Cultura y Espectáculos

Se fue don Nicanor

Por: Diario Concepción 24 de Enero 2018
Fotografía: Cedida

Por: Andrés Cruz Carrasco
Abogado, Magíster Filosofía Moral

Se fue don Nicanor, a los 103, se fue sonriente y satisfecho, diciéndonos: “adiós estimados alumnos/ y ahora a defender los últimos cisnes de cuello negro que van quedando en este país/ a patadas/…….a combos/……a lo que venga: / la poesía nos dará́ las gracias/ otra medida revolucionaria/ perdonar todos los delitos de amor”.

Se nos fue el primer y el último antipoeta, tratando se sacudirnos con palabras, gritándonos: “Francamente no sé qué decirles/ estamos al borde de la III Guerra Mundial y nadie parece darse cuenta de nada/ si destruyen el mundo/ ¿creen que yo voy a volver a crearlo?” Se fue, con toda la fuerza de su impecable y certera irónica honestidad, afirmándonos, sin ponerse rojo y riéndose de nuestra pequeñez: “Buenas Noticias:/la tierra se recupera en un millón de años/ Somos nosotros los que desaparecemos”.

Se fue un Parra más, de esos que nos hacen sentirnos orgullosos de ser chilenos, de ser del sur, de ser nacidos y criados en esta tierra, pero sin ser capaces de emularlos, viviendo de nuestras ficciones y rutinas, de las apariencias que nos gobiernan. Se fue mirándonos con pena: “El hombre imaginario/ vive en una mansión imaginaria rodeada de árboles imaginarios/ a la orilla de un río imaginario/ De los muros que son imaginarios penden antiguos cuadros imaginarios irreparables grietas imaginarias/ que representan hechos imaginarios ocurridos en mundos imaginarios/ en lugares y tiempos imaginarios…”.

Se fue don Nicanor luego de haber hecho harto bien su pega parece, aunque él diga que no: “Yo no digo que ponga fin a nada/ No me hago ilusiones al respecto/ Yo quería seguir poetizando/ Pero se terminó́ la inspiración. La poesía se ha portado bien/ Yo me he portado horriblemente mal. Qué gano con decir/ Yo me he portado bien/ La poesía se ha portado mal/ Cuando saben que yo soy el culpable. ¡Está bien que me pase por imbécil!/ La poesía se ha portado bien/ Yo me he portado horriblemente mal/ La poesía terminó conmigo.” Se nos fue el anti vate, el que no quería nada, el juglar que se encerró y se fue para adentro: “Ya no me queda nada por decir/ Todo lo que tenía que decir/ Ha sido dicho no sé cuántas veces.” Se fue dejándonos toda su esperanza plasmada en letras: “En resumidas cuentas/ Sólo nos va quedando el mañana: / Yo levanto mi copa / Por ese día que no llega nunca/ Pero que es lo único/ De lo que realmente disponemos.”

Se fue un gigante de la mordacidad elegante, cuyo vacío tendremos que llenar con la lectura de sus mundos, que no son otros mundos, son nuestro mundo, nuestra cultura, nuestra identidad, nuestro futuro empapado de pasado y presente.

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