Editado por el sello Pueblo Nuevo, el disco en formato de vinilo, contiene composiciones realizadas en base a procesos de escucha íntima, por cuatro diferentes artistas sonoras nacionales. Concierto de lanzamiento se realizará este martes en la sala de cámara del Teatro Biobío, con entrada liberada.
Advertencia: ruidos fuertes repentinos, ilusiones perceptivas, estridencias. Una innovadora propuesta, que es resultado de un trabajo íntimo desarrollado por cuatro voces femeninas. Hoy, a las 19 horas, en la sala de cámara del Teatro Biobío, se lanzará el álbum “Escuchas frágiles”, en un concierto que tendrá entrada liberada y estará marcado por la improvisación y la línea experimental del álbum.
Javiera Robledo Karapas, Amanda Irarrázabal, Camila Cijka y Valentina Villarroel son las artistas que llevaron a cabo el proyecto, que contó con el apoyo del Fondo Nacional de la Música, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, convocatoria 2024.
Villarroel, oriunda de Concepción, se refirió al proceso creativo desarrolllado para el disco. “Se caracterizó por la recolección de sonidos para construir un collage sonoro capaz de ilustrar auditivamente el espacio del muelle de Valparaíso. Mi track, ‘Infinidad’, fue grabado mientras se procesaba e improvisaba con dos pistas de grabación de campo, integrando el paisaje sonoro en un diálogo continuo con la creación musical”.
Al respecto, agregó que “el álbum se logra reuniendo grabaciones de un contexto en particular, la composición en tiempo real atiende a distintas formas de entender el paisaje sonoro, ya sea como contextos geográficos, estados de ánimo, texturas o elementos descontextualizados al servicio de una musicalidad específica”.
Una reflexión
Javiera Robledo también describió el proyecto y afirmó que “explora una práctica sonora centrada en la escucha profunda y la composición a partir de grabaciones de campo del océano Pacífico. Este proceso se fundamenta en una matriz interna de cada compositora, entendida como una escucha íntima que da lugar a la creación sonora. En este contexto, el sonido no solo se refiere a los estímulos externos, sino que igual se vincula con las dimensiones internas del sujeto: las voces internas y los sonidos que habitan los espacios mentales”.
Además, indicó que “cada composición del vinilo se convierte en una reflexión sobre el material sonoro, evocando el concepto de ‘sondeo’ en relación con el oído, la percepción y el tacto, conceptos que se encuentran presentes en las ideas de las compositoras Pia Palme e Irene Lehmann”.
Sobre cómo surgió esta colaboración, Robledo indicó que “comienza a partir de los trabajos individuales y las resonancias compartidas en torno a temáticas comunes. En este marco, las cuatro artistas hemos desarrollado prácticas que abarcan grabaciones de campo, videoarte, performances, poesía e instalaciones, todas articuladas desde una perspectiva ecológica, experimental y social”.
Respecto al espacio que están teniendo este tipo de propuestas, afirmó que “creemos que en la actualidad ha aumentado significativamente el número de iniciativas y encuentros que, con el paso de los años, han dado lugar al arte experimental y al arte medial en la región. Hace una década, ya existían personas que promovían la interdisciplinariedad, pero hoy en día la afluencia es mucho mayor. Incluso Concepción se ha animado a recibir a artistas de otras regiones, creando un ambiente propicio para la difusión y promoción de nuevas propuestas artísticas”.