Cultura y Espectáculos

Dos entretenimientos americanos

Espías y pesadillas que se vuelven realidad han marcado presencia en nuestra cartelera. Cuidado:puede haber spoilers.

Por: Diario Concepción 13 de Agosto 2016
Fotografía: imagenPrincipal-3804.jpg

Espías y pesadillas que se vuelven realidad han marcado presencia en nuestra cartelera. Cuidado:puede haber spoilers.

CRÍTICA DE CINE POR ESTEBAN ANDAUR
 

Un espía y medio

Kevin Hart y Dwayne ‘The Rock’ Johnson protagonizan Un espía y medio (2016), comedia de acción empapada de la nostalgia por los 90. Y es tan nostálgica que, mientras la veía, estaba seguro de que, como era costumbre en las comedias de la segunda mitad de la década, habría un montaje de chascarros durante los créditos finales. Y lo hubo.

El filme inicia con una divertidísima escena en que el personaje de Johnson, Robbie Wheirdicht, está cantando desnudo una canción de En Vogue en las duchas de su secundaria, y bailando al son. Es espiado por un grupo de matones, quienes lo sacan de ahí y lo lanzan al gimnasio, donde todos los estudiantes se ríen y mofan de él. Sólo uno de ellos, Calvin Joyner, el personaje de Hart, se compadece y le presta su chaqueta para que se cubra. No se sabe nunca más de Robbie, y vemos a Calvin convertido en un contador 20 años después.

Es entonces que Robbie regresa a la vida de Calvin. Nunca habían sido verdaderos amigos, pero es tal la efusividad de Robbie por el reencuentro entre ambos que Calvin, aunque reticente al principio, lo acepta <> como su amigo, sin antes saber que, en realidad, es un espía fugitivo de la CIA por suponer una amenaza terrorista. Robbie necesita de las habilidades de contador de Calvin para demostrar que están buscando al tipo equivocado, y la aventura comienza.

El humor es a veces bien ingenuo, además de poseer muchos chistes estilo sitcom. Y la historia depende de clichés de los filmes de espionaje, tanto en desarrollo de personajes como en escenas de acción. No presenta nada nuevo, mas todo funciona, en parte por la química entre Hart Y Johnson, quienes despliegan todo su arsenal cómico, y porque el filme es efectivo en involucrarnos emocionalmente. Nos preocupamos por estos personajes. La visión del matonaje escolar es realista y dolorosa, y somos testigos de las horrorosas cicatrices psicológicas que puede dejar en las víctimas. Puede no ser un filme profundo, pero es honesto. Robbie actúa durante toda la película intentando ser tan cool como cree que Calvin lo fue. Se quedó pegado en el pasado. ¿Qué está tratando de enmendar? ¿Y tiene alguna culpa?

Asimismo, Un espía y medio aborda la frustración de Calvin por no haber sido capaz de satisfacer las expectativas puestas en él cuando era adolescente. Fue elegido en la secundaria como el estudiante con más probabilidades de triunfar en el mundo laboral; sin embargo, sufre viendo cómo sus colegas con menos experiencia ascienden en sus cargos, y se pregunta qué hizo mal o si de verdad tiene algo bueno dentro de él. Claramente, Calvin tiene que madurar, y después cambiar o resignarse. Hay que ver el filme para conocer la respuesta.

El final, la mejor parte para mí, consiste en una escena de fiesta que se transforma en una redención para los personajes, una celebración de las diferencias y las personalidades únicas. La escena es muy graciosa, conmovedora y, para mi sorpresa, bastante madura.

Un espía y medio entretiene un montón, pero es su honestidad y su corazón gigante lo que la hacen más especial que el promedio de comedias de acción.

 

Somnia, antes de despertar

Aquí tenemos una de esas películas con las que se sufre viéndolas. No porque sea de terror, como en este caso, sino porque es evidente que una buena idea fue estropeada por la avaricia del estudio detrás del filme.

Somnia, antes de despertar (2016) cuenta la historia de un niño huérfano, Cody, que va de padres en padres buscando un hogar estable. Aparentemente, el niño produce extraños fenómenos en el mundo exterior una vez que se queda dormido, debido a un <<don psíquico>>; por ende, sus padres desaparecen misteriosamente, lo que explicaría su nomadismo. Eh…, ya. Sus nuevos padres son Jessie y Mark, un matrimonio que vive el reciente duelo de su primogénito. Cody lee todas las noches un libro sobre el ciclo vital de las mariposas y, así, se la pasa despierto toda la noche, lo que extraña a sus padres. Y es durante estos desvelos de Cody, que sus padres ven mariposas azules volar en la casa y desvanecerse en el aire, e incluso a su hijo muerto corriendo a abrazarlos.

La película es aguda en estas escenas. Los padres intentan no aferrarse a estas fantasías, cuyo origen, luego de descubrir que son los sueños de Cody, lo mantienen oculto a la trabajadora social a cargo del caso del niño. La madre insiste en mantenerse despierta mientras Cody duerme, para ver a su hijo revivir cada noche; sabe que no es real, su marido la reprende, y se reparten las culpas en injustas discusiones. Esto es muy realista en cuanto al comportamiento de los padres frente a un dolor tan profundo.

El asunto es que la película hubiese sido buena y original, conservando el realismo mágico de los sueños de Cody y su impacto en el drama personal de sus padres adoptivos. Pero no. La trama toma un giro forzado al terror, cuando las pesadillas de Cody también cobran forma física en el mundo real. Un hombre, al que el niño apoda Cankerman, amenaza la vida de sus compañeros de colegio, sus padres, él mismo y, bueno, quienquiera esté cerca. El final no es resolutivo. El Cankerman es, en realidad, el fantasma de la madre de Cody, quien murió de cáncer (Cankerman, ¿alguien?) cuando él era muy pequeño, y su visión de su madre delgada y moribunda, emerge como un monstruo alto y gris en sus pesadillas.

Pero esto no es todo. Al final, Jessie confronta al Cankerman, y le entrega una mariposa azul de algún tejido, que pareciera haber sido cosida por la madre de Cody para él. Cankerman lo acepta, y desaparece para siempre. Sin embargo, ¿de verdad necesitaba la mariposa para solucionar el conflicto? No me lo trago, es ridículo. ¿Y por qué le hacía daño a quienquiera que adoptaba a Cody? ¿O era mala nomás? Oh, y después no se sabe si las personas que el Cankerman se <<comió>> van a volver al mundo real. Todo depende de los sueños de Cody. Es aquí donde los diálogos se vuelven risibles. El terror no es pertinente aquí. Lo que empezó como algo desgarrador, perceptivo y conducido por la imaginación, fue arruinado por el estudio que lo financió.

Por supuesto, ellos necesitaban un elemento fácil de manipular en términos comerciales (el terror) para vender la película, obligando al director a traicionar su historia; porque, claro, un filme inteligente, original, no es rentable. Lo que hace el dinero. Otra opción es que el director sea un pésimo narrador, pero no estoy tan seguro. Encima, a las mariposas les faltó posproducción, parecen de mentira, y el hecho de que provengan de un sueño no lo justifica. Esto pudo haber sido superior, y lamento que sea basura. De veras, lo lamento.

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