La cabeza de la editorial literaria tomecina expone los proyectos que realizarán en 2019 entre los que destaca reediciones de autores clásicos y publicaciones de cuentos creados por jóvenes.
Al Aire Libro es una editorial local definida por su fundador, Darwin Rodríguez como “un proyecto descentralizador de la actividad editorial que facilita y promueve la diversidad y el debate; democratiza el conocimiento, redistribuye el ingreso poético, para lo cual publica obras literarias, investigaciones científicas y técnicas, producidas, especialmente, en la Región del Bío Bío”.
Rodríguez genera un balance del 2018 en el trabajo con su editorial como de manera positiva. “Hemos concluido el noveno año de trabajo con un desarrollo material y técnico. Esto significa nueva maquinaria, mayor y mejor experiencias. Hemos mantenido el ritmo de crecimiento de publicaciones, ampliando el rango temático, y llegando a más lugares de la Región -y en algunos casos del extranjero-”, explica.
Para el 2019 la editorial, tiene preparadas varias líneas de trabajo que, según su principal rostro, son para “atender y promover la creación poniendo Al Aire Libro de distintas temáticas, procedencias y categorías”.
En primer lugar, la reedición de autores consagrados de la editorial. Rodríguez cuenta que “hemos invitado a autores como Jesús Sepúlveda, Egor Mardones, Alexis Figueroa y Thomas Harris a hacer una nueva edición de sus obras, y que ellos identifiquen e inviten a nuevos autores que estimen deben ser publicados. La idea, entonces, es publicar a un ‘clásico’ con un creador emergente”.
Además, la editorial está preparando diez libros con nouvelles (novela corta) con 90 autores de enseñanza media del Liceo Polivalente de Tomé que comenzarán a distribuirse este año.
También, Darwin Rodríguez y el profesor Yerko Aravena han estado ocupándose en la recopilación de trabajos de investigación y tesis relacionadas con Tomé para “seleccionar y convertir, si los autores lo estiman, los formatos académicos en versiones de lectura popular que permita reconocer, mantener y desarrollar la identidad local”.
Las publicaciones por parte de la editorial de los ganadores del Fondo del Libro es otra de las tareas que realizarán. Darwin Rodríguez explica que “el Fondo del Libro condiciona a los postulantes a editar sus obras por una editorial, y no sólo por una imprenta, pues éstas limitan su trabajo a imprimir los que el cliente les encomienda, sin, necesariamente, cuidar elementos básicos de la editorialidad: diseño, corrección de pruebas y estilo, dirección de arte. Varios autores ganadores de estos fondos nos han seleccionado para editar sus obras. Y, de nuevo, entre los ganadores de este año, serán publicados con el sello de Al Aire Libro 2.0”.
Para todos estos proyectos, el principal problema de editoriales y escritores son el financiamiento y distribución.
Pese a que las editoriales deben funcionar bajo complicaciones y escasos ingresos, el director de la Al Aire Libro recapitula que “la ya casi una década trabajo, los alrededor de 150 autores publicados, convocan el interés de nuevos creadores, con los que desarrollamos una política de edición personalizada, Así, permanentemente recibimos, trabajos de distintos rangos, tipos, géneros. En el primer semestre esperamos publicar a 5 de esos autores”, cierra.