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Alexa Tapia: “Nunca volvimos a entrenar como lo hicimos para ese mundial en 2006”

En conversación con TD Radio, la hockista se refirió a su origen en el CD Huachipato, ese inolvidable torneo disputado en Chile donde ganaron el título y cómo es practicar una disciplina donde los recursos siempre son escasos.

Por: Ricardo Cárcamo 03 de Julio 2020
Fotografía: 30 de Septiembre 2006 Campeonato mundial de hockey patines. Chile versus Inglaterra. Gimnasio Municipal de San Miguel. FOTO CHRISTIAN IGLESIAS CHILE - INGLATERRA

Alexa Tapia asegura que, a nivel personal, el confinamiento no le incomoda. “Soy profesora de Educación Física, al principio me costó adaptarme a las clases online, pero ahora bien. Como soy bien de la casa, de ver series y eso, me gusta la cuarentena en ese sentido”, señaló ayer en conversación con TDRadio.

Junto con comentar que sigue entrenando vía Zoom en lo físico, y para mantener los contactos, se refirió a sus orígenes en el deporte. “Mi familia jugaba hockey, papás, tíos y abuelos.En un momento, mi abuelo llegó acá cuando se estaba creando la compañía siderúrgica y es uno de los fundadores del hockey en Huachipato.Con el paso del tiempo, otros familiares empezaron a jugar igual, y era como inevitable, aunque partí en patinaje artístico”.

Además, contó que se iba sola a entrenar. “Vivíamos en Huachicoop, a minutos de la cancha.En Sexto Básico, recuerdo que tomaba la micro e iba a las prácticas, algo que no sé si pasará hoy”.

Una carrera que estaba por cortarse, pero que tuvo un gran vuelco a inicios de 2006, cuando fue convocada a la selección. “Siempre he tenido un ángel de la guarda que me ayuda en ciertas decisiones. Cuando me llamaron, estaba a punto de colgar los patines, entrenaba muy poco. La siderúrgica estaba dejando el apoyo que siempre dio, entonces estaba enfocada en los estudios. Ahí me llamó Alejandro Urrea, alguien ligado al deporte pero que no era ni dirigente, diciéndome que tuvieron una conversación sobre lo justo del plantel para el mundial y se acordó de mí. Me fui al día siguiente, fue a fines de enero, y me llamaron de nuevo para decirme que tenía que irme en dos semanas, pero a quedarme en Santiago”.

Al respecto, agregó que “lo tomé como una señal, pero mi papá no estaba de acuerdo por experiencias con mi tío,Eduardo Tapia, que también fue seleccionado. No le habían cumplido muchas cosas, y por eso me dijo que no. Pero mi mamá dijo que sí, que tenía que ir. Como fue atleta, y muy buena, se quedó con ese bichito de qué hubiera pasado si…Y hasta me acompañó”.

Adaptación, título y boom

De su llegada a la capital, recordó que “fue un proceso heavy en Santiago. Las mujeres somos complicadas, celosas de nuestro espacio y el de tus amigas.Entonces, al principio no había muy buena relación, me costó hacerme un espacio. Más encima, llegando me lesioné, pero me puse la meta de estar y quedar entre las 10 para el Mundial. Estaba 100% en eso, concentrada, había congelado la universidad como varias de mis compañeras”.

Sobre ese histórico mundial de 2006, señaló que “Rodrigo Quintanilla, el entrenador, nos dijo que el piso era mejorar el resultado pasado, que era el noveno puesto en Alemania. Y pasando a la segunda fase, se cumplía.Después fuimos pasando vallas, pero siempre de a poco. La final -triunfo ante España, 2-1 en alargue- fue sin ansiedad, no había tiempo. Terminamos de jugar el viernes y al otro día era la definición. El cuerpo técnico que había lo manejó de muy buena manera. Vimos el gimnasio lleno, pero siempre tranquillas. Y me quedó la fase de Quintanilla: lo peor que nos puede pasar es ser segundas”.

Tras ese triunfo, de pronto les llegó la fama. “Fue muy entretenido y novedoso, algo que nunca imaginamos. Ya teníamos la felicidad de haber ganado el Mundial. Después nos recibió la Presidenta, el Congreso. Muchas sesiones de fotos, nos iban a buscar par todos lados y eso muy divertido. Éramos casi todas chicas, yo era de las mayores y tenía 21 años”.

Al respecto, agregó que “nos daban comida, y cuando nos juntamos en el Comité Olímpico, tomé la micro y no me cobraron (ríe). En Talcahuano fue lo mismo. Tuve doble celebración, primero en Santiago y después acá. Me distinguieron en Huachipato, en la siderúrgica, en el colegio de mi mamá, San Francisco. Fue cansador también, el teléfono sonaba a cada rato, y no estábamos preparadas para ese boom mediático. Nos sentimos famosas por un tiempo”.

Y recordando esa victoria, aseguró que “no volvimos a entrenar como lo hicimos en 2006.Aunque fuera el mismo tipo de entrenamiento, algo pasó en nosotras, en nuestro interior, esas ganas de querer hacerlo que no lo igualamos nunca.Por eso, creo que no repetimos este título pese a tenerlo tan cerca”.

Como en otros deportes, en el hockey la situación no mejoró en infraestructura con el mundial ni otras brillantes actuaciones a futuro. Para Alexa, los logros se deben “mucho a la testarudez de Rodrigo Quintanilla, que se pone un objetivo y lucha por lo que quiere. Ahora es el head coach de la Federación, pero si no fuera por lo perseverante y obtuso que es, a veces, el hockey no estaría así. En otros países nos dicen que entrenábamos demasiado, pero él tiene claro que acá no tenemos la competencia de España o San Juan en Argentina, por ejemplo. Además, siempre ha existido la voluntad de adaptarnos a cualquier condición, sin las mejores canchas. Y creer”.

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