El reconocido músico penquista, luego de cumplir 50 años, motivado por energías personales decidió emprender esta nueva aventura, la cual más allá de un sonido en particular, destaca por su eclecticismo. “Robert Wyatt”, su primer adelanto, será una muestra de ello.
“Experimentar en el fondo, abrirse para otro lado, salirse de los márgenes del formato banda, que está un poco fundido. O sea, obvio que seguiré tocando en grupos, pero esto es para ir por otro lado, explorar otros caminos de la música. Convertirse en otro personaje, reinventarse, pero sobre todo pasarla bien”. Así define Mauricio Melo, experimentado y reconocido músico penquista, a Mansarda, su nueva aventura sonora.
El proyecto, que se gestó casi a fines del año pasado y materializó al calor de extensas sesiones grabadas durante el verano, era una idea que desde hace tiempo rondaba en la cabeza de Melo, la cual se acrecentó una vez que llegó a los 50 años. “Al cumplir medio siglo me pareció idóneo reinventarse. Me habría parecido muy triste seguir como ligado al formato de banda rockera para siempre, como una especie de ‘patrón’, algo un poco patético”, dijo.
Otros factores emocionales, y también inspirado en un viejo conocido, se sumaron para poder concretar por fin Mansarda. “Me sirvió bastante de motivación tocar con Carlos Cabezas. Él tiene sus buenos años -65- y encontré motivadora toda su energía y ganas de hacer música, tocando en diferentes proyectos más allá de Electrodomésticos. Igual la muerte de mis padres el año pasado, marcaron el cierre de un ciclo bien fuerte para mí”, señaló el músico.
Precisamente, en la casa donde vivió su infancia y parte de su juventud, es donde se registró lo logrado junto a Marcelo y Paulo Díaz, Felipe Muñoz y diversos e ilustres invitados.
“Eso es Mansarda, una especie de taller grande con la participación de distintos músicos, muchos de ellos amigos y gente con la que he trabajado con anterioridad. Sangre nueva e inspiradora para sumergirme en sonidos diferentes, en ideas en las que nunca antes había profundizado. Esto igual dado porque las características del mercado musical no son las mismas de antes, como que la música se ha desarrollado de manera más libre. Las nuevas generaciones no tienen miedo a experimentar, en formatos más densos y rebuscados, por ejemplo”, enfatizó Melo.
Más de siete horas de grabaciones son en las que la banda ha estado trabajando a la distancia estos días de cuarentena, de las cuales se espera un primer adelanto muy pronto.
“Esta semana queremos subir una pequeña muestra, a modo de ejercicio de autoexigencia, es una sesión improvisada a la cual invitamos al saxofonista local, Ignacio González. Con más detalle, el tema que subiremos es un homenaje a Robert Wyatt -nombre que llevará la canción- uno de los fundadores de Soft Machine, una de las bandas que funda la psicodelia inglesa. Es una volada muy en ese estilo, solo con teclado, bajo y batería, a lo que se incorpora el saxo y algunas voces”, contó el también guitarrista.
Aunque más allá de esa psicodelia y onda rockera, Melo recalcó que “si bien la mayoría de lo registrado es música instrumental, la esencia e idea original del proyecto era más que nada hacer algo completamente diferente. Hay sesiones, por ejemplo, que duran alrededor de 25 minutos”.
Con los tiempos y plazos trastocados con la emergencia sanitaria debido al coronavirus, Melo espera que, una vez liberado el primer adelanto, trabajar en el resto de las canciones y antes que concluya el 2020 tener listo el álbum. “Tras ello -salida del adelanto- el objetivo será seguir con el resto del disco, tenemos mucho material por editar”, finalizó el músico.