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Recambio: ¿cómo lograr que brote otra “generación dorada”?

No solo el fútbol, que no haya cómo encontrar otros Vidal, Medel o Aránguiz. El básquetbol estuvo años buscando su propia gran camada y parece haberla encontrado. ¿Cómo lo hizo? El vóleibol, en tanto, vive un buen momento a nivel de selecciones y tampoco ha sido casualidad.

Por: Paulo Inostroza 15 de Julio 2019
Fotografía: Andrés Oreña P.

El “recambio”, según la RAE, tiene que ver con “cambiar una pieza y que todo siga igual”. En los deportes colectivos, eso ocurre paulatinamente hasta que todas las piezas dejan su puesto a otras y el colectivo sigue andando. Por eso, es más complicado. Se habla mucho de que la “generación dorada” del fútbol chileno no tiene reemplazo, salvo dos o tres nombres. ¿Cómo se genera una camada de talentos que termine siendo una “generación dorada”? ¿Cómo lo ha hecho el básquetbol, que hoy vive días de bonanza? Tres que saben del tema, en distintas disciplinas, hicieron su análisis.

Alejandro Padilla lleva 20 años formando jugadores en Huachipato y cuando le preguntan cómo se hace para lograr el recambio de la generación actual, respira un poco y contesta: “ojalá tuviera esa respuesta. Es las que todos andamos buscando. No es nada fácil”. Y claro, estamos hablando de un grupo que parece irrepetible. “Jugadores así y todos coincidiendo en un mismo momento es algo que se da pocas veces y eso hay que entenderlo. No puedes exigir otros de esa calidad como si fuera sencillo, como si siempre hubiésemos tenido chicos de ese nivel, que es mundial”, aseguró el DT.

El formador acerero agregó que “influyen muchas cosas en lograr una camada de nivel. En el caso de la selección, habría que ver incluso qué hacían Alexis, Gary y Arturo cuando tenían 10 años. Yo saco cuentas y los imagino viendo Francia ‘98, viendo a Zamorano y Salas en el Mundial. Los referentes y el motivar a los chicos es fundamental. Tal vez, los muchachos que a los 10 años vieron jugar a Vidal, Medel y Sánchez puedan conformar algo como eso, pero pasa también por el talento, trabajo. Por muchos factores. Sacar otro Charles Aránguiz y otro Claudio Bravo es una tarea bien complicada”.

Pero a nivel local, Huachipato también ha sido generador de importantes camadas. De oro, si se quiere. Padilla repasa que “hubo una época donde salieron Uribe, Salgado, Reynero, Millar. Después estuvieron las series de Labrín, Llanos, Espinoza, Lorenzo Reyes… Son grupos que coincidieron, pero Huachipato siempre ha sido constante en generar jugadores que lleguen al primer equipo y a clubes importantes. Hoy, por ejemplo, están Baeza, Altamirano, Urra en la selección y Bizama que se fue a Estados Unidos. Siempre hay una necesidad de recambio y por eso trabajamos el tema desde muy pequeños”.

En ese sentido, advirtió que “hace pocos años se agregaron nuevas series para trabajar con chicos desde los 8 años. Eso es importantísimo. A eso súmale una red para captar jugadores en otras ciudades, desde Arica hasta el sur, en torneos donde participan menores. Detectar para trabajar con ellos, formarlos como personas. Ese es un sello que tiene el jugador de Huachipato y se valora mucho en todos lados. El club paga pensiones a los chicos de más lejos. Con un trabajo bien hecho y planificado de esa forma, siempre salen buenos jugadores. Ahora, que salga toda una camada de nivel o un equipo, pasa por muchos otros factores y eso puede ir más allá del talento o el trabajo”.

Cesteros dorados

Hoy llama la atención la gran cantidad de basquetbolistas chilenos jugando en el exterior. Ignacio Arroyo, de 19 años, debutó en la liga ACB de España. Felipe Inyaco, de 17, estuvo entrenando en Atlanta, invitado por los scouting de la NBA. Maxwell Lorca y Felipe Hasse juegan en la liga universitaria de Estados Unidos, al igual que Nicolás Carvacho, quien el próximo año se inscribirá en el draft para jugar en la NBA. Y son solo ejemplos. El cesto encontró su propia generación dorada. ¿Cómo lo hizo? ¿Cómo se proyecta para que no sea solo una coincidencia de talentos?

Jaime Urrutia entrena al colegio San Ignacio y es reconocido como uno de los grandes formadores de basquetbolistas de la zona. El profesor señaló que “hay que partir siempre desde abajo y creo que Cuarto y Quinto Básico es una etapa importantísima para detectar un talento deportivo. Es una etapa de motivación. Algunos practican de forma más recreativa, que también es muy positivo, y hay chicos que están para competir a otro nivel. Tú lo notas, ellos mismos quieren eso. Hay que seguir motivando y a los 14 años ya que es el momento donde se da el gran salto o no se da. Hay muchos que no los dan”.

¿Y cómo se gesta este gran momento del cesto nacional? El couch expresó que “la competencia es clave y en eso se ha avanzado mucho. Hoy, acá mismo, tenemos una asociación, que antes no había, y una competencia de 12 clubes, cada uno con 4 categorías. Hay espacios para desarrollarse, para tener roce desde temprano. En Chile estamos haciendo buenos equipos, desde las selecciones menores, y ahí se generó una cultura, donde los jugadores entienden que esto es un equipo, que no todos tienen que hacer 30 puntos. Este es un deporte de roles y eso se está entendiendo”.

No existen tantos referentes en el básquetbol, estrellas chilenas consagradas que hayan brillado afuera en los últimos 10 años. Urrutia apunta que “eso es verdad, pero los chicos saben que hoy el chileno va a otras ligas y se desenvuelve bien. Los jugadores de 14 años ya están pensando en probar suerte afuera. Javier Barra jugó en Argentina en la Liga de Desarrollo, que es Sub 23, y eso significa que si un día va a la Liga Profesional no ocupará plaza de extranjero. Los chicos de hoy saben esas cosas, piensan en esos detalles que antes nadie consideraba. Está Carvacho, que podría entrar al draft de la NBA. Hace unos años eso era imposible, la NBA era otro mundo. Eso podría generar otro impacto, ojalá se dé”.

Chile logra éxitos en selecciones menores, tanto damas como varones. ¿Qué hacer para sacarle partido a este momento? “Sería una pena no aprovecharlo y creo que en Chile hay un vacío grande entre los 18 y los 21 o 22 años. Ahí falta una Liga de Desarrollo como la Argentina, muchos jóvenes se retiran a esa edad porque no están para ser titulares profesionalmente ni tienen donde jugar. También es triste que los clubes profesionales no tengan inferiores, no sean formadores y tengan que andar buscando jugadores. Ojalá se invierta y esta buena camada ponga esos temas sobre la mesa para que podamos seguir en esa línea, que esto no quede ahí y tener siempre un buen recambio”, analizó el DT.

¿Y el vóleibol?

Guillermo Jiménez entrena hoy a la UdeC, pero también fue parte de la “generación dorada” de la Ucsc hace algunos años. Como técnico o jugador, sabe de qué se trata esto de generar una gran camada y lo que cuesta reemplazarla. “Es muy difícil encontrar una buena cantidad de jugadores con talento y que al entrenar plasmen eso en un buen rendimiento. El trabajo no siempre es suficiente. Por eso cuesta, aunque a veces parece que lo tienes todo”, afirmó.

El “Memo” acotó que “para conseguir un equipo y un plantel de nivel, necesitas que todos estén en la misma línea. En nuestro caso, fue fundamental la labor del ‘profe’ Julio (Orellana), de inculcarnos una cultura deportiva y competitiva. Todos entendimos eso. Algunos venían de los Juegos Araucanía, mientras yo estaba empezando en la Católica, cuando estaban Luis Mancilla, Juan Pablo Lavín, Iván Henríquez. Después llegaron Gabriel Tascón, Marcelo Santos, Matías Sanhueza, David Ciátera, Israel Ciátera… Muchos. Un equipazo que logró muchos títulos”.

Y no fue fácil relevar a ese grupo. “Te acostumbras a un ritmo, un sistema, un tipo de jugador. Las generaciones van cambiando, llegan con otras costumbres. A los que entran hay que inculcarles un concepto. No es fácil el recambio”.

A nivel de selección, el vóleibol chileno también vive un muy buen momento, con una interesantísima generación. Jiménez indicó que “clasificamos a un Panamericano después de 44 años y se está haciendo un buen trabajo desde que llegó Daniel Nejamkin como técnico, hay jugadores en ligas extranjeras (Canadá, Alemania y Argentina), pero es difícil explicar ese éxito que no se traspasa tanto a nivel de competencia nacional o local. La selección funciona un poco aparte y lo está haciendo bien”.

Detallando esa rareza del vóleibol, precisó que “a diferencia de la mayoría de las disciplinas, acá no son los clubes los que nutren a la selección, sino que funciona al revés y es la selección la que forma estos grandes jugadores. No significa que no llegue ahí gente de clubes, siempre hay jugadores destacados que están. Lo que pasa es que la competencia nacional a nivel de equipos se mantiene estancada, diría yo. No es que haya empeorado, pero en el último tiempo no avanzó nada. Sigue igual”.

¿Y en nuestra zona? “Ahí sí que estamos al debe, aunque talento siempre hay. La competencia es poca y la organización tiene varias carencias. Ahora mismo, a nivel Adesup, se jugará la final Nacional en Punta Arenas, recortando el calendario, se jugarán más partidos por día. Todo para abaratar un poco más los costos. No me parece bien pensado y es en esta edad donde debes motivar a los jugadores. Generar talentos es lo fundamental para tener un recambio y habrá que ver qué pasa más adelante”, afirmó.

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