Cambió la cancha de fútbol por la pista y la velocidad con la determinación de un joven que encuentra una actividad física que lo apasiona. Junto al apoyo incondicional de su familia y el empuje de sus profesores hacia la superación personal, entrena para dejar una marca en el atletismo nacional.
Por Sebastián Ormeño Oporto
Hay ocasiones donde es inevitable la bifurcación de caminos, elegir una opción y hacerse parte de un desafío personal. Tal situación puede parecer estresante, pero la inseguridad y la indecisión se diluyen cuando hay pasión de por medio. Es el caso de Joaquín Montesinos, que junto a su compañero Benjamín y su entrenadora Sara Henríquez se preparaban para dar inicio a la temporada de Deporte Escolar en la categoría de paratletismo. En las butacas del estadio Ester Roa comenzamos a hablar de la importancia de la actividad física, cosa que para algunos puede resultar lejana, pero para otros es un pilar fundamental.
Mientras se inician las distintas pruebas de salto y velocidad, Joaquín comenta que “mi vida en gran parte ha estado ligada al deporte, antes jugué a la pelota en la Clínica de Hualpén y en la Asociación de Barrio Norte, pero luego me salí”.
Posteriormente, su “profe Rodrigo”, con quien realiza su entrenamiento físico en la Teletón, le sugirió hacerse parte de una disciplina y se le presentaron dos posibilidades ante dicha recomendación: natación y atletismo. Joaquín prefirió las pistas y declaró que “llevo dos meses participando en el Club de Para Atletismo Concepción, lo que me ha ayudado a mejorar un montón mi rendimiento físico y me han entregado las herramientas para superarme día a día”.
El muchacho oriundo de Lorenzo Arenas, aparte de sus profesores, agradece enormemente el apoyo que le ha brindado su círculo más cercano: su madre Patricia Delis, su padre Gastón Montesinos y César Troncoso, su padrastro. Personas que alimentan uno de sus más anhelados sueños: dejar una marca en el atletismo de Chile.
Actualmente, el joven sigue enfocado en su disciplina y entrena martes, miércoles y jueves. No conforme con aquello complementa sus entrenamientos con ejercicios en su hogar, donde suda la polera y lucha por superar sus marcas personales, pero también confiesa que el esfuerzo realizado es para llenar de orgullo a sus padres, que siempre lo han apoyado. Al ser consultado por la sensación que lo mantiene ligado al atletismo a tan temprana edad respondió lo siguiente: “Cuando me pongo a correr, me siento bien, me siento vivo así”.
Raphael Sierra P.