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Matías Jaña ve el aro y pide a la pandemia solo un tiro más

“Mati” Jaña es seguidor de Nash y Anthony Davis, ha jugado por varios clubes del sur de Chile y su puesto actual es de pivot. Desde el 2020 realiza su tesis y sabe que es su último año para defender a la U. del Bío Bío. Su gran pena es que el coronavirus quiere cerrarle esa puerta.

Por: Paulo Inostroza 10 de Mayo 2021
Fotografía: Cedida.

Teletrabaja y estudia. A sus 26 años, a Matías Jaña solo le falta la tesis para terminar Ingeniería Civil Mecánica en la UBB. Por otra parte, ocupa su tiempo en atención al cliente en Recemed. Bueno, el otro tercio de su cabeza está en el básquetbol, esperando desesperadamente que vuelva. Cruzando los dedos ante una mínima posibilidad de jugar por última vez Adesup. La ve difícil. “Es una tristeza grande, Quería cerrar de otra forma”.

Recuerda que de chico no era muy deportista. Recién entrando a Enseñanza Media, una tincada le cambió la vida. El “Mati” relata que “tenía 14 años y hasta ese momento yo era puro computador, no jugaba mucho a nada. Me hice amigo de un grupito que jugaba básquetbol, en el Colegio Adventista, y un día fui a probar suerte. Fui con miedo, porque de verdad no cachaba nada y me enamoré de esto. Entrenaba en mi categoría y me quedaba para practicar en otra. Así de entusiasmado. Bueno, siempre quise mejorar y eso es pura práctica”.

Mide 1,92 metros y cuenta que “por mi porte siempre me motivaban, me decían que tenía condiciones y sentí que necesitaba algo más así que ahí en la Media me fui a la Escuela de la UdeC. Fui creciendo y después jugué Libsur en Lautaro, Victoria y Achao, conocí harto de básquetbol del sur de Chile. Fueron dos años donde me pegaba piques de 12 horas para jugar. Era sacrificado, pero hacía lo que me gusta no más”.

Buscando su lugar

¿Y quién era su ídolo de niño? Matías señala que “mi primer acercamiento fue viendo la NBA y miraba harto los videos de Steve Nash. Es un base y hacía cosas que quizás no tienen mucho que ver con mi posición, pero a quién no le gustaba lo que hacía. Juego de pivot, aunque no me siento tan grande para el puesto. Puedo jugar de 4 también, pero en la UBB, por ejemplo, no tenemos tanto porte y yo voy bajo el aro. En esa posición me gusta Anthony Davis, que hace de todo. También veo harto a Antetokoumpo, que es otro tipo de jugador”.

Y reconoce que la competencia Adesup es durísima, sobre todo, porque hay un par de equipos que se potencian fuerte cada año. “La UdeC es el equipo más duro, con muchos profesionales y van siempre al Nacional, que también pelean por ganarlo. Son de ese nivel. Es complejo luchar contra ellos y la

Udla, que en los últimos años también ha becado jugadores importantes. Creo que por eso nunca he ido a un Nacional”.
Sobre qué es lo que más le gusta de esta disciplina, advierte que “como todos los deportes, son una escuela que te deja muchas enseñanzas de vida. Aprendes de compañerismo, lealtad, compromiso, de la frustración. Además, te haces muchos amigos y se te abren muchas puertas. En mi caso, el básquetbol me ayudó a estudiar y soy un agradecido de las becas que he logrado”.

En la madre patria

Y ese talento con los cestos le permitió conocer España. “El 2018 me fui un semestre becado a Jaén, donde hice deporte y tuve la posibilidad de entrenar en un par de equipos de la Tercera División. Bueno, allá el básquetbol realmente es otro nivel y creo que pasa por varios aspectos. Uno es la competencia, porque tienen una liga de muchos partidos y equipos fuertes. También hay un tema importante en lo formativo y una cuestión de porte. Allá no saben nada de nuestro básquetbol, pero uno ha visto a todas sus figuras y fue una gran experiencia”.

En Chile, también ha recorrido harto. No solo el sur del país, también indica que “representé a Bío Bío en los Juegos Binacionales de La Araucanía, el 2012 y 2013, y con Municipal Puente Alto fuimos campeones del Domani el 2015. También jugué Libcentro por el Deportivo Alemán. De verdad que el básquetbol me ha abierto muchas puertas. Hoy estudio con una beca anual del cien por ciento y los profesores son flexibles cuando te toca ir a algún partido”.

Es capitán de la UBB y destaca que “el técnico Fernando Campos y el profe ‘Pelu’ (preparador físico) son importantes en todo lo que he hecho”.
¿Y cómo imagina la vuelta a la actividad? Matías suspira y contesta que “todos estamos locos por volver a jugar y la gente también quiere ir a ver deporte. es una necesidad. El equipo de la UBB se ha mantenido entrenando, pero nada presencial. Ahora, con el paso a transición, quizás algo se pueda hacer, no lo sé. Es poco probable que juegue algún partido más por la universidad y me da un poco de pena. Tenía tantas ganas, pero siempre habrá algún lugar donde competir”.

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