En un equipo donde el motor fue lo colectivo, hubo un grupo que supo destacar con luces propias.
En la hora del recuento, son variadas las razones que explican la espectacular campaña cumplida por la Universidad de Concepción esta temporada, con el segundo puesto en el campeonato de Primera y la consiguiente clasificación a la Copa Libertadores 2019.
Un camarín cohesionado, que supo salir adelante en los momentos más difíciles, cuando el equipo no lograba dar con el triunfo y muchos dudaban, incluso, de la permanencia de Francisco Bozán en el banco. Fue ahí cuando surgió la mística de un plantel que jamás perdió la confianza y logró reponerse, paso a paso, hasta lograr la racha histórica de nueve triunfos consecutivos y 12 encuentros sin saber de derrotas.
Así fue construyéndose un andamiaje de juego donde el colectivo fue el motor central, con buenos rendimientos en todas las líneas y un concepto claro a la hora de encarar los encuentros, que se replicaba en todas las canchas del país.
Pero la UdeC contó también con una columna vertebral que resultó clave, con rendimientos individuales que sobresalieron al grupo y quedaron en la retina del hincha auricielo: esos que fueron ases en una baraja ganadora.
No hay dudas a la hora de señalar a Cristián Muñoz como figura del Campanil. Se suponía que el “Tigre” estaba de salida en este 2018, sin embargo su experiencia resultó fundamental para entregar seguridad en un puesto tan sensible como es el arco.
En la zaga, el argentino Sergio Vittor fue de menos a más, constituyéndose en uno de los fijos del esquema de Bozán y en objeto de deseo de los grandes del fútbol chileno para 2019. Por el costado, en tanto, Ronald de la Fuente resultó una grata sorpresa, hasta ser otro inamovible merced a su regularidad y despliegue.
Aunque quizás lo mejor del Campanil estuvo en su mediocampo, donde se mezcló la capacidad de Alejandro Camargo y Fernando Manríquez en el quite, con este último siendo factor a la hora de atacar. Y como complemento perfecto, el talento de Hugo Droguett, aportando técnica y visión.
Para cerrar el naipe, la ofensiva contó con el factor Jean Meneses, desequilibrante hasta el final de su paso por la UdeC, y tras su adiós, la contribución del juvenil, Walter Ponce, que terminó ganándose un lugar propio en la gesta.
Un segundo aire significó para Cristián Muñoz, la gran temporada auricielo. El “Tigre”, quien había anunciado que este sería su último año en el fútbol, fue prenda de seguridad en el arco del Campanil y seguro extenderá su vínculo para jugar la Copa Libertadores en la temporada 2019.
Ronald de la Fuente (Foto: Isidoro Valenzuela M.)
Fue uno de los cuatro jugadores del torneo que lograron jugar íntegramente los 30 partidos y 2.700 minutos de campaña; los tres restantes son arqueros.
Así de regular fue el año del lateral, que hizo méritos de sobra para ser alternativa en la selección. Es cosa que Rueda mire al sur.
Sergio Vittor (Foto: Isidoro Valenzuela M.)
Sin duda, el armado de la defensa de la UdeC partía con el central argentino. Su rendimiento fue tal, que tanto Colo Colo como la U. de Chile están interesados en contar con sus servicios.
Puja donde el club auricielo también tiene algo qué decir, iniciando conversaciones con Racing, dueño de su pase.
A esta altura, Manríquez es todo un símbolo en la tienda penquista. Uno de los goleadores del equipo pese a no ser delantero (siete tantos), siempre es factor con su pegada de distancia y pocos le disputan el puesto de mejor volante mixto del torneo nacional. La Libertadores lo espera otra vez.
Walter Ponce (Foto: Carolina Echagüe M.)
Pese a su juventud, le tocó asumir protagonismo en la ofensiva luego de la partida de Jean Meneses. Y pese a un comienzo timorato, donde su ingreso se justificaba más por sumar minutos por la regla del Sub 20, fue tomando seguridad hasta alcanzar una interesante producción con cinco goles.
Jean Meneses (Isidoro Valenzuela M.)
Sin duda, fue la gran figura del primer semestre en la U. de Concepción. Su explosividad y técnica por la banda, unido a su capacidad de finiquito -marcó siete goles hicieron de “Takeshi” un imprescindible en la oncena titular. Y pese a que dejó el club a mitad de año, su aporte fue clave en la exitosa campaña auricielo.
Hugo Droguett (Isidoro Valenzuela M.)
Pocos apostaban por Droguett cuando arribó a la UdeC en 2017, procedente de Antofagasta. Sin embargo, el experimentado volante se encargó de disipar cualquier duda en la cancha, donde colocó todo su talento al servicio del colectivo. Otro imprescindible en el campañón de la UdeC.
Jugó 26 de los 30 partidos del Campanil y cada vez que lo hizo, su presencia se notó constituyéndose en baluarte de ese tan subvalorado trabajo que es quitar la pelota al rival.
Alejandro Camargo se ganó un lugar no solo en la titularidad, sino también en el corazón del hincha auricielo.