Campanil rompió 13 años de sequía y logró el título de la competencia más prestigiosa del básquet nacional. Su DT, Jorge Luis Álvarez, recordó anécdotas de aquel gran logro.
No hay detalle que se le escape a Jorge Luis Álvarez, entrenador del Basket UdeC en 2012, al momento de recordar la gran campaña de aquel año. “Y eso que estoy viejo, aunque dicen que los viejos nos acordamos más fácil de lo que pasó hace mucho tiempo, que de lo que ocurrió hace una hora”, bromea el argentino.
Y hablando más en serio, el DT no dudó en señalar que “tengo un gran recuerdo de ese título, que para mí es muy apreciado. Fue un año en el que hubo una explosión deportiva en la Región, que hace poco había sufrido el terremoto. Durante esos días Huachipato salió campeón en Primera también”.
Ocho equipos compitieron en la fase regular y los primeros cuatro definirían, en playoffs, al campeón de la temporada. En la fase regular, el primero fue Liceo Mixto con 26 puntos, seguido por Tinguiririca con las mismas unidades. UdeC sumó 24 y U. Católica alcanzó 21 puntos.
Así, en semifinales los auricielos chocaron ante Tinguiririca y en el primer partido, jugado en la Casa del Deporte, la victoria fue para los visitantes. “Ellos eran uno de los grandes favoritos. Tinguririca tenía a una buena pareja de extranjeros, además de Franco Morales, Patrick Sáez y Mauricio Cisternas. Pero en los partidos de visita les ganamos, en uno más cómodo donde no podían parar a Evandro, y en el otro al final”, comentó Álvarez.
Con el 2-1 abrochado y otra vez sin la ventaja de poder definir la serie en casa, el rival del Campanil en la final fue Liceo Mixto, que superó a los cruzados (2-1) en la otra llave de semifinales.
Ya eran 13 años sin gritar campeón para UdeC, que justamente en la edición pasada había jugado contra Liceo Mixto en la final y cayó. Con todo en contra, los auricielos iban por la copa esta vez. “Llegué al club en 2007 y el título nos era muy esquivo. En ese año, como club, se hizo una apuesta muy importante, ya que al iniciar la temporada me plantearon que, por un tema económico, podíamos traer sólo a un extranjero. Así llegó (Terrel) Taylor y confiamos en todo el resto de jugadores nacionales que teníamos”, dijo el DT Álvarez.
UdeC se ilusionó con el título tras lograr lo más difícil, ganar en Los Andes. En ventaja 2-1 y con la Casa del Deporte repleta, al Campanil le faltaba sólo un triunfo para gritar campeón. “Dominamos por muchos puntos ese partido, pero lo perdimos al final tras un muy mal último cuarto”, recordó el técnico auricielo. La fiesta estaba armada en Concepción, pero ahora con la llave igualada, Liceo Mixto preparó los festejos en su cancha.
“Viajamos a Los Andes, pero no teníamos gimnasio para entrenar. Cerca del hotel había un colegio, al que de casualidad entramos para preguntar si tenían gimnasio. La señorita de la entrada nos derivó con el rector, quien había sido alumno de la UdeC. Él nos abrió las puertas y pudimos entrenar como quisimos. Fue una de esas particularidades que tiene la UdeC, con un enorme sentido de pertenencia que siempre te abre puertas en todo el país”, confesó el DT del Campanil.
Un equipo joven salió dispuesto a conseguir la gloria y lo logró, tras vencer 65-59 a Liceo Mixto en su casa. La fiesta sólo debió esperar unos días, aunque el desahogo por levantar la copa fue enormemente festejado. “Fue un proceso de mucho trabajo con los chicos. Intuyo que el quinteto inicial debe haber sido Marechal, Arteaga, Osses, Taylor y Del Solar. Después fueron entrando Vásquez o Villagrán. Es un recuerdo muy lindo”, cerró el DT Jorge Luis Álvarez.