Tras una impecable campaña, el Campanil ascendió al fútbol grande. Esteban Flores, lateral izquierdo en aquel 2013, recordó los detalles de un sufrido y emocionante ascenso.
Cuando el Campanil le ganó sin problemas en la primera fecha 2-0 a Unión Temuco como visita, parecía que la Primera B sería un simple trámite.
Por lo menos, por plantel, el equipo de Pablo “Vitamina” Sánchez era inmensamente superior al resto, pero es conocido que en el ascenso no basta solamente con los buenos nombres, hay que tener algo más. Es una categoría llena de mañas a la que hay que saber adaptarse. “Era uno de los que estaba a préstamo y me tocó volver en ese año. Debuté contra Barnechea en San Carlos y no salí más del equipo. Fue una gran temporada”, recordó el lateral del Campanil, Esteban Flores, quien se adueñó de la banda izquierda en ese 2013.
El “Cabezón”, hoy, defendiendo la camiseta de Puerto Montt, agregó que “nos costó al principio, pero el equipo era muy bueno y, por lo mismo, seguimos todos para la próxima temporada en Primera División”. Y pese a que el final fue feliz y soñado, UdeC lo pasó mal tras ese enorme debut en Temuco. Mientras Curicó y Naval eran líderes de la Zona Sur, el Campanil se estancó al igualar contra Naval, Curicó, Barnechea y caer ante Deportes Concepción.
Sólo un triunfo por la mínima ante Lota Schwager le devolvió la esperanza al equipo, que desde ahí en adelante fue imparable. Un gran 2-0 sobre los lilas en Collao y otra victoria por el mismo resultado ante Naval en El Morro, dejaron a UdeC prácticamente instalado en semis de un corto campeonato, donde el favorito era auricielo.
Buscando el paso a la final, el Campanil chocó ante Coquimbo, un rival siempre duro. “Ganamos 3-1 en Conce y allá perdíamos 1-0. Recuerdo que (Mario) Pierani se sacó al “Tigre” Muñoz y quedó sólo para marcar el 2-0. Si nos hacían ese gol, quedábamos fuera y no había más por hacer. Menos mal falló, fue la suerte del campeón. Después Aníbal (Carvallo) lo empató y clasificamos. Fue tremendo”, dijo Flores.
Faltaba el último paso para volver a Primera División. Ni seis meses habían pasado desde aquel amargo descenso ante Everton en Collao, pero el Campanil tenía una oportunidad de oro para retornar al fútbol grande. “Esos partidos ante Curicó Unido fueron increíbles. En la ida con gol de Vargas ganamos 1-0, pero la vuelta fue una locura. Había que defender como locos no más”, comentó el lateral izquierdo de ese año. Churín marcó de penal en La Granja y con todo en contra, Cabral eludió al arquero y marcó el gol del campeonato y el ascenso.
Diego Ruíz, delantero centro, fue un zaguero central más y despejó todo de cabeza en los últimos minutos. Pitazo final y desahogo total. “Fue un día mágico, soñado. Tengo lindos recuerdos de UdeC, es un club especial que quiero mucho. El “Vita” (Pablo Sánchez) y Ronald Fuentes fueron grandes técnicos que me dejaron mucho”, cerró.