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Nadar desde las cenizas, el día que Macarena Quero renació

Por: Samuel Esparza 06 de Junio 2020
Fotografía: Macarena Quero

Hace justamente tres años, Macarena Quero vivía un difícil momento en el plano deportivo. Una rebelde lesión la había alejado de la piscina y su apuesta de mudarse a Brasil para mejorar su rendimiento, parecía tumbarse. Incluso, algunas voces en el competitivo ambiente, osaban decir que por edad, ya no recuperaría su habitual nivel.

Pero ella creía, nunca dejó de creer. Su vida nunca fue fácil y eso mismo la preparó para situaciones tan duras como esas. Trabajó, en silencio, sufrió todo lo que significa la recuperación física y siguió creyendo.

Con el alta médica en las manos, llegó el momento de mostrar de qué madera estaba hecha, en lo que fue su regreso competitivo en la primera etapa del Nacional de Brasil, enfrentando a los mejores nadadores del gigante sudamericano.

¿Resultado? Mejor marca personal y récord chileno paralímpico en los 50 metros libres, quedando segunda nacional de Brasil con marca de 30’55. Y no sólo eso, porque obtuvo medalla de oro en los 100 metros pecho y plata en 100 metros libres. “Maca” estaba de vuelta.

Aprendiendo de resiliencia

Macarena Quero sostiene que aquel suceso marcó una segunda etapa en su carrera plagada de éxitos. Esta vez debió nadar desde atrás, y en cada brazada lograba recuperar algo de todo lo que tanto le había costado ganar.

“Fue importante y muy satisfactorio, porque a fines de 2016 tuve una lesión en el hombro que me tuvo parada sin poder moverlo durante tres meses. Una situación difícil, porque me costó harto volver hasta sentir mi brazo bien y con fuerza. Fue el comienzo de un nuevo camino y la confirmación de que las cosas estaban sucediendo de la forma que quería”, manifiesta.

“Había mucha gente que dijo que no tenía más por dar, que era vieja para esto, casi querían jubilarme. Entonces, fue una manera de convencerme y también a los demás, de que estaba bien, que podía nadar más. De ahí en adelante no hice más que mejorar”, añade.

La seleccionada chilena asegura que sin saberlo, eso resultó clave para lo que debería pasar poco tiempo después. “A finales de ese año, sufrí hipertiroidismo, entonces, fue de nuevo un obstáculo grande, pero ya sabía que podía salir de eso y mejorar, que fue lo que en definitiva sucedió. Empecé a recuperarme en 2018, después de esa vez rompí varias veces nuevamente la plusmarca chilena y así el 2019 pude ir a los Parapanamericanos de Lima. Fue en definitiva la comprobación de que mis decisiones habían sido las acertadas”, comenta.

Hoy la nadadora local dice que sólo está contando los días para volver al agua y, también, a Chile. Hace más de un mes espera un documento por parte de la Policía de Investigaciones que la autorice a trasladar sus cosas desde Brasil y regresar. Porque está segura que aquí, en su tierra, retomará fuerzas para ir por un nuevo reto, de esos que tanto le gustan superar.

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