Deportes

Cómo afrontar el fracaso desde la mirada del atleta

El camino al éxito siempre incluye más de algún tropiezo. Deportistas conviven frecuentemente con la otra cara de la moneda, esa triste y muy oscura. Atletas y especialistas de la zona analizan la mejor manera de tolerar las frustraciones en las diferentes disciplinas. El trabajo psicológico es fundamental.

Por: Carlos Campos 18 de Marzo 2019
Fotografía: Andrés Oreña P.

Cuando ganan, reciben medallas, saludos de todo el mundo, abrazos, y felicitaciones. Todos son parte del éxito y no hay quien se quiera quedar abajo del carro de la victoria. Pero, ¿es igual cuando los deportistas deben convivir con el fracaso? ¿Cómo es el proceso para tolerar distintas frustraciones cuando las cosas no les salen bien?

Javiera Faletto compite hace rato a altísimo nivel en el atletismo. Ha representado al país, cosechando importantes éxitos también en el ámbito universitario. Pero no todo siempre son festejos. “Uno puede tener toda la intención de hacer las cosas bien y esforzarse, pero cuando el cuerpo y la cabeza dicen que no, no hay nada que hacer. A veces hay que parar, descansar, respirar y seguir, porque uno llora, sufre y no siempre puede convivir con tanta presión”, asegura.

Otro ejemplo es Catalina Bravo. Ha sido campeona nacional en el lanzamiento del disco, cosechando importantes récords. La chillaneja comenta que “he colapsado varias veces donde no puedo con todo. Hay presiones, metas por cumplir, horarios, trabajo, estudio y otras cosas. En mi caso, soy mamá, por lo que debo organizarme muchísimo. Aunque haya presiones externas, hay que trabajar sin perder el foco”.

Sebastián Navea compite a gran nivel en el taekwondo, una carrera en la que se ha destacado nacional e internacionalmente. Pero esa ruta al éxito también tiene dificultades. “A nivel amateur era muy picota, no me gustaba perder y lo pasaba muy mal. Ahora tomo todo como una victoria o un aprendizaje. Pero para llegar a pensar así tuve que pasar por mil etapas. Al principio me enojaba, peleaba con árbitros y mi entrenador. He evolucionado”, comenta el seleccionado nacional. ¿Y cómo conseguir ese equilibrio? Todas las personas son diferentes y las experiencias varían, aunque, eso sí, todos coinciden en la relevancia que tiene la psicología deportiva en el trabajo diario en cada una de las disciplinas.

“Un deportista de alto rendimiento o que quiere pasar a él, tiene que trabajar con un psicólogo deportivo. Con este todo cambia muchísimo”, afirma Catalina Bravo. Sebastián Navea agrega que “son necesarios para el trabajo de la mente. Hay atletas que no están preparados para afrontar distintos desafíos. Pasa mucho que hay deportistas que tienen las capacidades, pero obtienen malos resultados ya que no confían en ellos mismos”. Javiera Faletto comenta que “la Región, en general, debería tomar conciencia de que faltan profesionales en esa área. Manejar la frustración es muy difícil. A mí me cuesta bastante salir del hoyo en el que se cae a veces cuando las cosas no salen como uno espera”.

Rolando Sepúlveda cuenta con un amplio currículum en ese ítem. Actualmente, trabaja en las series menores de Huachipato y a veces trabaja con el primer equipo. Años atrás estuvo en el Campanil, en el fútbol joven, plantel profesional y el equipo de básquetbol. “La principal forma para manejar la frustración y tolerarla, es experimentándola. No puedo manejar algo que no sé qué es. El deportista, en algún momento de su vida, necesita estar expuesto a la frustración. Y la gente que está alrededor de los deportistas, también debe educarlos emocionalmente en esas instancias”, afirma el profesional que también es docente en el Inaf.

Principal peso

Las frustraciones se explican por varios factores. El principal es un mal resultado obtenido, aunque tras una baja actuación a veces se esconden otros puntos. Un fracaso deportivo en ocasiones se produce por la elevada expectativa que no sólo se generó el mismo atleta, sino que por la presión que el entorno ejerce sobre él. “La gente está pendiente de mí y eso afecta, porque quiero rendir bien y no decepcionar a nadie. Sé que hay muchos esperando que yo responda”, indica Javiera Faletto. “Es duro, porque uno piensa en no decepcionar al resto, aunque eso también le suma algo al deporte. Me motiva presionarme y exigirme cada vez más. Lo tomo como algo positivo y trato de verlo así”, dice por su lado, Catalina Bravo.

Sebastián Navea expresó que “el taekwondo es un deporte muy estresante por las bajas de peso en las distintas categorías y todo eso. Ahora estoy en la selección y no sólo tengo mis expectativas, sino que del Comité Olímpico, el jefe de mi entrenador, por lo que imaginar en lo que piensa el resto sobre mí, es sumarme presión”.

Las expectativas estarán igual por parte del resto, se enfoquen o no los deportistas en ellas. “Generan ansiedad, inseguridad y comparación con referentes de un mejor nivel. Eso lleva habitualmente a una ejecución errónea por la presión y la des-automatización del deportista. Son factores psicológicos que no se pueden manejar durante la competencia y terminan afectando el rendimiento”, señaló Yazmina Pleticosic, académica de Pedagogía en Educación Física de la Universidad San Sebastián.

“Hay presiones de tipo social que a veces se imponen. En el fútbol algunos buscan igualarse a otros que están jugando en Europa, lo que no está mal, pero no miran la realidad respecto de cómo pueden crecer para pensar en algo grande. Hay futbolistas que tienen todo para brillar, pero no lo hacen porque, por ejemplo, se lesionan y nunca logran recuperarse psicológicamente de ese reintegro deportivo”, complementó Rolando Sepúlveda.

“El futuro es impredecible. Aparecen lesiones, cambios climáticos. Y cuando no hay control de las variables, puede que ocurran cambios de rendimiento que el común de la gente no espera, pero para la gente que está en ciencias del deporte es normal”, indicó David Ulloa, jefe del departamento de Ciencias del Deporte y Acondicionamiento Físico de la Ucsc.

El coordinador de deportes de la UDD, Roberto Valenzuela, indicó que “hay dos factores: intrínsecos y extrínsecos. Se pueden encontrar en el primero a las dudas en algún conocimiento, falta de preparación mental o física, autocontrol o falta de motivación. En el segundo, está el entorno que rodea al deportista: amigos, familia, simpatizantes o su pareja”.

Sebastián Navea

Todo lo puede

El poder de la mente es enorme. Así, según su experiencia, Rolando Sepúlveda reveló que “una vez un preparador físico de un club me dijo que siempre pensó que todo pasaba por lo físico. Pero después se dio cuenta que, si un jugador estaba bien físicamente, pero mal en lo mental, no servía de nada. Pero si físicamente estaba mal y mentalmente estaba bien, a veces se puede suplir de mucha mejor forma. Era un ‘profe’ con muchos años de circo”. ¿Y cómo enfrentar períodos de alto estrés y frustración? Javiera Faletto comenta que “justo estoy, en mi magíster, pasando por un ramo de psicología del deporte. Ahora tomo conciencia de lo importante que es esa área para los deportistas. Jamás he tenido apoyo psicológico, ni cuando chica y menos ahora. Uno colapsa hasta con el problema más mínimo a veces. Y es complejo, ya que cuando uno es más chico, toma el deporte como un juego donde lo pasas bien, pero después cambian las cosas”.

“Se deben trabajar la tolerancia a la frustración, el manejo de la ansiedad, la autoconfianza y el estrés. El trabajo no está supeditado a una charla, sino que hoy, por ejemplo, existen instrumentos científicamente validados que permiten medir el grado de estrés o ansiedad que puede tener un deportista. Se puede evaluar con sensores en cuanto a la respiración, el sudor, respuesta cardíaca, entre otras cosas. Hay muchas herramientas que se pueden utilizar, como el neurofeedback, que puede utilizar sensores para regular las ondas cerebrales”, agregó el psicólogo deportivo de las series menores del acero, Rolando Sepúlveda, quien, como consejo a los atletas, comentó que “lo que uno busca profesionalmente es que el deportista controle lo que pueda controlar. En el fútbol o los deportes donde dependes de un rival, por mucho que hagas lo que más puedas, hay otro que te puede superar. Hay que poner el foco en lo que uno puede controlar y ahí está el tope de las capacidades”.

“Yo trabajo con Eliot Brito. Y es un proceso muy complicado y largo el adaptarse a las presiones externas que se suman cuando uno va obteniendo mejores resultados. En mi caso, trato de ver lo que está dentro de mi control y lo que puedo hacer para sentir o no presión”, sentenció Catalina Bravo.

“Mi filosofía, ahora, es que no saco nada con echarme a morir cuando me va mal. Claro, cuando pierdo vivo el luto, pero trato de aprender de mis errores y, si no conseguí un objetivo, vuelvo a replantearme el que viene, entrenando mucho más duro y consciente. Trato de cargarme de cosas positivas y, por ejemplo, si me citaron a la selección, es porque consideran que estoy preparado y debo dar lo mejor”, cerró Sebastián Navea, quien también trabaja con el psicólogo deportivo Eliot Brito.

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