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Depresión en el deporte: un rival a veces invisible

Como en otros ámbitos, este trastorno también afecta a los atletas. Mathías Vidangossy la padeció por años y dio su testimonio, y voces del área médica hablaron de síntomas y tratamientos.

Por: Ricardo Cárcamo - Carlos Campos 24 de Julio 2020
Fotografía: La Tercera

Año 2007, Mundial de Canadá y la meta de una joven selección Sub 20 de Chile era ser campeón. Con Gary, Alexis y Arturo como estandartes, varios decían que había un jugador más talentoso que ellos tres y que todo ese plantel: “Vidangossy era el más desequilibrante y por lejos el mejor. Pero vivía en su mundo, era inestable. Un especialista se habría dado cuenta inmediato de lo que le pasaba”, comenta Hans Martínez, ex compañero de Vidangossy en la “Roja”, quien sufría una depresión que hasta ese momento nadie pudo diagnosticar.

Es uno de tantos casos que hay en el deporte, donde tal como en la vida cotidiana, muchos sufren en su propio infierno. La depresión es una enfermedad silenciosa, que a muchos les ha quitado las ganas de jugar, de divertirse y compartir, aunque en casos más extremos, a varios les ha quitado la vida.

“No encuentras salida”

Hace pocos días se cumplieron 25 años del suicidio de “Mumo” Tupper, quien sufría depresión y perdió la vida tras lanzarse de un noveno piso. “Cuando vives con depresión, todos tus pensamientos son negativos, te ahogas en un vaso de agua y no encuentras salida. Andas con el ánimo bajo y entrenando tratas de ocultarlo, pero llegas a la casa y te sientes mal otra vez”, aseguró Mathias Vidangossy, delantero que fue diagnosticado con depresión en 2017.

Pese a sus enormes condiciones, su carrera no pudo ser como las de Gary, Alexis y Arturo. El talento no lo es todo en el deporte. “Me marcó ir a España y que no me haya ido bien. Dejé de disfrutar el fútbol y desde los 20 hasta los 30 años, todo fue negativo y complejo. Eran muy altas mis expectativas en torno a lo que podía dar, pero no las logré. En el deporte hay mucha presión y todo lo que te dice la gente, te afecta. Te hunde cada comentario y cuando quieres salir, se te hace complejo. No todos estamos preparados para la crítica. Uno dice ‘ya, al otro partido jugaré mejor y se me pasará esto’, pero no es así. Es parte de la rutina sentirte mal”, agregó Vidangossy, hoy con 33 años.

Hans Martínez, compañero de Mathías en esa selección y con una larga carrera, ha visto muchos casos como el anterior y no duda. “En el fútbol y el deporte en general, estás luchando siempre con la emoción. En la semana entrenas, peleas por un puesto o para que te vaya bien y el fin de semana estás expuesto a hinchas y periodistas. Debe haber un especialista en cada institución o club, pero siempre, no una o dos veces a la semana. Un especialista tiene que compartir siempre con el deportista para ver como está, como se siente. Así los conocerá, entenderá bien qué le pasa a cada uno y se dará cuenta si algo no anda bien”.

No sólo en el deporte, sino que en la vida, aún para muchos tratarse con un sicólogo o siquiatra suele ser sinónimo de que algo anda mal. “Claro, eres un deportista conocido y más recelo te dará ir a un especialista. En Chile, no se cuida a los deportistas desde lo sicológico, hace falta gran profesionalismo en ese tema, ojalá desde pequeños. Mathías sufrió un grave problema que si se trataba antes, hoy lo tendría en un altísimo nivel. Era el mejor”, agregó Hans.

Dos caras

Quizás diagnosticar a alguien con depresión, por su comportamiento, no sea tan difícil en algunos casos. Pero, ¿qué pasa cuando el enfermo es el alma de la fiesta? “Yo no tuve idea que tenía depresión hasta que en Palestino, Nicolás Córdova me dio el dato de una sicóloga. Ella me ayudó. Yo pensaba que andar mal y bajoneado, era normal, pero tenía oculta la depresión”, contó Mathías Vidangossy.

“La mayoría de los deportistas que tienen depresión, suelen estar siempre con una sonrisa, alegres y motivando al resto, pero por dentro viven un infierno. Por eso tener un especialista a tiempo completo en un equipo es clave. Hoy los clubes solamente buscan hombres para vender, pero no les ayudan. En esa misma etapa por la selección, hubo un arquero (Ronald Valladares) que tuvo problemas y terminó delinquiendo”, sentenció Martínez.

Vidangossy hoy está tranquilo y hasta feliz. Tras un tratamiento, la depresión ya es pasado. “Después de recibir mucha ayuda, recuperé las ganas de jugar. Ahora lo que más quiero es encontrar un club para disfrutar del fútbol. Es importante buscar caminos para salir de ese estado en el que uno entra. A mí el cerebro me generaba una hormona que es la que me ayudaba a generar el estado de ánimo, por lo que debí tomar pastillas durante un tiempo. Después, de a poco, escuché a mi cuerpo y las fui dejando. Ahora veo partidos del 2007 y disfruto”, cerró.

Visión médica

Carolina Inostroza, psicóloga clínica, académica de la UdeC, detalló qué es la depresión. “Es un trastorno mental, específicamente del ánimo. Sus característica central es la falta de energía, de ánimo, la mayor parte del día y por varios días, junto con el desinterés para disfrutar las cosas en la mayoría de las actividades del día a día. Esos son los síntomas centrales. Además de esto, suele ir acompañada de otros elementos, como dificultades para dormir, para conciliar el sueño o dormir de forma continua; cambios en el peso y de apetito, sensaciones de culpa e inutilidad también…Problemas de concentración, y en los casos más graves llegar a ideas de muerte o ideación suicidas”.

Al respecto, agregó que “para que se hable de una depresión, como trastorno mental, tiene que ocurrir por lo menos dos semanas de forma ininterrumpida. Esta baja de ánimo, falta de interés, esta dificultad para hacer las cosas tiene que estar presente casi todos los días y la mayor parte del tiempo. No es un cambio de ánimo que dure un par de horas o algunos días y después se pase solo”.

La académica de la UdeC también precisó que “ya no se habla de depresión endógena y exógena. Lo que se sabe hoy en día es que todas las depresiones tienen un origen multifactorial, que incluye elementos biológicos. Dentro de ellos, la herencia: es más fácil que una persona que tiene antecedentes familiares de depresión haga cuadros de depresión, o si ha tenido antes este cuadro en su vida. Además, se relaciona con factores ambientales y sociales, como por ejemplo estrés, pérdida de seres queridos, vivencias de maltrato, de violencia, enttre otros. En todas las personas que viven una depresión hay una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales”.

Consultada sobre si siempre los síntomas son evidentes, aseguró que “hay cuadros de depresión que pueden aparecer en forma más lenta o enmascarada, pero en general es notorio que una persona, la mayor parte del tiempo, está con pocas ganas de participar de actividades, que le cuesta hacer las cosas del día a día. Hay una disminución del funcionamiento que es notoria: falta de alegría, tristeza, a veces irritabilidad. Sin embargo, sí puede pasar desapercibida cuando los síntomas son más leves, ya que como la falta de ánimo y capacidad para disfrutar pertenece al mundo interno de la persona, puede que los cercanos no lo noten”.

Sobre el tipo de depresión y tratamiento, comentó que “así como tiene causas que son multifactoriales, la forma en que se da en cada persona es muy distinta. Va a depender, por ejemplo, de la edad y de la gravedad del cuadro, pues hay algunos leves que podrían no notarse tanto inicialmente, y otros mucho más severos o graves. Por lo mismo, también los tratamientos van a ser variados: una persona con depresión necesita ser evaluada por un médico, y probablemente también requerirá psicoterapia. Dependiendo del nivel de gravedad, hay tratamientos sólo basados en psicoterapia, o la combinación de ella con fármacos, más el fomento de actividades agradables, para que la persona empiece a desarrollar un mayor nivel de actividades y por lo tanto de disfrute, en forma progresiva”.

Alexi Ponce, director de Go Focus y psicólogo deportivo, indicó que “no tenemos datos de prevalencia tan específica, pero la sensación que yo tengo es que no es un cuadro recurrente. Lo que sí ocurre es que un deportista con depresión es noticia. Igual hay que separar las cosas: que un deportista esté presionado, especialmente uno de alto rendimiento, es parte de su actividad y eso se trabaja desde la psicología deportiva, de desarrollar habilidades para enfrentarla. Si esas presiones son superiores y se instaura un cuadro, porque no es lo mismo tener ciertos síntomas o estar decaído porque no se obtuvo un resultado a entrar en un cuadro depresivo mayor, ahí se hace una derivación a un psicólogo clínico o un psiquiatra”.

En ese sentido, agregó que “la depresión tiene distintos niveles de profundidad. Hay estudios que plantean que la persona si sale, y haga una actividad ayuda, pues quien tiene depresión por lo general tiende a no querer salir, a no querer relacionarse. En ese sentido, el deporte sería un coayudante, pero como dije antes depende de la evaluación que se haga de esa persona.

Sobre si la depresión es bien tratada en Chile, afirmó que “creo que hoy sí. Hay mucha información, psiquiatras y psicólogos clínicos. Es uno de los diagnósticos con mayor prevalencia en la población por un serie de situaciones, de contextos. Por lo tanto, hay un buen pronóstico si es bien tratada y a tiempo. Independiente de eso, igual persisten comentarios desde el desconocimiento y eso afecta su posible trabajo de intervención. En el deporte, es similar a la población general, pero como decía antes que un atleta tenga depresión tiene una repercusión mayor, como lo vemos con Raimundo Tupper, que se sigue hablando de su caso hasta hoy, por su impacto”.

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