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El ascenso lotino de 2006: Furioso grito minero que estuvo en silencio durante veinte años

“Pato” Morales, goleador de ese equipazo, recuerda la mítica tarde ante Rangers, alentados por 8 mil personas. Un gol en tiempo agregado, los penales de Limenza y, sobre todo, un grupo hecho a base de humildad y compañerismo.

Por: Paulo Inostroza 25 de Marzo 2020
Fotografía: Archivo | Grupo Copesa

Minuto 93. Tarde del 8 de diciembre de 2006. Basta ese par de datos para que cualquier hincha de Lota Schwager sepa de qué estamos hablando. “Ya no quedaba nada, pero yo igual estaba gritando ‘vamos’, ‘dale’ y esas cosas. Todos creíamos que algo iba a pasar”, recuerda Patricio Morales. Y algo pasó. Roberto Silva tomó una pelota muy alta y le dio de aire para marcar el 2-1 a Rangers. El estadio enloqueció, más lleno que nunca. Luego los penales y el ascenso a Primera. 14 años después, el recuerdo sigue imborrable.

El “Patogol” hoy tiene 42 años y atiende su local de artículos de aseo y abarrotes. Siempre en San Pedro de la Paz. “Vienen a comprar los hermanos Vera, el ‘Nacho’ González”. Ese año fue el goleador de la B y figura del ascenso. De ese mítico día recuerda que “el Federico Schwager se llenó tempranito. Pero lleno de verdad. Había que bajar a la gente de los baños, del túnel, estaban en el cerro. Si miras la foto del equipo, hay niños, hinchas. En ese tiempo entraba harta gente a la cancha, también la prensa. Nunca más vi el estadio así”.

Y se aleonaron. El artillero repasa que “Rangers era un tremendo equipo (Huaiquipán, Dalsasso, Ávila, Cisternas) y nosotros una de las planillas más baratas de la serie. Recuerdo que debutamos con San Felipe, que tenía tremendos nombres, ganamos 4-1 y dijimos ‘a ver, aquí tenemos equipo para lograr cosas’. Todo ese año fue una proeza y esa tarde hicimos una más. Habíamos perdido en Talca y anotamos luego (José Salcedo, a los 5’), pero fue un partido de mucho nervio. Lota siempre ha sido un club de garra, pero a eso también le agregamos fútbol”.

Arbitró Rubén Selman, en un año donde pelearon el ascenso mano a mano con Ñublense y Fernández Vial, partidazos a estadio lleno tanto allá como acá. Un ambiente irrepetible. Morales cuenta que “éramos los más humildes, sin figuras. Recuerdo que en el plantel había un solo jugador con auto, todos íbamos en micro. Y era curioso porque uno subía en la Vega, otro más allá, yo en Candelaria y nos íbamos juntando arriba. Este fue un equipo que se hizo en el camarín, donde todos nos cubríamos las limitaciones del otro”.

Archivo | Grupo Copesa

Punto de nervios

Lota formó con Limenza; Mardones, Vera, Rivera, González; Mora, Salcedo, Castillo, Plaza; Monroy y Morales. El once de todo el año. El técnico era Jaime Nova y gran parte de su gestación fue obra de Lonardo Vinés. El presidente era Temístocles Reyes, un mago del hacer mucho gastando poco. El “Pato” comenta que “Lota no pagaba tanto, pero estaban al día. Todos queríamos mostrarnos y nunca imaginamos la vitrina que sería. Yo después de esa campaña me fui, volví, regresé otra vez. Jugué dos años y medio en Lota y soy el goleador histórico del club. Mi vida tiene que ver con Lota”.

Pero después del gol de Silva había que rematar la faena desde los 12 pasos. “Sicológicamente, el gol en los descuentos los mató. Además, Limenza andaba en un nivel tremendo y le teníamos una fe gigante. Lota no jugaba en Primera hace 20 años y sentíamos esas ganas de hacer historia. El estadio es chiquitito, con toda la gente encima, pero no era una presión. Había mucho cariño, no podíamos fallarles”.

Convirtieron Morales, Rivera, Vera y Salcedo. Limenza había tapado uno a Cisternas y luego haría lo mismo con el remate de Ayala. Ahí se desató la locura, toda la gente a la cancha, el portero lotino en calzoncillos y después a celebrar a la plaza, tirándose todos en la pileta.

“Veo los videos, los hinchas todavía me felicitan. Es una alegría que queda. Además, el hincha lotino es cariñoso y no se olvida de los jugadores que le dieron una alegría. Con los compañeros no hemos podido hacer una junta con todos, pero siempre nos vemos, hay cariño, algunos todavía juegan juntos. Ese equipo es un ejemplo de lo que se puede hacer con buenas personas, teniendo eso puedes ganarle al más pintado. Eso fue lo que hicimos”.

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