A sus 11 años, ya es seleccionada regional. Defiende al Colegio Fraternidad y al Club Amanecer, y pese a su corta edad sueña con llegar algún día a las “Diablas”. Además de comentar por qué eligió ese puesto, contó de su pasión por este deporte y el ritual que hace antes de cada partido importante.
Cuando llegó al hockey, de inmediato se apasionó mucho. “Fue por una actividad extraescolar del colegio (Fraternidad), pero al poco tiempo me di cuenta que no era solo un juego o un hobbie”. A sus 11 años, Emilia Zizak se perfila como uno de los valores de mayor proyección de esta disciplina a nivel regional, y al escucharla hablar se nota que apunta bien alto en sus metas y sueños.
Al momento de la entrevista, Emilia no se muestra nerviosa. Sí algo inquieta y muy risueña. Partió jugando en el Colegio Fraternidad, a los siete años. “Lo que más me gustó del hockey, al principio, es que no ocupas los pies ni las manos, sino un palo. Tienes otros materiales para jugar. Y, por ejemplo, como soy arquera, debo ponerme varios implementos adicionales, y es más difícil moverse y correr”. Si bien comenzó en su colegio, ahora divide su tiempo entre defender a su establecimiento y jugar por un destacado club de la zona.
“También estoy en el Club Amanecer en este momento, el mejor que hay (ríe). Viajamos a Santiago a partidos federados, y gracias a ese club soy seleccionada regional. Entreno en el colegio lunes y viernes, los jueves y viernes en Old John’s Country Club. Y los fines de semana por lo general juego. Ahora, hubo un Zona Sur, donde se juntan varios equipos. Este torneo es de colegios, entonces ahí juego por el Fraternidad, y en otros lo hago por el Club Amanecer”, dijo.
Emilia es la hermana mayor de su familia, que está formada por su mamá Elizabeth Vásquez, su papá Elías Zizak y Vinka, de cuatro años. Asegura que siempre la han apoyado en su pasión por el hockey, aunque no puede descuidar la parte académica. “Me va bien en el colegio, tengo promedio 6,4. Estudio siempre con anticipación. Por ejemplo, si tengo prueba el viernes me preparo bien hasta el miércoles, así el jueves puedo ir a entrenar”.
Su proyección y talento se ven reflejados en que ya forma parte de la selección regional. “Se hicieron varios grupos para probar hartos jugadores, y sacaron una lista de los que quedaron, y estaba mi nombre. Ahora nos juntaremos a entrenar en los próximos meses y tendremos un partido también”, dijo.
Muchas veces, llegar a ser arquero en cualquier deporte aparece como un descarte, no como una elección. Emilia rompe esta premisa, pues aseguró que “yo elegí el arco. Antes, jugaba de defensa central, pero vi a un compañero del Club Amanecer, de la Sub 17, en este puesto, y me gustó mucho. Me enamoré de cómo jugaba, cómo se movía, el uniforme, todo. De ahí le dije a mi entrenadora, Evelyn Bastidas, que quería cambiar, y llevo como cuatro años ahí”.
Más allá de esta elección, contó que no le ha resultado fácil asumir lo que significa jugar de arquero, donde cada error cuesta, por lo general, más caro que en otras posiciones. “Un día me pasó, cometí un error y me enojé mucho, mis emociones a veces son muy rápidas. Pero con los años me estoy controlando mejor, aprendiendo que no me afecte tanto. Antes, cuando me enojaba, le pegaba al arco con el palo, sentía rabia. Pero ahora sé que cuando nos hacen un gol, es responsabilidad de todo el equipo, pues en un principio me echaba toda la culpa yo. Sé que equivocarse es parte del juego”.
Independiente de su edad, tiene claros sus objetivos. “Me apasiona mucho. Si bien ya estoy en la selección regional, quiero seguir creciendo para llegar un día a la selección nacional. Me gustaría mucho dedicarme al deporte, me encantaría llegar a las ‘Diablas’ -seleccionado de hockey césped femenino, después ser entrenadora. Mi idea es ir creciendo siempre. Vi todos los partidos de la selección femenina en los Panamericanos de Lima. ¿Mi jugadora favorita? Claudia Schüler, arquera de la selección chilena”.
Junto con destacar que el deporte la ayuda en su disciplina, aprender más sobre el trabajo de equipo y cuidar su estado físico y salud, contó de una rutina que realiza previo a un juego importante.
“Soy la número 1, como arquera. Antes de jugar, veo la camiseta, con mi número y apellido y me concentro. La noche previa a un partido, me mentalizo en que debo hacer las cosas bien. No es solo dar todo en la cancha, sino pensar para hacerlo bien”, comentó.
Sobre si tiene algún pasatiempo cuando no entrena o estudia, dijo que “a veces practico tenis. ¿Música? Me gusta el trap, mi cantante favorito es Bud Bunny. No escucho tanto, pero cuando estoy jugando y la acción está en la otra mitad de la cancha me pongo a cantar (ríe). Eso me ayuda a mantenerme concentrada, y algunas veces no me doy cuenta que lo hago. Me fluye”.