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Huachipato no pudo zapatear en casa ajena, aunque sumó un valioso punto

El acero igualó 1-1 ante Cobresal en el norte, cosechando su tercer empate consecutivo. Palmezano fue expulsado y Cris Martínez, de penal, marcó el gol de la usina.

Por: Carlos Campos 18 de Septiembre 2021
Fotografía: Cedida.

Poco le importó a Huachipato que se jugara a casi 2.500 metros de altura. El equipo de Juan Luvera se paró en el campamento minero de El Salvador con rebeldía, muy fiel a su estilo ofensivo y logró rescatar un punto en una cancha siempre dura.

Sobre todo por el horario en que se jugó (11 de la mañana), donde Cobresal se hace fuerte y tiene muy buenos números. Fue Huachipato quien tomó la iniciativa en el norte, adueñándose del balón y teniendo llegadas de peligro a la portería de Requena. Poblete tuvo un remate que se fue desviado por poco, en un equipo que desequilibraba por las orillas y parecía podía marcar el primero en cualquier momento.

Pero Cobresal es uno de esos equipos que jugando de local se siente cómodo, que te entrega la iniciativa y te golpea en momentos claves. Fue así como a la media hora del partido y en un pelota que la zaga nunca pudo sacar del área, el venezolano Hurtado puso el 1-0 con un remate de zurda tras centro de Salinas. Dio la impresión que le picó mal la pelota a Castellón en el área chica, en un tanto que fue un balde de agua fría para el acero.

“Tranquilos, sostengamos el plan. no nos volvamos locos. Estamos haciendo un partido bárbaro”, dijo Luvera a sus jugadores tras el 1-0 de Cobresal. El DT estaba conforme porque su equipo no jugaba mal, pero de poco servía aquello si no se reflejaba en goles.

Intenso

El partido era entretenido, nadie regaló nada y todas las pelotas eran disputadas como si fuesen la última. Huachipato siguió buscando el 1-1 y lo consiguió desde los 12 pasos. Un tiro en doble instancia del “Cimbi” Cuevas, dio en la mano de Sebastián Silva y significó penal para la usina.

Quien lo cambió por gol fue Cris Martínez, rematando con furia al poste izquierdo de Requena, que se lanzó hacia el lado derecho de su portería. Y si bien el partido era muy intenso, quien confundió eso con violencia fue el volante Juan Ignacio Vieyra, quien había ingresado recién a la cancha y le propinó un “planchazo” a Ignacio Tapia que para cualquier árbitro hubiese sido tarjeta roja. No para Felipe González, quien pese a ser llamado a revisar la jugada al VAR, sólo le mostró amarilla ya que interpretó que el jugador “no podía frenarse” en la disputa del balón. En ese momento iban 66’.

Pasaron 14 minutos y el partido era parejo, con ataques de lado y lado. Podía pasar cualquier cosa en El Cobre, cuando en una ocasión que asomaba clara para el acero, Palmezano le cometió una durísima infracción al portero, una “plancha” similar a la que anteriormente el árbitro sólo estimó sancionar con amarilla. Pero al venezolano no lo perdonaron y se fue muy dolido al camarín. El trámite no varió y fue un 1-1 justo en el desierto.

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