo académico. Ese es nuestro enfoque”.
Tiene 22 años y le queda menos para sacar el título, pero asegura que “después me gustaría volver al Alemán o algún otro club. Me gusta eso, puede ser hasta en Santiago. Como sea, en este tiempo el básquetbol me ha ayudado mucho. Cuando hay harta carga académica sé que en la noche me toca practicar, botear la pelota y me relajo. Es lo que amo hacer desde siempre”.