El acero se impuso 3-2 a Copiapó en un intenso partido en el norte. La llave quedó abierta, pero el equipo de Mario Salas tiene la primera opción para mantenerse en la categoría.�
Dos o tres velocidades por sobre su rival estuvo ayer Huachipato. Por lo mismo, no extrañó el buen nivel de un equipo acerero ante un digno Copiapó, que se notó disminuido tras largas semanas sin entrenar y competir.
Más allá del ineludible contexto, el acero jugó mejor que el “León” de Atacama, ganó 3-2 el partido de ida en el norte y sacó una importantísima ventaja de cara al objetivo de seguir jugando en Primera División.
El partido tenía ingredientes y un “morbo” que lo hacía interesante en la previa. Aquello se acentuó cuando el árbitro pitó el inicio del partido, ya que los jugadores del cuadro local se quedaron un par de segundos en el piso como señal de protesta ante el desorden que como plantel vivieron recientemente.
Tras ello, Huachipato se adueñó de la pelota y las ocasiones. Baeza desvió un zurdazo al 8’ y sólo un minuto después, Nequecaur avisó con un suave “puntete” que se fue desviado. Copiapó no encontraba el balón y se notaba desorientado. Las diferencias eran notorias entre un equipo que se mantuvo entrenando, jugando amistosos y otro que no pudo prolongar el “vuelito” con el que cerró la temporada hace varias semanas.
Fue así como la velocidad por las bandas de Walter Mazzantti causó estragos en Copiapó. El argentino se metió al área cuando iban 13’ y en un polémico cobro, el árbitro pitó un penal que Nequecaur no falló. 15 minutos después, nuevamente el delantero argentino sacó provecho a su olfato goleador y puso el 2-0 en el área chica tras un cabezazo que casi se cuela en el ángulo. Parecía historia sentenciada en el norte, pero el local despertó en los pies de su jugador más talentoso. Al 32’, Luna habilitó a Jaime, quien con un puntazo de primera batió al meta Castellón, poniendo un descuento que significó una cuota de emoción al partido.
El partido era de ida y vuelta, con un Huachipato siempre superior y dueño de las ocasiones más claras de gol. Manuel López no aparecía y cuando recibió con ventaja, estuvo impreciso.
Iban 14’ del complemento y otra vez parecía que todo se facilitaba para Huachipato. Tras un córner y un puñetazo del portero Leyton, la pelota rebotó en Diego García, quien introdujo el balón en su arco. Era el 3-1 que parecía lapidario para un Copiapó que no bajó los brazos y siguió luchando.
Y si tanto Deportes Copiapó como Huachipato cumplieron, quien dejó mucho que desear fue el árbitro Felipe González. Una serie de infracciones del local no fueron sancionadas con amonestación por el juez e incluso Brayan Palmezano se fue duramente lesionado de la cancha. Aquella salida mermó al acero, que llegaba con una cómoda ventaja al CAP, hasta que se juntó la mejor dupla de Primera B: Luna dejó sólo a López, quien mano a mano con Castellón puso el 3-2 y dejó la llave abierta.