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Roland Fritsch: Las historias de una leyenda del básquetbol regional

Vive hace años en Estados Unidos, pero se mantiene muy conectado con la zona. Recordó los títulos ganados, su paso por el Campanil y habló del futuro de este deporte en el país.

Por: Ricardo Cárcamo 23 de Julio 2020
Fotografía: Lukas Jara.

Pese a la distancia y el paso de los años, la figura de Roland Fritsch sigue muy presente en el básquetbol regional y sobre en la UdeC. Hablar de él es hacerlo de la etapa más exitosa del Campanil. De la década de los noventa, cuando el Campanil ganó tres de sus cuatro coronas de Dimayor, y logró una química única con la ciudadanía y la comunidad universitaria. Desde Augusta, Georgia, donde vive hoy, recordó esas temporadas de gloria.

“Cuando chico hacía hartos deportes, pasé por atletismo, básquet, voley y fútbol, y se sumaron los bomberos a los 14 años. En un momento tuve que optar, y me quedé con el básquet y los bomberos.Partí en el Deportivo Alemán, pero nunca pensé en ser profesional ni nada. Cuando entré a la UdeC, en ese momento le iba mal en Dimayor, y cambió todo: dirigentes, asumió Luis Pérez como entrenador, y unió gente experimentada, como Cipriano Núñez, con valores jóvenes. Y me convencieron (ríe). Pero al primer partido de Dimayor me enganché”, dijo.

Al respecto, agregó que “miraba en las graderías y veía a toda la gente conocida: auxiliares, personal y profesores de la UdeC y personas que trabajaban en la ciudad en general. Luego, luché para que los jugadores nacionales estudiaran en la Universidad, y se hizo. Así también ganamos títulos. Eso marcó una gran diferencia: el equipo estaba muy comprometido con la camiseta. Fue una gran etapa”.

Fritsch también señaló que fue clave el cambio de mentalidad. “Al hacer una renovación completa, no teníamos eso de estar en los últimos lugares. Cuando llegué, de inmediato le dije a los dirigentes: ‘si no jugamos la final, no sirvo’. Esa era mi postura. El primer año lo logramos, la perdimos y me quedé muy pegado con ganar. A la temporada siguiente lo conseguimos, en 1995. ¿Mi aporte? No sé (ríe). Siempre fui mandón, estructurado en muchas cosas, y creo que el compromiso que tenía puede ser… Daba el 100% siempre, en todo momento. Pienso que la tensión saludable, en cualquier cosa, es buena, y siento que yo generaba eso en el equipo”.

Rivalidad y pertenencia

En los noventa, la UdeC tuvo una gran rivalidad con Petrox. De eso, y el momento que vivió la Dimayor en ese entonces, aseguró que “como no había tanto acceso a ver lo de afuera, la gente disfrutaba más de lo suyo. En Talcahuano, y una parte de Concepción, su equipo era Petrox, y en el resto de la ciudad lo era la UdeC. Ellos eran los ganadores, los que la llevaban…Y todos asistían al básquetbol, porque era sinónimo de panorama, con muchos hinchas eufóricos. Eso se extraña”.

En los noventa, el todavía integrante de la Séptima Compañía de Bomberos de Concepción tuvo importantes ofertas de U. Católica y Osorno. “Soy muy identificado con las instituciones, me comprometo y me quedo…No sé si es bueno o malo. La UdeC siempre fue mi casa, y llegaron ofrecimientos muy atractivos, y no pude. Así de simple. Fui a Santiago, entré al gimnasio y no era mi casa, eso fue. La UdeC era mi familia”.

Presente y futuro

Sobre cómo ha vivido la pandemia en Estados Unidos, indicó que “Nueva York ha sido muy golpeada, y eso se mostró mucho a nivel mundial. Yo vivo en Georgia, en Augusta, una ciudad más chica, y la situación está bastante controlada. Hay casos, pero los hospitales están muy lejos del tope de su capacidad. La pelea es que la gente se cuide, las libertades personales versus lo que imponen las autoridades. Estoy yendo a la oficina, he cancelado reuniones, viajes, pero no se ha detenido todo como en otras partes”.

También se refirió al desarrollo del deporte en Estados Unidos. “Los chilenos, por lo general, estamos acostumbrados a que nos hagan las cosas, o pago por algo y descanso. Acá, todo bajo los 18 años es voluntario. Yo entreno a cuatro equipos acá, donde estoy con mis dos hijos, y mi señora es dirigenta de los equipos de natación, pues son buenos nadadores, y es mucho trabajo. Te prestan los gimnasios, armas un torneo. Los papás deben involucrarse más. Yo tuve la suerte de tener un gran entrenador como Rodolfo Cáceres, pero no todos tienen esa fortuna. Cuando eso no ocurre, la comunidad debe organizarse, pero poca gente está dispuesta a sacrificar su tiempo”.

El histórico “7” del Campanil igual habló de la posibilidad que un chileno llegue a la NBA, y de las prometedoras nuevas generaciones del básquetbol nacional.

“Creo que hoy las probabilidades son pocas, siendo bien honesto. Si se da, sería por un tema más político que deportivo, de atraer una audiencia hispana. Lo que podría aportar un chileno es la forma de jugar, que es más de la línea europea que estadounidense. Uno ve a Carvacho, y siento que igual está pasos atrás de los mejores de acá (…) Me parece espectacular esta nueva camada, y tiene que ver con el desarrollo del país. Puedes tener más recursos, dedicarle más tiempo al deporte, obviamente se logran mejores resultados, como ha pasado con el fútbol, el básquetbol, las hermanas Abraham. Para foguearse, tienen que seguir en el extranjero, jugar en Europa, de todas maneras. Llegar a Estados Unidos es más complejo, se puede estar a nivel universitario y luego pasar a Europa. Si alguno jugara en la NBA, a futuro, sería el primero en ir a verlo”.

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