Cultura y Espectáculos

Moana es la mejor película de Disney en su período CG

El personaje del título es una heroína novedosa para sus cánones: no tiene intereses románticos y prefiere vivir aventuras. La película será considerada hoy en las nominaciones del Oscar.

Por: Diario Concepción 24 de Enero 2017
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El personaje del título es una heroína novedosa para sus cánones: no tiene intereses románticos y prefiere vivir aventuras. La película será considerada hoy en las nominaciones del Oscar.

 

Esteban Andaur
Contacto@diarioconcepcion.cl

Tanto el largometraje Moana como el cortometraje que antecede su proyección, Cabeza o corazón, ambos de 2016 y producciones de Disney, serán considerados por la Academia hoy, cuando se anuncien las nominaciones de la próxima entrega de los premios Oscar.

Y al igual que en el cine, empezaré por el corto.

Cabeza o corazón

La peli puede describirse como Intensa-mente (2015) hecha cortometraje, pero con órganos en lugar de emociones. Ahora bien, no alcanza la profundidad del mejor filme de Pixar a la fecha, pero entrega un mensaje pertinente sobre el aislamiento que produce el desequilibrio entre el trabajo y el ocio, y tiene mucho sentido del humor.

En la California de los 80, los órganos de Paul le dictan qué hacer en su vida diaria, debatiéndose entre lo que quiere su corazón (comer comida chatarra de vez en cuando o acercarse a una chica que vende gafas de sol) y lo que quiere su cerebro (evitar riesgos que devengan en más riesgos y que acaben con matarlo, y enfocarse en el trabajo). En la compañía donde trabaja, Paul está todo el día frente al computador; de hecho, es probable que su cabeza le haya quedado cuadrada como el monitor, un gran cubo blanco, de tanto mirarlo.

El filme mezcla la animación 2D y CG; el estilo y la técnica, sumados a la singular estética de los 80, resultan en una película bastante nostálgica. No hay diálogo, sólo música, como la canción "California Loco", creada en específico para el corto y súper ochentera.

Intensa-mente ha sido comparada con Razón y emoción (1943), un famoso corto animado de Disney. Pero es Cabeza o corazón el que sigue la tradición de este último más de cerca, y su creatividad y agudeza le dan un encanto irresistible.

Moana

Este filme de aventuras fue dirigido por John Musker y Ron Clements, el dúo responsable de algunos de los clásicos modernos más populares del estudio, como La sirenita (1989) y Aladdín (1992). Uno no debería exigirles grandeza a realizadores que nos han acostumbrado a ella; sí puede exigirles calidad. Mas cuando la entregan, es siempre una sorpresa, como sucede con Moana.

El personaje del título es la hija adolescente del jefe de su tribu, en la isla polinesia de Motunui. La tribu es temerosa de salir del arrecife a pescar, sin embargo, Moana siente una profunda curiosidad por navegar el mar. Ella descubre que la actual escasez de alimentos en la isla, se debe a una leyenda en que el semidiós Maui robó el corazón de la diosa Te Fiti, el cual se extravió en el mar, y la prosperidad de la isla será restaurada una vez que Maui se lo devuelva. Entonces Moana es la elegida para portar el corazón, cruzar el océano y llevárselo a Maui para que juntos se lo devuelvan a Te Fiti.

Pero no son las deidades de Motunui quienes eligen a la muchacha, sino el mar; éste es un personaje "vivo" en la historia, con olas que interactúan con los personajes y acuden a su rescate. Si la misión de Moana obedece al misticismo de su cultura, pues la historia, a las narraciones mitológicas. Este es un viaje. Además, Moana es alentada en su aventura por su abuela, una mujer muy mística que comparte con ella su amor por el océano, en oposición a los hábitos restrictivos de su hijo y padre de Moana. Y sé que cuando las abuelas son místicas, siempre tienen la razón.

Debido a mi inclinación romántica por los relatos del mar, Moana se convirtió en un filme especial mientras lo veía, ya que nunca había visto una película Disney que tomara lugar, en su mayor parte, sobre el océano (me encanta La sirenita, pero no cuenta, porque lo principal sucedía bajo el mar). Moana es el complemento de Disney a su coproducción con Pixar, Buscando a Dory, también de 2016, y otro filme del cual la Academia se acordará hoy. Ambas significan una doble superación artística para el estudio en tan sólo un año.

El sentido del humor es muy efectivo: hay una escena en que unos cocos piratas (sí, leíste bien, cocos piratas) atacan a Moana y Maui, que está obviamente inspirada en Mad Max: Furia en el camino (2015), y una gallina llamada Heihei es, quizás, el personaje más tonto de todas las películas Disney y el más desternillante de Moana.

La animación es asombrosa. Los animadores de Disney son expertos en aplicar a cada fotograma una paleta de colores perfecta y pequeños detalles que, aunque pasen inadvertidos, engrandecen el efecto emocional de los cuadros, y cada uno en cada película es una obra de arte. Moana no es una excepción, y pude concentrarme en las imágenes del filme tanto como en su historia, tal vez porque la belleza visual expresa la belleza moral del relato. Los cuadros son hermosos, y pareciera que la pantalla nos regalase una belleza inagotable a cada segundo por el mero placer de hacerlo. Las imágenes son, de hecho, tan complejas, que la segunda vez que vi la película, me percaté de detalles que no percibí la vez anterior, incluso detalles que se me escaparon del diseño de sonido, igualmente complejo.

Éste es el filme más conmovedor del estudio en años, y uno que nos presenta a una heroína a la que, bueno, no sería tan acertado llamarla "princesa". Ella es mucho más que eso. Moana hace su voluntad no por caprichosa, sino por la necesidad que ve en su pueblo, y necesita a su vez la ayuda de Maui no porque sea hombre, sino porque él tiene lo que le hace falta. El discurso de género en Moana es fortalecedor para los espectadores de todas las edades.

Moana es, asimismo, un musical. Las canciones emergen de la historia y la enriquecen, ayudando a desarrollar a los personajes y proveer momentos de distensión al mismo tiempo; y no nos distraen de la historia ni la opacan. Tararearás algunas cuando salgas del cine.

Disney ha producido películas más taquilleras como Enredados (2010) y Frozen (2013), pero es Moana la mejor de su período CG a la fecha. Y si te quedas hasta el final, la escena poscréditos te recordará una cinta clásica del estudio de Mickey Mouse.

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