De ser invitado de última hora, la UdeC se transformó en sorpresa del evento más grande del cesto sudamericano. La victoria ante Sao Paulo mantiene en carrera al Campanil y le dio un nuevo estatus.
Cuando en enero la UdeC fue invitada de última hora para la Champions League Americas, pocos daban un peso porque pudiera dar batalla a los gigantes que juegan el evento, campeones sudamericanos con inversiones millonarias en sus planteles.
Pero el club universitario creyó siempre y, de capitán a paje, se puso a trabajar para el portentoso desafío. La primera burbuja del Grupo B en Buenos Aires ya demostró el espíritu auricielo, y esta segunda ventana penquista, no dejó dudas: tuvo por las cuerdas al campeón reinante Quimsa, proeza que sí concretó ante el poderoso Sao Paulo.
Un 78-76 ante los brasileños que hizo justicia a una voluntad indomables de los anfitriones, que debieron remar de atrás luego de irse al descanso abajo por 40-47. Alineados por un rendimiento sobresaliente de Carlos Lauler y Diego Silva, que con cada partido no paran de crecer, y un Pieter Prinsloo colosal, rompieron la tendencia. Los brasileños intentaron aguantar, aunque a esa altura la exigua rotación de seis jugadores dolía en las piernas. El final era incierto.
Un minuto restaba para el final y Diego Silva se anotaba en la historia con un triple que hizo saltar hasta al campanil del barrio universitario. La cuenta decía 78-76 para la UdeC y de ahí no se movió más porque la chicharra sellaba la proeza.
“Merecimos ganar los dos partidos, en el primero hubo mala suerte pero esta vez lo contrarrestamos. Es una felicidad tremenda ya que es un triunfo histórico para el club y para Chile. Seguiremos trabajando, nos queda la chance de ir a cerrar a Sao Paulo, será difícil pero con los extranjeros y el juego que hemos desarrollado, tenemos opción de pasar a segunda fase”, dijo Silva.
Mientras que el gerente técnico del Basket UdeC, Sergio Montoya, sostuvo que, “es un triunfo importante e inesperado porque el nivel de los rivales era muy alto. Pero nos preparamos para pelearles, estuvimos a punto de ganar ambos partidos, el primero se nos escapó de las manos y nos propusimos ir con todo ante Sao Paulo. Una felicidad para todos en la institución porque el esfuerzo fue muy grande desde la universidad al club, días sin dormir para que todo saliera bien, y todo valió la pena”.
El grupo B se definirá del 26 al 28 de marzo en la burbuja a jugarse en Brasil. Aunque, pase lo que pase, a la UdeC esta alegría no se la quita nadie.